Capítulo: 1

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Nombre: Izuku Midoriya
Eterno sobrenombre: Deku

Un corte, dolor, dos cortes, olvido, tres cortes, me siento vivo.

Mi vida es una mierda, estoy seguro que si yo no existiera nadie lo notaría.

Mi padre no a vuelto ha aparecer, pero no me importa él era una mierda de padre, y desgraciadamente mi madre era una mujer sumisa que se dejaba golpear... 

Al menos, cuando yo era niño me daba dinero para comprar mis pinceles, pintura y lienzos. Ahora es una alcohólica que ignora todo lo que hago, una vez me di una sobredosis de medicamentos... para mi desgracia no morí, y al parecer desperté tres días después en mi cama, ésta nunca entró a mi habitación a verme como estaba.

¿Cómo lo sé? Seguía vestido de la misma manera, y el mismo vaso y mi comida estaba en la misma posición.

Una vez me estrangulé con una cuerda, no morí, la muy bastarda se soltó... desgraciadamente quedé solamente con la marcas que cubrí con una bufanda.

¿Por qué no he muerto? Yo debería morir, pero no importa lo que haga, no muero, ¡¿Por qué el destino es tan cruel?! Mi vida es una mierda, nadie me necesita, no tengo a nadie que me acompañe, estoy solo.

Como siempre el primer día de clases me fue mal, Kacchan y sus amigos ya estaban burlándose de mi, diciendo frases que ya no me afectaban o tal vez si, en realidad no lo sé, creo que esas palabras describen bien lo que en verdad soy.

Es gracioso, por defender a una persona, tu vida se va a la mierda, se que no seguí el consejo que le di a esa niña, pero me fue imposible...

Dentro de mi casa con mi madre vivía en un tormento y afuera donde era mi único refugio me sentía libre, pero para mi desgracia lo destrozó mi único amigo.

Ahora aunque no lo crean tal vez dejé mi verdadera pasión, pintar en lienzos, pero algo lo reemplazó... las murallas, ese era mi nuevo lienzo.

A veces hacía graffitis y en otras ocasiones utilizaba pintura... todo lo hacía de noche, y lo mejor era que mi único testigo era el cielo nocturno, él es el mejor espectador, ya que no se burla de mi persona, solamente se dedica a estar allí.

Pero no importa que, aunque me salgan bien, sigo pensando que están horribles y llego a casa decepcionado, y sintiendo esas ganas de morir.

Mi primera pintura en una muralla fue cuando tenía trece, recuerdo que fue la noche en que mi padre se fue, estaba furioso con todo el mundo, así que lo primero que se me ocurrió fue dibujar algo que demostrase el odio que sentía.

Ese día sentí que podía volver a sonreír, pero quien diría que todo empeoró. Mi madre me ignoraba por completo, mi vida se tornó más oscura cuando Kacchan lo descubrió, las burlas fueron más horrorosas.

Y bueno ese es el por qué comencé a cortarme y mis múltiples intentos de suicidios.

¿Algún día alguien me podrá rescatar de esta horrible soledad? Porque estoy seguro de que yo jamás lograré salir solo.

Hoy es el segundo día de clases, otro día vivo, otro día siendo humillado, otra día sin deseos de vivir, otro día a punto de ser humillado, otro día en casa llorando, otro día pensando en la muerte, otro día sin volver a sonreír...

¿Es demasiado pedir un rayo de luz que ilumine mi vida?

-Hola, mi nombre es Uraraka Ochako, espero que seamos amigos- Dijo una dulce voz, que podría decir que era igual a la de un ángel.

¿Uraraka Ochako? ¿Cómo olvidar el nombre de la niña que al defenderla provocó que mi vida se volviera un infierno?

Pero no estoy enojado con ella y no la odio, porque en toda mi asquerosa vida a sido lo único de lo que me siento orgulloso conmigo mismo.

-Señorita Uraraka, siéntese al lado del joven Midoriya- Dijo el maestro.

¿Puede que sea el destino volvernos a encontrar? ¿Puede que sea mi rayo de luz?

Quisiera, desearía que algo así fuese posible, pero en el mundo en que vivimos, o al menos en mi mundo, alguien como yo jamás va tener alguien que le de una cálida sonrisa.







Rescataré tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora