One Shots ft. F1 Driver's ²

𝙱𝚎𝚌𝚊𝚞𝚜𝚎 𝙸 𝙻𝚒𝚔𝚎 𝙰 𝙱𝚘𝚢

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Saskia tenía las manos alrededor del cuello de Logan, ambos profundamente inmersos en su beso en ese momento. Tardaron meses, incluso años, en reconocer su química. Saskia había llamado la atención de Logan desde el día en que la vio sobre el hielo. Había jugado con fiereza, sin piedad, como si toda su vida dependiera del resultado del partido de hockey. A Logan ni siquiera le gustaba mucho el hockey, sólo que uno de sus amigos le arrastró al partido, dado que era el último de la temporada. Llevaba el pelo suelto en una coleta plana, el color negro brea meciéndose a lo largo de sus movimientos como la sombra de un relámpago. Logan no pudo evitarlo, la encontraba atractiva. Siempre le habían gustado las mujeres que parecían apasionadas y misteriosas al mismo tiempo.

Logan se aclaró la garganta, mientras contemplaba la mirada de Saskia. Los mismos ojos azul-grisáceos, que ardían con una pasión en ellos, en los que Logan podía perderse, volvieron a dejarle la boca seca. La última vez que se sintió así fue mucho antes de que despegara su carrera como piloto. Se sentía como si tuviera trece años otra vez, con Saskia de la misma edad en la misma clase de siempre. Allí tenían una pequeña rivalidad, siempre intentando superarse mutuamente. Y una vez más se sintió demasiado tímido para hablar con ella, pensando demasiado qué decirle. En su cabeza, Saskia era una humana perfecta. Incluso de aspecto perfecto. Impecable. No había nada que Logan pudiera criticar de ella. Y cuando miró un poco más abajo, a sus labios, no deseó otra cosa que besarlos en ese mismo instante. Sentir su tierno beso en los suyos, tener que mirarse en el espejo de al lado para ver si su pintalabios se había manchado en los suyos y recibir un sinfín de burlas por ello. Logan quería eso.

«¿Hola? ¿Otra vez? Tierra a Logan?» Saskia le sacó de sus ensoñaciones, esperando. «Dijiste que querías hablar, ¿cuál es la charla entonces?» Saskia preguntó de nuevo, inclinándose con el pie en el suelo. Logan se lo pensó un segundo. «¿Estás soltero o sales con alguien en este momento?». preguntó entonces Logan, preparándose para la respuesta de la carta. Pensó, alguien como Saskia no permanecería soltera por mucho tiempo. Más bien, estaría constantemente saliendo con alguien. Pero cuando Saskia negó con la cabeza, Logan sintió un ligero alivio. «Soy soltera», aclaró Saskia. «¿Y tú?» Preguntó ella.

Aunque Saskia nunca se atrevería a decirlo abiertamente, siempre pensó que Logan era guapo. En ambos sentidos, su aspecto y sus modales. «Estoy soltero y listo para mezclarme desde hace un tiempo» confesó Logan en voz baja. Saskia soltó una risita ante la pequeña jugada. «Sí, lo entiendo», respondió ella.

Tras un rápido intercambio sobre sus carreras, acordaron un encuentro en condiciones. Al cabo de unos días, quedarían para ponerse aún más al día. Y para profundizar en su pequeña rivalidad pasada.

Una vez terminado el partido, Logan intentó hablar con Saskia, cuando ella se volvió, vestida con ropa informal, para volver a casa.

Saskia llevaba el pelo suelto, con algunas mechas azules y moradas más visibles que antes. Tenía los ojos azul grisáceo. Aunque Logan siempre había pensado que ese color de ojos era más natural, nada extraordinario, los de ella le atraían. Tenía unos ojos que Logan pensó que podría perderse en ellos. Él, que normalmente siempre era bueno con las palabras, siempre conseguía a las chicas que quería, ahora estaba demasiado aturdido para hablar con ella. «¿Hola? ¿Tierra al Sargento?» preguntó Saskia, agitando la mano delante de su cara, como si estuviera soñando despierto. Logan se sobresaltó y la miró de arriba abajo.

Pasaron los días y finalmente llegó el viernes por la tarde. El día en que acordaron encontrarse. Saskia llegó al pequeño café que habían acordado. Logan ya estaba allí, esperándola en una mesa exterior. Saskia se sentó rápidamente junto a su mesa. «¿Recordaste que prefiero sentarme afuera?» preguntó Saskia sorprendida. Logan rió entre dientes. «Claro que sí, Saskia», respondió. «Mencionaste que era porque te encantaba mirar las flores de alrededor y contemplar la escena en su conjunto» añadió. Saskia asintió, confirmándolo. «Pero hace siglos que no lo digo», recordó. «¿Y? Soy un caballero» dijo Logan. «Recuerdo lo que dice una bella dama como tú». Saskia le miró. «Dices muchas cosas bonitas, Logan» dijo Saskia. «Entonces, ¿por qué sigues soltero?». Preguntó. Logan se rió entre dientes.

«Creo, que es más porque simplemente no tengo el tiempo adecuado con mi carrera. No pude conseguir ninguna distracción entre mi coche y yo» admitió Logan. «¿Y ahora?» Preguntó Saskia. «¿Ahora? Quiero encontrar a la especial» dijo Logan. «Creo que mi carrera ha sido mi prioridad durante mucho tiempo, ahora es el momento de centrarme en mi vida amorosa» añadió. Saskia siguió escuchando las palabras de Logan. Parecía genuino, y ella se sintió como si estuviera de vuelta en su adolescencia. Aplastada sin remedio por el chico que tenía a varias chicas del instituto babeando por él.

«Bueno, ha sido divertido, con ligues ocasionales y sexo casual», admitió Logan en voz baja. «Pero ahora estoy en una edad en la que quiero buscar a alguien con potencial a largo plazo para mí», añadió, dando un sorbo a su café. «Oh, se me olvidaba», dijo rápidamente, empujando un vaso de coca-cola sobre la mesa. «Me acordé de que te gustaba, así que me adelanté y te traje una», explicó. Saskia tomó la coca, dándole la vuelta y abriéndola, viéndola sin abrir hasta ahora. «Gracias por esto, Logan» dijo, dándole un sorbo. Logan no pudo evitar mirar sutilmente, o no tan sutilmente, los labios pintados de carmín de Saskia sobre la botella. «Sabes... estás muy guapa» Logan rompió el silencio. «Sólo me pongo lo que suelo llevar», rió Saskia, señalando su atuendo. Consistía en un par de vaqueros, un par de botines negros y una sudadera con capucha y un abrigo de invierno encima. «Saskia, incluso con todo esto, te ves muy bien» dijo Logan.

Después de unos minutos más de hablar de todo, de cualquier cosa y de nada, ambos se levantaron y pagaron su comida, antes de separarse.

Logan se quedó despierto al atardecer, el sol ya se había puesto por completo y la oscuridad rondaba el exterior. Su mente volvía a cómo se veían los labios de Saskia alrededor de la cabeza de la botella. No pudo evitarlo, habían pasado casi dos años sin ningún contacto sexual. Y la forma en que los labios de Saskia se veían alrededor de la cabeza de la botella hoy, parecía golpear a Logan aún más de lo que quería admitir a sí mismo. Siempre pensó que si Saskia buscaba algo con otra persona, él estaría completamente de acuerdo. Pero cuanto más lo pensaba, más le ardían los celos en el pecho.