A la noche siguiente, después de horas esperando en el hospital a que los médicos terminasen las revisiones de Kelsey, ella sale de la habitación junto con su amiga. Está vestida con la ropa que le ha traído de su casa para que no tuviera que ponerse la que llevaba puesta antes, ya que, al parecer, se encuentra llena de sangre. No tardo ni un solo segundo en levantarme del banco, lo que provoca que mi hermano haga exactamente lo mismo. Ha luchado como nadie para mantenerse despierto; se nos ha hecho muy tarde.
—Ann, mi vida, despierta —le susurra Fred a la pelirroja, quien duerme tranquilamente apoyada en el hombro de él.
Al final se ha decidido y se ha declarado, por lo que se ve.
Ella, al escuchar la voz de Fred, se incorpora de a poco con los ojos entreabiertos por el sueño. Andriu también se levanta de su respectivo asiento, cogiendo a su vez el trasportín en el que va el gato raro sin pelo; se ha negado a dejarlo solo en casa de Kelsey, así que Ann y ella se han quedado con él.
Observo con detenimiento el rosto de Kelsey; está ausente, como bien dijo el doctor que la veríamos, no ha mejorado en ese aspecto durante todo el día. Sus ojos están fijos en el suelo, no nos mira a ninguno de los presentes. Al notar que no tiene intención de alzar la mirada, hago el ademán de acercarme para poder tocarla, al menos para hacerle saber que estoy junto a ella después de todo. Sin embargo, mi hermano se me adelanta y corre hacia a ella, rodeando su torso con sus pequeños brazos y apoyando la cabeza bajo su pecho.
Lo brazos de Kelsey se alzan levemente, como si no supiera que hacer con ellos en ese instante, y sus pupilas van a parar a la coronilla de Phillip, quien comienza a llorar desconsoladamente contra ella. Un nudo se me forma en el estómago al ver la imagen que ellos me están proporcionando, lo que provoca que las ganas de llorar aumenten en mi interior.
Todos los observamos con atención, esperando algún tipo de reacción por parte de Kelsey que parece no llegar nunca, hasta que sus manos bajan por la espalda de mi hermano, acariciándola con suavidad. Esto parece tranquilizarle, pues un sonoro suspiro sale de sus adentros junto con un sollozo.
Ella acaba de corresponderle el abrazo, y es algo que Phillip deseaba que ocurriese, bueno, él y todos nosotros. A pesar de haberle explicado antes como estaba la situación con Kelsey, él no quería admitir que estuviese en ese estado.
—No te vuelvas a ir —solloza mi hermano, alzando la vista hacia la de ella.
Kels no dice ni una sola palabra al respecto, pero Phillip parece entender que es suficiente y que no debería presionarla, por lo que se separa de ella dejándole su espacio.
—Pongámonos en marcha antes de que se nos haga más tarde. —La voz de Ann se hace presente a mi derecha.
Ya deben de ser cerca de la una de la mañana.
Sin poder aguantarme un segundo más, me acerco a Kelsey y rodeo sus hombros con mi brazo izquierdo, en un intento de sentirla cerca de mí. Ella no se opone, al contrario, se acurruca contra mi pecho.
—Vámonos de aquí, estoy harta de los hospitales —interviene Andriu soltando un suspiro de cansancio.
En el momento en el que ella comienza a caminar hacia la salida del pasillo, el resto la seguimos. No puedo evitar mirar de reojo el rostro de la chica que tengo a mi vera; sus ojos se mantienen fijos al frente.
Lo único que quiero es escuchar su voz. Que me diga que todo está bien con ella, aunque no sea así realmente. Me siento culpable por lo que le ha pasado y no sé qué hacer para poder hacerle ver lo que me arrepiento por todo y lo mucho que la quiero; porque nunca he dejado de quererla. Por muchas mentiras que hayan salido de su boca... eso nunca ha cambiado. No puedo creer como una persona que conozco desde hace poco haya podido marcarme tanto y hacerme sentir un vacío en el pecho cuando la alejé de mí.
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Liberación | EN FÍSICO |
ActionDespués de haber conseguido dejar el café atrás, Kelsey Davenport tendrá que lidiar con los nuevos problemas que se le han presentado. Ya nada es lo que parece. Nadie es quién dice ser. Y en nada ni nadie podrá confiar como antes. Ella tendrá que lu...