Sin Límites ©

Capítulo 10

Chloe.

Era como si hubiese pasado siglos desde la última vez que vi a mi padre. Un nudo se había aflojado en mi garganta y el pecho me dolía, había deseado que el no se enterara de esta forma. ¿Qué pensará de mi? Tal vez yo ya no era su niña pequeña pero él seguía siendo mi papá.

Observé como la gente se apartaba de su camino, asustados y a la vez asombrados. Papá vestía con su traje de policía de Los Ángeles, un cinturón rodeaba su cintura con las esposas, la pistola y el walkie talkie. Buscaba entre la multitud lo que supuse que era nuestra mesa, cuando, Wanda pasó por su lado, la agarró de la muñeca y le susurró algo. Pronunciaron un par de palabras y entonces sus ojos fueron hacia nuestra mesa.

Directamente hacia mi.

Soltó a Wanda, la cuál seguía con la boca abierta y con expresión de terror absoluto y comenzó a caminar en mi dirección. Sentí como se me helaba la sangre, las manos comenzaron a temblarme.

Nunca había tenido tanto miedo como ahora.

Eché un ojo a Kylan pero el estaba enchufado a su teléfono ajeno a lo que nos iba a caer encima. Me levanté poniéndo mayor cuidado con mis piernas temblorosas, papá estaba a un metro de mi. Levanté una mano y abrí la boca para empezar a hablar, pero me sorprendió cuando él agarró mi mano elevada y me estrechó contra sí.

Calor filtró a través de mi cuerpo, sentí mi cuerpo relajarse y oi el suave susurro de mi padre. Cerré los ojos dejándome llevar por la comodidad y la familiaridad que me inundó.
- Menos mal que estás bien, nunca me hubiese perdonado que algo malo te pasara.

Murmuraba contra mi pelo.

-Estoy bien, papá- intenté tranquilizarlo pero mi voz salió rasposa lo que ocasionó que él se estremeciera y me apretara mas fuerte. Se separó y dejo sus grandes manos sobre mis hombros, escaneó minuciosamente mi rostro. Su rostro se tiñió de preocupación e hizo una mueca algo desagradable. ¿Tan feo me vería?

-¿Señor Silverman? -él se dio la vuelta lanzándole dagas con los ojos a Kylan, él estaba tan contento ahi de pie enfrente de la mesa. Lo miré boquiabierta y para mi sorpresa me guiñó un ojos haciendo que mi padre diera una zancada hacia él.

-Price -gruñó.

- Se ve usted hoy realmente bien - murmuró con una sonrisa de oreja a oreja.

- Tú jodes mucho,¿sabes?

--Eso me han dicho -contestó cambiando el rostro a un semblante serio y deslizándose a su asiento. Juntó una mano sobre la otra encima de la mesa y me miró indicándome con la cabeza que me sentara. Obedecí y arrastré a mi padre conmigo. Él se acomodó poniéndo su gran brazo sobre la parte superior de mi asiento.

-Bien. ¿Qué pasó con Dave? - comenzó preguntando Kylan. Mi papá hizo oídos sordos y miró buscando a alguien en el local. Le hizo señas con los dedos a Wanda y ésta comenzó a caminar hacia nosotros algo insegura.

Bufé. La camarera llegó a nuestra mesa sosteniendo su libretita, su sonrisa se había sustituido por puro nerviosismo.

- Quiero pedir huevos revueltos, beicon y pastel de arándanos -murmuró dando golpecitos a su barbilla. -Ah y ponlo en la cuenta de este de aquí, le sobra el dinero.

Kylan suspiró.

- ¿Tú quieres algo, cariño? - me preguntó. Negué con la cabeza juntando mis manos sobre mi vientre.

-Pues eso es todo, muchas gracias, Wanda-. Le regaló una de sus mejores sonrisa de estoy-siendo-un-amor, la cuál hizo bizquear a Wanda, tartamudeó algo incoherente y se dio la vuelta.