Capítulo 23

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Narra Melissa

– ¡Otro golpe!

Vuelvo a darle otro puñetazo al maestro y éste vuela por el aire hasta impactar contra la pared. Sonrío orgullosa ante mi gran logro, Tyler y Denise aplauden entusiasmados.

– ¿Está bien, maestro? — pregunto con inocencia al verlo hacer una mueca de dolor.

– Estoy orgulloso, llevas tratando de vencerme tres días. — dice poniéndose de pie y sonriendo.

Mi padre nos inscribió en la academia de vampiros, también nos enseñarán a controlar nuestros lobos, ya que también tenían técnicas para licántropos. Nuestro uniforme consistía de una camiseta amarilla con un chaleco del mismo color, en la camisa estaba el logo de la academia, era una V mayúscula rodeada por un círculo rojo, los pantalones eran del mismo color de la camisa y más ajustados pero flexibles, y por último unas botas militares.

Los estudiantes tenían la boca abierta, pero aún así seguían aplaudiendo, todos con el mismo uniforme.

– En tan sólo seis días, te haz convertido en mi alumna número uno. — me guiña un ojo y pasa por mi lado.

Sonrío con el ceño fruncido, ¿estaba ligando conmigo?

No he visto a Jeremy desde hace seis días, desde ése día en el que nos dejó a todos confundidos. Traté de convencer a Karla para que me dijera que era lo que lo atormentaba, pero siempre me decía que esperara a que él estuviera listo para contarme. Trato de convencerme a mi misma que no es que no confíe en mi, simplemente necesita tiempo. Camino hacia mis hermanos y tomo la toalla que me ofrecía Denise.

– Ése fue un buen golpe. — me alardea.

– Recuérdame no volver a levantarte un Domingo por la mañana. — comenta Tyler divertido.

Los tres reímos y nos preparamos para volver a casa. Todavía no había señales de nuestra madre y hacíamos todo lo posible para encontrarla, entrenábamos todos los días sin descansar y salíamos a buscarla por las noches, ninguno dormía, no queríamos darnos el lujo de hacerlo, nos toma sólo quince minutos llegar a casa. Los tres ingresamos en nuestro hogar totalmente exhaustos, mis músculos estaban tensos de tanto entrenamiento, necesitaba un respiro, pero aún no podía hacerlo.

– Que silencio. — susurra el castaño mirando a su alrededor.

– Demasiado silencio para ser nuestra casa. — dice Denise dirigiéndose a donde se encuentra su sable y tomándolo con ambas malos. — Aquí sucede algo.

Los tres nos ponemos alerta y nos quedamos en silencio, hago aparecer una bola de fuego en mi mano y asiento en la dirección de mis hermanos.

– ¡Papá! — lo llamo yendo a su habitación. — ¡Papá!, ¿estás aquí?

Bajo las escaleras alarmada al escuchar un estruendo proveniente de la sala. Tyler estaba tirado en el suelo y Denise apuntaba con su sable hacia alguien, no podía ver su rostro, pero Denise tenía una cara de espanto y el sable temblaba ligeramente en su mano.

– ¿Denise? — pregunto con la vista fija en la espalda de la mujer, porque estaba segura de que era una mujer.

Denise no reacciona y sigue en shock, la mujer lentamente se da la vuelta y la puedo apreciar mejor; ojos rojos brillantes, piel pálida y perturbadores labios rosados, mejillas con un poco de rubor y sonrisa neutra.

– ¿Donde está mi padre? — pregunto con voz dura. — ¡Responde!

La mujer pega un pequeño salto al escuchar mi grito casi animal, mis ojos se habían tornado verdes y me acercaba poco a poco a ella.

¿Enamorarme de un lobo? ¡JAMÁS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora