Capítulo 12

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James, aún algo petrificado por lo que acababa de pasar, tomó el marcador rojo e hizo una cruz encima de la foto de Bianca. 

James tenía una historia algo escandalosa. Su padre y su madre habían muerto en un accidente automovilistico cuando él era tan sólo un niño de 8 años. El quedó a cargo de su hermanastra, la cual lo usaba para todo tipo de trabajo. Cuando cumplió los 14, su hermana de 35 decidió quitarse la vida dejándole apenas una nota diciendo que ya no podía seguir sin sus padres, que los extrañaba demasiado y que sus padres querían que ella se fuera con ellos. Pero que sin embargo no querían que James fuera. Ella, en su carta, decía también que aunque lo había maltratado de alguna manera durante 6 años ella lo amaba como si fuera aquél hijo que no podría tener nunca.

Esto marcó mucho a James, ya que luego de la muerte de sus padres, la única persona que se había preocupado algo por él se había quitado la vida. Él aún no entendía que había hecho tan mal para no poder hacer que su hermanastra siguiera con vida. Aunque sea por aquél pequeño niño que él había sido en algún momento. Sin embargo, luego de ésto, él dejo la secundaria. Comenzó a dedicarse a la calle.. A robar para poder subsistir..

Él sabía que estaba mal lo que hacía. Pero por ahora, con 15 años apenas, no tenía otra escapatoria. O eso pensaba él. Y su maldito orgullo no le dejaba pedirle dinero o cobijo a alguien de su extensa familia.

Al ver terminar el destino de Bianca, James se sintió profundamente dolido. Sin  embargo, y para mantener su postura de chico fuerte, tragó sus lágrimas queriendo derramarlas por aquella amiga que se había preocupado por él en aquél  momento de desesperación en el que el pelirrojo había entrado al infierno en el que aún se encontraba. Aquella morena que lo había consolado cuando lloró casi a escondidas para que nadie lo viera, pero que sin embargo y sin juzgarlo, ella estuvo allí para él.

Hasta podría decirse que James la consideraba algo más que una amiga. Quizá imaginaba una  vida juntos y sólo quizá aquella pequeña esperanza desfalleció cuando vió desaparecer, como en un truco de magia, a su única amiga.

O quizá sólo no quería admitir que haber visto a la persona que amaba en ese momento desaparecer así, tan de repente, lo había partido en mil trozos.

La Llamada del SuicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora