Capítulo 13

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-Bueno, basta de circo. La niña ya está muerta. Ya pueden volver a su vida normal -dijo Marshall casi disfrutando lo que estaba diciendo.

James miró al cielo. ¿En serio la crueldad humana es infinita? ¿O será que Marshall y su grupo de terroristas no son humanos?

Quizá luego de maltratar tanta gente con sus fines perversos les había hecho perder todo rastro de humanidad que podría quedarles luego que querer comenzar a jugar con la vida de las personas.

¿Cómo podrían seguir su vida normal sabiendo que había muerto una persona frente a sus ojos?

Sin embargo, mientras James pensaba todo esto mirando a ningún lado, los demás volvieron a sus esquinas. Como si nada hubiese pasado.

James se quedó en el centro de la habitación, anonadado por lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

¿Acaso era él el único que sufría por la muerte de Bianca?

¿A nadie más le importa? ¿Tan fácil aceptan que Marshall juegue con la vida de las personas hasta llevarlas a la muerte?

¿A nadie más le quedaba algo de humanidad?

El pelirrojo volvió con sus amigos, aun con lágrimas en los ojos, y se sentó algo apartado del resto.

Quería estar solo. Simplemente estar solo...

Pero, sin embargo, sintió unas manos muy pequeñas y delicadas abrazarle por detrás.

Él no se giró, simplemente para no dejar ver las lágrimas que caían por sus mejillas. Pero si pudo distinguir un suave aroma a frutas. Como si aquél perfume fuera el que en realidad lo estaba abrazando. Intentando transmitirle seguridad y fuerza.

James se quedó quieto. Intentando mirar aquellas pequeñas manos que lo sostenían. Sin embargo, su vista borrosa por las lágrimas no dejaba que las imagenes fueran reveladas de manera efectiva.

-Tranquilo.. -susurró una voz irreconocible para él

Alguien estaba intentando consolarle.. ¿Y no podía saber quien era?

James se quedó dormido. Acunado por aquellos brazos que lo rodeaban y aquellas manos que acariciaban su torso de arriba a abajo terminaron por adormecerlo.

Al otro día, el pelirrojo se despertó. Pensando que todo había sido una horrible pesadilla, suspiró aliviado. Un instinto lo llevó a ver aquella foto de Bianca. Ésta tenía la cruz que él mismo había hecho la noche anterior.

Que horrible fue darse cuenta de que su infierno se había convertido su realidad.

La Llamada del SuicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora