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— ¿C-como? — Tartamudeo Taehyung sin poder formular alguna frase coherente en su cerebro.

— Que me he olvidado las llaves de mi casa... — Murmura mirando atodos lados menos al rubio. Lleva su mano a la nuca. — Dentro de la casa... —termina la frase algo avergonzado por su estupidez mientras se mojaba bajo la lluvia esperando como un perrito mojado que Taehyung le de paso para entrar.

— Pasa, te vas a resfriar... — Mira de pies a cabeza al azabache. Camisa transparentada, zapatos mojados y pantalon pegado a sus musculosas piernas. Estaba empapado y toda su ropa se veía pegada a su esculpido cuerpo.

Se mueve a un costado para dejarle pasar al mojado compañero, quién pasa con un pequeño tembloreo en sus extremidades, y se queda parado al lado de la puerta.

— No quiero... — Se aclara la garganta, ya que siente que sus palabras parecen tener un leve tembloreo —a causa del frio viento que lo había estado helando en todo el trayecto— que no es de ayuda para proponer el importante favor al mayor. — Ensuciarte el piso ¿Sabes?

Taehyung entiende lo que dijo, relame sus labios y abre la boca como para decir algo, pero de los labios no sale ni una palabra, solo aciente.

— Te traeré toallas y tal... — Sube rapidamente las escaleras y corre los pequeños pasillos hasta llegas al baño, de donde extrae una toalla y un trapo de piso. Casualmente encuentra una de sus caperas viejas. La coge. Vuelve al lugar donde tiembla el pobre azabache y le coloca la toalla en la espalda. Deja la capera a su lado y habla.— Después puedes bañarte, si quieres, claro...

Asiente el menor secándose rapidamente con la toalla todo el cuerpo sobre la ropa, que no dejaba de gotear agua desde que entró, dejando un charco amplio que de seguro Taehyung debía de limpiar.

Jungkook si que necesitaba un buen baño. Sentía como el frio penetraba los poros de su piel y le llegaba al alma. Repentinas ganas de estornudar comenzaban a generarle cosquillas en su nariz, pero no las suficientes como para hacerlo.

El azabache vé al rubio a través de los mechones mojados que estorvan en su vista.

— Te prepararé el baño. - El rubio corre al baño, en busca de todo lo que necesitará Jungkook.

Mientras tanto, el menor sacudía su melena en la toalla, haciendo que gotas saltaran en todas direcciones. Se quitó sus zapatos, se colocó la campera que el mayor le había traído y caminó a la cocina.

Cuando el habre llama, no hay cortesías.

Se adentra a la totalmente ordenada y limpia cocina blanca que poseía la casa, acercandose a la heladera para averiguar que podría comer. Apenas abre la puesta, se enciende la luz de dentro de esta, mostrándole todos los productos que contenía.

Era obvio que con esa lluvia no podría volver a casa, y menos sabiendo que sus padres no estarían como para abrirle la puerta. Por esa razón había decidido volver a la caza del rubio, esperando que este lo recibiera por esta noche. Por suerte, el corazón amable y blando del mayor lo recibió en su casa como si fuesen mejores amigos. Y lo más sorprendente, sin dudarlo.

O bueno, eso le iba a proponer.

No tenía ninguna otra opción: todos sus amigos estaban —de seguro— de fiesta y la mayoría vivía demasiado lejos. La otra opción —menos deseada y menos querida por parte del azabache— era la casa de Jimin, pero el azabache prefería morirse bajo el agua y tener un ataque de hipotermia antes que ir a la casa del enano.

Abrió la heladera, observando que esta estaba llena de comida y bocadillos deliciosos, como queso y algunos jamones, entre otros alimentos. Una deliciosa y sin abrir Coca-cola estaba estacionada esperando ser bebida. Esa era su función, después de todo. Y su hambre feroz no se iba a calmar solo con comida.

¿Enemy? || KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora