The very last moment.

110 9 3
                                    

"Hey, ha sido un tiempo..."

Si alguien le hubiese dicho a JeongHan que estarían en esa situación no lo hubiese creído. Ahí estaba, en su cafetería favorita, sentado frente a Choi SeungCheol.

"¿Cómo has estado, Hannie?"

El mencionado comenzó a toser inesperadamente ante su apodo, no sabiendo si debía pedirle que no lo mencionara o que le llamara así hasta que tuvieran que irse. Apartó la curiosa taza de café de sus labios y la dejó de vuelta sobre la mesa, pensando en qué responder. Aclaró su garganta y pasó una pierna sobre la otra.

"Muy bien, a decir verdad." Murmuró mientras comenzaba a jugar con sus manos, de vez en cuando estrujando el puño de su camisa entre sus dedos. "¿Tú? ¿qué ha sido de tí en este... largo... año?"

La respuesta del pelinegro tardó en llegar. JeongHan no quería verlo aún, temía hacer contacto visual y soltarse llorando. Muy contrario a lo que pensaba escuchar, Cheol comenzó a reír, enternecido.

"¿De qué te ríes?"

El ahora castaño levantó la mirada, enfadado de que su ex se estuviese riendo de su respuesta.

"Oh, Yoon JeongHan... puedes tener a cualquiera, pero eres un terrible mentiroso."

Los dedos del mayor acariciaron sus mejillas, causando que buscara pegar su rostro a su mano tal como si fuese un felino domesticado. No quería dejar de sentirlo, demonios, lo había extrañado tanto. Pero tan pronto como el toque llegó, también se fue.

La diestra de SeungCheol se quedó quieta en la mesa, dirigiéndole un destello triste ante el día nublado y la baja iluminación del lugar; había un anillo en su dedo anular. Una preciosa argolla de compromiso se presumía orgullosa ahí, y JeongHan no podía quitarle la vista de encima. Quería preguntar pero simplemente no se atrevía, no quería escuchar lo obvio.

"¿Esto?" Cheol interrumpió el silencio cuando notó al chico bonito mirar su anillo de compromiso. "En un par de meses voy a casarme con JiSoo, ¿no es eso maravilloso?"

Han sólo atinó a asentir un par de veces, de nuevo llevando la taza a sus labios para al menos darle un pequeño placer a su garganta. No era secreto que estaba a punto de llorar, sus ojos estaban acuosos y de vez en cuando formaba pucheritos inconscientes que lo delataban. No podía digerirlo aún, y no sabía si lo haría cuando volviera a casa.

En cinco años de relación nunca le había mencionado el matrimonio, ni siquiera sin darse cuenta, y a apenas un año de haberse separado... ¿cuánto tiempo llevaba enamorado de aquel chico?

Cuando dejó de nuevo la taza sobre la mesa apartó la mirada hacia la ventana, en busca de una pequeña distracción en algunas de esas personas que corrían a resguardarse del clima pues de seguro estaba a punto de llover. Esa siempre había sido su mesa, de ambos, desde su primera cita hasta la última, guardando cada preciado momento para ellos. Y MinGyu, el dueño, siempre procuraba tenerla desocupada para cuando llegaran.

Que por cierto, ya debía hacer aparición.

"Debes comer bien, Han." Sus manos se encontraron sobre la mesa, SeungCheol pasando sus dedos por la reducida muñeca ajena. "Cuando te ví de nuevo, no me imaginaba que estarías así."

Eso era poco. Cuando Cheol entró al local y lo vió sentado en esa mesa juró que estaba superándolo mucho mejor de lo que pensaba, el chico había cortado su cabello y lo había teñido de un lindo castaño claro. Su sorpresa fue grande cuando el chico lo volteó a ver de vuelta, sus pómulos se marcaban terriblemente, ¿dónde habían quedado sus preciosas mejillitas? Aunque no podía negar que usar sus anteojos de vuelta le devolvía un poco de su atractivo, estaba en extremo preocupado.

Como un pequeño salvador, MinGyu llegó a la mesa, dejando un trozo del pastel favorito de ambos para cada uno. Si bien no planeaba alargar su encuentro, preferiría que no tuvieran que hablar tanto del pasado, a JeongHan no le estaba haciendo nada bien.

"Va por cuenta de la casa."

Les guiñó un ojo a ambos y antes de irse dejó un apretón en el hombro de Han. El pelinegro no tardó en probar ese delicioso pastel de fresas, la especialidad de su mejor amigo. Le dirigió una mirada a su acompañante y luego le tendió su tenedor, dándole un trozo de su propio pastel pues no se veía como si quisiera probarlo. Para su satisfacción, él lo comió.

"Hay que superar esto, cielo." Tales palabras rompieron el silencio y la calma que había llegado al menor. "Tienes que seguir, conocer a alguien más... Estoy seguro de que encontrarás el amor de nuevo, aunque no sea conmigo."

Esta vez las lágrimas bajaron libremente por las pálidas mejillas, deteniéndose en su barbilla para caer a sus manos y otras continuar en su cuello. SeungCheol se levantó de su lugar para acercarse a su querido ex novio, acarició su sedoso cabello y besó su frente con cariño, después salió de ese lugar sin mirar atrás.

Justo como hace un año, cuando salió del departamento arrastrando sus maletas, mientras que detrás de la puerta que acababa de cerrar el pequeño rubio se deshacía en llanto, impotente por no poder hacer nada para conservarlo.

"Lo siento, Hannie, no puedo seguir haciéndote esto."

Sus palabras fueron las mismas, pero ese pequeño remordimiento que pesaba en su pecho fue diferente. Hace un año se sentía tan afligido por dejar al que acababa de convertirse en su ex solo, temía que pudiera hacer algo tonto y una parte de él se decía que aún lo amaba y debía volver y decir que era solo una simple broma; en lugar de eso mordió el interior de su mejilla y siguió con su vida.

Y ahora, en el presente, se iba de nuevo, dejando atrás a ese bonito ángel que una vez robó su corazón, esperando algún día volverle a ver riendo al rededor, tan libre, tan lleno de vida.







☆☆☆☆
Este fue un bonito os que escribí hace mucho tiempo -o al menos la ídea- y mostré a una personita muy especial. No pensaba publicarlo algún día pues estaba en uno de esos momentos en lo que detestas todo lo que haces, pero ella me dijo que era muy bueno y a pesar de ser algo triste le había encantado.

Sofi, no sé si estés leyendo esto o algún día lo hagas, pero esto es para tí. Especialmente para tí.

Te amo.

Ending Scene.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora