La bella y la bestia

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Todas las mariposas murieron cuando en vez de un beso, Una mano masculina y fría como el ártico tapó la mitad de mi rostro enrojecido.

Sentía mi corazón palpitar con fuerza por la vergüenza que sentía.

Tomas estaba junto a mi tapando medio rostro mio con su mano.

Su mirada era fría, Penetrante y calculadora. Con un dejo de asco.

Paso su mirada de mi a Eden que seguía petrificado en su lugar con los pies enraizados al suelo.

Puedo jurar que me abatió con fuerza la mirada que Tomas le dedico al chico.

Soltó una carcajada sin gracia.

-¿Pero que tenemos aqui?-Dijo apartando su mano de mi rostro posicionándose frente a mi dejandome ver solo su espalda.

-¿No vas a contestarme Eden? Vamos...

¡¿que rayos haces con mi novia?!

Eden solo dio una sonrisa de lado sin mostrar sus dientes.

-Nada importante-Aclaro su garganta.

Tomas se volteo hacia mi.

-¿Que Creíste?
Que este idiota te querría.
¿Que talvez eras única? Tomás me lanzo una mirada con desprecio puro y genuino.
-Pues te lo informo para que lo sepas, no ve nada especial en ti.

Me quede petrificada, esas palabras me dolían y lograban herirme aun mas porque sabia en el fondo que era verdad. No se enamoraría de mi en un mes.

¿Pero? Tomas debía ser tan frío y duro conmigo.

Creo que me lo merezco susurré para mis adentros.

-Lo siento- Dije con la cabeza gacha dejando mi cabello caer frente a mi rostro.

Se hizo un silencio sepulcral e incomodo.

Tomas halo de mi mano le suplique que parara porque me estaba lastimando pero solo se detuvo hasta llegar frente a la puerta de su habitación.

Abrió la puerta y al entrar me lanzo hacia dentro de la habitación
Cerro la puerta a sus espaldas.

Yo estaba sentada en el piso estudiando cada movimiento del pelinegro.

El estaba recostado junto a la puerta con la cabeza gacha y su cabello cubría sus ojos.

Al levantar la cabeza divise un par de ojos rojos supliendo a los ojos grises que conocía.

Este no era Tomas, no podía ser.

Me arrastre por el suelo hasta topar con la cama lo miraba con miedo y el empezó a caminar hacia mi dirección.

El se acerco a mi hasta quedar parado frente a mi viendome desde arriba, se agacho tan solo un poco y paso una mano por mi mejilla.

Se acerco un poco a mi pasando su rostro junto al mio y quedando junto a mi cuello.

Olfateo mi cuello una vez mas.

-Si tu eres una maldita conmigo, Yo también tengo derecho de serlo-susurró contra mi cuello.

Se me herizo la piel buscaba una explicación lógica que había pasado con sus ojos.

¿Acaso era? Un Vampiro...

Me removí alejándome del chico

-Lo siento yo no quería -Mis lágrimas empezaron a caer y resbalarse por mis mejillas.

-Oh linda, hoy dentro de mi todo lo que sentía por ti murió.

Mis ojos se llenaron de agua.

Levantó la vista mirándome con esos ojos rojos brillantes.

-No hay oportunidad para arrepentirse.

Sus manos tomaron mi rostro y metió su cabeza dentro de mi cuello respirándolo con hambre.

Solloze, Se acerco abrió la boca.

Clavo un par de colmillos en mi cuello, Me dolió como nunca. Empecé a sollozar del miedo y dolor mientras estaba inmóvil.

Comenzó a beber mi sangre y sentí un poco de líquido resbalándose en mi cuello.

Empecé a luchar debilitada, No quería morir. me removí y sus manos me aprisionaron evitando que pudiera moverme y mordió con mas fuerza mi cuello.

Solté un sollozo mas fuerte de mero dolor que me provocaba.

Apreté sus brazos con mis manos sin mucha fuerza, mis esfuerzos eran en vano.

Sus colmillos salieron del alcance de mi cuello y se aparto tomandome de los hombros.

continuará...

















¿Que les pareció el capitulo? Les agradezco las lecturas y el apoyo, les agradecería un comentario descolocado...

Ese tipo de comentarios son muy divertidos de leer.







Ahogándome en TomásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora