I'll be there

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Un chico de cabellera bicolor verde y roja caminaba en dirección a su hogar después de una larga jornada de estudios, disfrutaba de ver los arboles de cerezo en flor, la temporada que se suponía era la más feliz para los estudiantes se acercaba, los veranos, lastimosamente para Yuya no eran más que uno de los causantes de su dolor en el corazón, pues avivaba demasiados recuerdos.

Ya habían pasado dos años desde entonces, terminaba de cursar el tercer año de secundaria, era un chico como cualquier otro, sin embargo de vez en cuando era el causante de varias sonrisas en su grupo con las ocurrencias de su pequeña cabeza. Como todo el mundo tenía un secreto y era que le gustaba Yuto un chico amable, fuerte, con un labio frio pero tranquilo de cabellera pelinegra/morada y con unos ojos grises demasiado bellos a su parecer, este era de un grupo diferente al de Yuya, porque nunca habían cruzado palabras, sin embargo desde que lo vio en la ceremonia de ingreso no pudo sacarlo de su mente.

Un día cualquiera se encontraba en la biblioteca tratando de alcanzar uno de los libros de los estantes superiores, sin embargo al conseguir el libro un mal movimiento hizo que callera de espaldas contra dos personas.

-¡Ten cuidado!- Dijo un chico de cabellera azul con un flequillo peculiar de color amarillo, Yuya estaba realmente apenado por lo cual inmediatamente se levantó e hizo una reverencia disculpándose, después se dispuso a recoger sus cartas de duelo que siempre llevaba consigo y que ahora se encontraban regadas por el suelo debido a la caída. –Toma- Dijo amablemente el acompañante del peli azul, y Yuya no supo hacer más que ocultar su rostro sonrojado y decir un débil -Gracias-.Debido a que esa persona era su amado Yuto, este último empezó una conversación debido a las cartas, así yuya pudo empezar a acercarse a Yuto y en el proceso conocía a Yugo aquel chico con flequillo con forma de banana, las tardes siempre eran muy divertidas junto a ellos dos, se daba cuenta de que Yuto y Yugo llevaban una amistad muy linda realmente y muy pronto el también entro en el círculo de amigos preguntándose por que no se juntaron antes, debido a que quedaban ya pocas semanas para su graduación.

Disfrutaba del tiempo que pasaba con ambos, pero el sentimiento que tenía por Yuto crecía más y más con cada día que pasaba, todo hubiera sido perfecto de no ser porque un día mientras Yuya y Yuto volvían a casa este último dijo –Me gusta Yugo- Yuya sintió que su corazón dolía sin embargo no lo demostró y solo rio nerviosamente, así Yuto de confesaba a Yuya que gustaba de Yugo y por eso el peliverde/rojo decidió ocultar sus sentimientos y ayudar a su querido Yuto a conquistar a Yugo.

Así juntos llevaban a cabo los planes aunque para el de cabello parecido a un tomate, le era muy doloroso, pero siempre se decía así mismo que si Yuto era feliz con la persona que eligió, entonces el también sería feliz.

Durante ese lapso su madre Yoko le había informado que por el trabajo de su padre tendrían que mudarse cuando se graduara de la secundaria.

El día de la graduación llego y Yuto tenía planeado decirle sus sentimientos a Yugo ese día, Yuya solo pudo observar el acontecimiento y como el peliazul se lanzaba a los brazos de Yuto correspondiendo el sentimiento, eso había roto por completo su corazón pero no tenía derecho a llorar, no lucho por lo que quería, no lucho por el amor de Yuto, así que no podía llorar. Pasaron cinco días y finalmente se despidió de ambos con un –Gracias por todo- para después subir al carro y empezar el trayecto a su nueva ciudad.

Ahora yuya seguía caminando viendo los cerezos, durante todo el tiempo que había transcurrido hizo nuevos amigos, y le ayudo a pensar en lo sucedido hace dos años, se detuvo por un momento y como un adiós a los sentimientos que tenia por Yuto susurro al cielo –Gracias, Yuto, me gustas, te agradesco mucho el haber sido aquella persona que fue mi primer amor, y sin importar que estaré ahí, a tu lado apoyándote como un buen amigo- así Yuya siguió su camino y al llegar a una de las grandes avenidas que tenia que cruzar no espero encontrar al otro lado de la acera, esos ojos que en su momento le robaron varios suspiros.

-Yuto....

Fue lo único que salió de los pequeños labios del peliverde/rojo.

Susurro al cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora