Sangre, sudor y lágrimas

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Hoy es un buen día para España, el fin de la derecha rancia y su yugo de opresión ha hecho que puedan construir un futuro mejor las mujeres oprimidas, los olvidados pensionistas, los obreros estafados, los radicales estudiantes y los artistas enjuiciados. 

La rama aislada del caso Gürtel llevaba tiempo amenazando de podrir enteramente el árbol del PP y finalmente ha acabado por hacerlo caer gracias al empuje definitivo que ha propiciado la moción de censura presentada contra la ejecutiva de los populares. El sátrapa Mariano Rajoy y su séquito de patriotas españoles de corbata azul han visto como el resto de partidos del espectro político tendían el malogrado manto de la justicia hasta las puertas que conducen a las puertas de la salida del congreso. La hipocresía que largamente les ha ostentado en el poder ha rebotado cual boomerang desde las manos del pueblo para reclamar un cambio que termine con una era de vergüenza y corrupción banalizada. 

Por ironías del destino el PSOE ha sido el primero de entre todos ellos en activar la palanca del cambio, el apoyo de Unidos Podemos junto al de los pequeños partidos nacionalistas e independentistas de la periferia han sido cruciales para lograr finalmente desbancar al PP del poder. Ciudadanos, el partido muleta cómplice de la corrupción y representante del recambio liberal de Rivera, ha aprovechado el desenvolupamiento de éste golpe democrático; primero ha hecho un llamamiento desperado a la "cordura" de mantener al partido gobernante en el poder por el bien de España y cuando finalmente se ha dado cuenta de la ridícula situación en la que se encontraba ante el hemiciclo, ha optado por pedir la dimisión de Rajoy mientras soñaba en colgarse la medalla.  El camaleón Rivera ha sorteado una vez más los obstáculos debido al poder de mimetización política que posee y ha fijado la vista en las siguientes elecciones donde puede devorar gran parte del electorado conservador tradicional.

En un acto deshonroso y cobarde el (ex)presidente español se ha ausentado para evitar la afrenta dialéctica a la que lo habrían sometido sus rivales políticos;  su mala gestión estos años al frente del país y la regresión democrática que ha propiciado merecen el reproche de toda persona que se ha visto afectada por ello. Hubo muchos momentos duros que no merecen perdón a quiénes lo toleraron por más tiempo que pase: las mobilizaciones del 15-M en 2011, las familias desahuciadas por la crisis, la represión policial del 1-O en Cataluña, los abuelos afectados por las preferentes, los jóvenes encallados en el paro, el encarcelamiento de artistas y políticos arbitrariamente, los fallecidos por la degradación del sistema público de sanidad, las víctimas de las armas vendidas por el patriótico Felipe VI, la ley mordaza que multiplica los delitos de terrorismo, los afectados por los recortes masivos, la reforma laboral...

Toda la gente que en sus horas más negras creyó sucumbir en el abismo de precariedad y pobreza auspiciado por el PP puede hoy creer en un futuro mejor pues depende de lo que voten en las siguientes elecciones. 

Sangre, sudor y lágrimas hagan caer al tirano que oprime su pueblo.


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