¿Yo te encontré?, no, Tú me encontraste

I

¿Sabes?, cuando yo te vi

No me esperaba nada

Ni siquiera una amistad

Pero el destino ya

Nos tenía una jugada y no nos iba a preguntar

Y así nos fuimos sin pensar

Sin hablar muy bien las cosas y pasó…

Lo que no tenía que pasar…

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Desde hace mues solo traía esas estrofas en mi mente, pero ya no causaban dolor, de hecho hasta comenzaba a gustarme la canción, el alma rota puede sanar, no es necesario un drama como el de las series o telenovelas, el ser humano es capaz de superar a cualquier persona mala que les hizo daño, ese es mi caso, además de que he vuelto a vivir, con un nuevo y fantástico trabajo en una agencia de viajes, donde ahora tenía una gran jefa, no era tan mayor pero si muy audaz en su trabajo, su nombre era Imra, quien me impulsó a mirar la vida de un color que no fuera el gris, porque ella, la mujer del pasado no me iba a arrebatar la felicidad.

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Sí me hubiera dado cuenta antes

Habría corrido para escaparme

Del saber que el filo de tus labios

Al final iba a cortarme

Si me hubiera dado cuenta antes

Que tu corazón estaba en otra parte

No te hubiera acariciado tanto

Y ahora es demasiado tarde

Te ofrezco una disculpa

No fue mi intención amarte

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Si Imra supiera que estoy oyendo ésta canción rumbo al trabajo, me arrojaría el estéreo del auto a la cabeza, así que debía aprovechar el momento, llegaría temprano al trabajo por primera vez en mi vida supongo, ser su asistente no era tan malo, salvo cuando estaba estresada, recordaba muy bien el día que la conocí, yo sentada patéticamente en la barda del puente de San Francisco, ella detuvo su auto mostrándome esa hermosa sonrisa, ahí supe que los dioses me habían enviado un hermoso querubín, de ojos hermosos y cabello castaño, que brillaba esa mañana con el amanecer, vaya que me gustaba mi jefa, ¿y cómo no?, sí era una maravillosa persona.

-Mi jefa-

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Varias veces intenté

Que habláramos de esto

Que querías

Que esperabas

Que buscabas cada vez que me besabas

Sin parar pero nunca me quisiste responder

O tal vez yo no lo quise entender