~ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 38 ~

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Lo miró durante varios segundos, hasta que cerró su mano sobre él, apoyó la cabeza contra la pared. No sabía cómo sentirse, no sabía cómo reaccionar. Todo simplemente estaba...congelado.

Pero en alguna parte en lo más profundo de él, tan profundo que no lo encontraría aunque intentara, una parte de él estaba llorando.

***

Taehyung tuvo apenas tiempo de pensar en Jungkook cuando llegó a su casa. Fue atrapado inmediatamente en uno de los abrazos de su madre, lo que lo hizo recordar, la casa olía a comida, a galletas, a hogar. Se preguntaba que habra pensado Jungkook de su regalo, si lo había tirado, o lo llevaría puesto. Esperaba que lo último, pero con Jungkook nunca se sabía. Lo más probable es que no lo llevara puesto, probablemente lo guardó.

—Taehyung, estoy tan feliz de que te deshiciste de ese cabello— dijo su madre mientras se sentaba alrededor de la mesa de Nochebuena— Eso se te ve mucho mejor, incluso aunque hubiera deseado que tu...—Taehyung la interrumpió con una risa. 

—Mamá, nunca tendré un cabello normal, sólo olvídalo.—

Ella le dio una de sus miradas, pero hoy tenía que estar alegre y no lo regañaría, así que Taehyung solo rodó los ojos e hizo que le pasara las papas. Ella tenía que estar feliz, lo había logrado convencer de usar pantalones de vestir y corbata. Llevaba corbatas en el trabajo, pero había una regla de no usarlas fuera, sí, su madre estaba presumiendo a su ―guapo y crecido- hijo.

Su padre era amable y cortés, decidió no hablar sobre trabajo ni nada de eso, Taehyung se dejó envolver por el espíritu navideño, se sentó alrededor de la mesa, comiendo ganso, bromeando y riendo. Realmente amaba a su familia en momentos como ese. Entonces Taehyung pensó en Jungkook, en como él estaba sentado aquí con su familia, y Jungkook en su oscura celda, completamente solo en la víspera de Navidad, su corazón sufría por él.

—¿Qué pasa Taehyung?— le preguntó su madre en el tono de preocupación que usa a menudo, Taehyung se encogió de hombros.

— Oh, nada— dijo, tratando de olvidarlo— Cosas de trabajo.

—No pienses en el trabajo, es Navidad— dijo su padre y chocó su copa de vino contra la de Taehyung, sonriéndole, Taehyung le devolvió la sonrisa a medias.

—Necesito hacer algo— dijo y se levantó, sabiendo que hacer— Volveré, lo prometo.

Dejó la mesa rápidamente y entró en su habitación. Estaba casi completamente como la dejó, excepto por que su madre había metido algunas cajas, con cosas de la casa que su madre había limpiado, y sus posters habían sido retirados y sustituidos por piezas de arte al azar. En opinión de Taehyung, un arte bastante feo, pero el gusto de su madre podía ser tan extraño como eso. Mirando un cuadro particularmente feo, de una mujer azul y verde, llorando, muy abstracto y demasiado confuso en opinión de Taehyung, sacó su celular.

****

Jungkook no lo podía creer cuando lo escuchó y su reacción fue de molestia.

—¿Tengo una qué?—preguntó casi de inmediato, porque ¿quien se atrevía a venir y decirle eso?

—Una llamada telefónica— repitió Jimin y sonó tan increíble la segunda vez, también el ligero tono de temblor en su voz no pasó desapercibido por Jungkook — Ahora, ¿vas a tomarla o no?—Jungkook considero no hacerlo, pero la curiosidad era mayor por lo que se levantó de la cama.

—Enséñame el camino...jefe— dijo enviando a Jimin una pequeña sonrisa, lo que disfrutó, al ver su pálido rostro. Oh, ahora deseaba que no se hubiera decidido a aceptar la llamada, ¿o no?

* 𝕆𝕦𝕥𝕣𝕚𝕘𝕙𝕥 𝔻𝕖𝕔𝕖𝕡𝕥𝕚𝕠𝕟 *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora