Reflexión

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La puerta de entrada estaba cerrada, así que... ¿Cómo fue que logró salir? ¡Ah! Claro, la casa es de un solo piso y no considero las ventanas, seguro de que su azabache no saldría por la puerta principal no se preocupo por lo demás pero, ¿quién era ese hombre con el que estaba? Era alto y mucho mayor que él, incluso parecía ser mayor que Shouta,
Sus pies se movieron solos, movidos por el impulso de saber a donde se dirigían hasta que se vio parado frente a un café algo alejado del centro, tomo asiento lejos de la pareja y se dedico a observarlos, mas todo parecía indicar que solo mantenían una charla tranquila, pasado un tiempo considerable ambos salieron de la cafetería y comenzaron a caminar, el castaño los seguía tratando de no ser descubierto y pronto se vio caminando por calles muy familiares... Puesto que iba hacia su casa, un nuevo sentimiento de irritación apareció, ¿porqué su pareja llevaba a aquel extraño a su domicilio? ¿Tan mal había hecho las cosas para que le traicionaran de aquella manera? Creía que era injusto y que no lo merecía, se detuvo en un pequeño parque a pensar si debía acercarse a su casa y hacer frente a la situación de una vez por todas.

Al final decidió ir a su casa, no dejaría que le robaran al amor de su vida así nada más, sin haber intentado de todo para mantenerlo a su lado.

Entro sigilosamente tratando de que no notaran su presencia y escuchó las voces de ambos provenir de la alcoba, sus manos ya hacían puños y el enojo aumento, decidió acercarse un poco cuidando aún de no ser visto.

-lamento que hayas tenido que entrar por la ventana

-esta bien, no es ningún inconveniente para mi...

-Yukina escuchó cuando hablábamos por teléfono ayer y se puso furioso, no me dejó explicarle nada y saco sus propias conclusiones...

-puede ser que no le demuestras el suficiente amor y por eso es que está celoso

-hmmm, lo único que yo quiero es a alguien que me entienda y él no lo hace... Ya mismo eres el único que me entiende...

-yo sé lo que quieres, pero es importante que hables con él y lo soluciones sino, será otro gran problema

-yo sé... Que tengo que hablar con él y decirle de esto de una buena vez pero...

-no deberías tener miedo ¿sabes?

-....

-....

-no es miedo, simplemente estoy muy molesto con él, ayer malentendió todo y me dijo e hizo cosas horribles...

-¿te lastimo acaso? Si es así entonces yo hablaré con él por ti... No debería lastimarte si te ama.

-¡no!

-¿después de todo aún lo defiendes?

-es solo que... N-no me lastimó físicamente, solo... Dijo cosas que no debía...

-... De todas maneras, si te ama debería saber escucharte... Se hace tarde, será mejor que me vaya por hoy, mañana te enviare un mensaje para vernos y continuar lo que hoy ha quedado pendiente.

-si, gracias por todo.

Tal y como entro, salio, Yukina hizo acto de presencia momentos después de que aquel hombre se fuera, fingiendo no saber nada de lo acontecido, quiso acercarse al azabache pero éste lo evadió y sin dirigirle palabra alguna se fue a su cuarto cerrando la puerta, Yukina sólo escucho el click que hizo la puerta al ser puesto el seguro, sí, sabía que merecía aquello de cierta manera pero a la mañana siguiente trataría de hablar con su amado para arreglar las cosas de modo que por el momento no había mas remedio que ir a dormir al sillón...
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A la mañana siguiente todo siguió igual, el azabache le aplicó la ley del hielo y no probó nada de la comida que había hecho el joven castaño aquella mañana, él mismo hizo algo sencillo para desayunar y luego salió de la casa antes de que nuevamente lo dejaran encerrado, tomó sus llaves y se fue dejando al castaño con un semblante triste.
Aquel castaño sabía que lo que hizo un día antes era un crimen: hablarle de aquella horrible manera a su pareja, dejarlo encerrado en casa con prácticamente nada que comer, lo sabía porque aquella mañana cuando abrió el refrigerador lo halló prácticamente vacío por lo que había tenido que ir a la tienda por varias cosas para hacer el desayuno de ambos, desayuno que el chico ni siquiera volteo a ver y eso le dolía, le dolía como seguramente a Shouta le había dolido quedarse encerrado cuando él mejor que nadie sabía que el chico disfrutaba de su libertad y el día anterior fue como haberle cortado las alas, por eso sabía y entendía la reacción de su pareja para con él en aquella mañana, pero por más que lo supiera no significaba que no doliera nada, sino todo lo contrario, dolía el doble.
Era obvio que bajo aquel yugo su pareja buscara la forma de salir de allí, y lo hizo, salió por la ventana rumbo a la libertad, para no sentirse preso, y tal vez por eso, en el camino encontró a alguien que lo entendía un poco, solo un poco, porque no aceptaría que alguien más que él pudiera comprender mejor los sentimientos de su amado.
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Aún con la mirada triste recogió el lugar, tomó sus cosas y salió de casa, ya que aún debía ir a la universidad, las clases estaban por finalizar, todavía se encontraba en el aula y con el profesor dando clase, mientras mostraba diferentes bocetos que estaban colocados en la pizarra.
Entonces algo inusual ocurrió, Shouta abrió la puerta del aula...

Festejando el cumpleaños de Kisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora