Estoy echa un ovillo para el momento que Liza llama a una ambulancia.
No, no estoy herida, y tampoco lo está Blyne.
Pero eso no significaba que no me doliera los nudillos de mi mano derecha, ni que anoche fuera todo un caos, como dice Eddana, debido a mi empatía.
Si, he causado otro lío.
Pero eso había pasado antes de que la llamada de Marcell, apenas llegamos —no sé sabe cómo— a nuestra residencia, se hiciera presente. Escuchaba el timbre desde el primer piso y ya para entonces estaba demasiado cansada para escuchar lo que me tenía que decir a esas horas cuando se supone que me encuentro dormida. Lo que hizo que pensara que las noticias viajaron más rápido de lo que me demoré en llegar a Arizona por lo que no conteste.
No le corté la llamada porque después pediría más explicaciones, así que solo deje que sonara hasta que se cansará de insistir y me tomé todo el tiempo en subir las escaleras y desvestirme cuando, después de cuatro intentos, se cansó.
Un problema menos, pero todavía no me libraba del peor.
Liza tiró las llaves del auto en el sofá más cercano después de que Daysi, Rose y Lana, una chica que igual que las demás actúa raro conmigo, se retiraron a sus habitaciones. Quizá hubiera recibido un sermón aparte del que me dió Eddana saliendo de la fiesta, pero Megan se tropezó con el primer escalón ocasionando que Charlotte, quien iba atrás, cayera al piso junto con ella y eso atrasó la conversación que dentro de unas horas agregará otra consecuencia en la lista.
Solo que eso no fue el motivo de llamar a una ambulancia a tempranas horas de la mañana.
Bueno, no para mí.
—Sí, ella es alérgica a las nueces. No, no todas. Comprendo, pero...
La voz de Megan se escucha por el pasillo y mi puerta no oculta la preocupación que se expresa en sus cuerdas vocales al hablar. Anteriormente Liza estaba al teléfono y, supongo que, Megan la relevó para que ella se encargue de Eddana quien por el momento se encuentra en la planta baja.
Otra vez, generé un caos.
—De acuerdo, de acuerdo. Gracias.
Si bien he sobrevivido a la fiesta de hace unas horas, aún debía estar atenta. Es más, debería huir antes de que Liza me asesine con su mirada petrificante para luego decirme que no debía golpear al hijo del rector de Fareven Central University para evitar problemas y perder la beca que tanto me había costado.
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Donde está el arcoíris
Teen FictionHolly Sink es buena huyendo. Huyó hacia Fareven, lejos de todos sus sentimientos, lleva un violín atado a su cintura y una tupida falda de tull como escudo. Su vida reciente como universitaria no parece tan mal hasta que conoce la debilidad de todas...