Promesas de hermanos

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Viernes 3 de febrero, 7:35 pm

Dylan acababa de llegar a su casa después de un muy ajetreado día en la escuela y sobretodo fuera de ella, para todavía tener que hacer su proyecto de física y lavar la ropa de esta semana, eso sin mencionar la parte del trato que había hecho con Fabián y que ahora debía cumplir.

—¿Te fue bien en la escuela cielo?— preguntó su madre en cuanto lo vio hurtando una manzana del frutero de la mesa en la cocina.

—Si mamá— contestó todavía con medio pedazo de manzana en la boca —Pero tengo mucha tarea y cosas que hacer así que...

—Ah no...— replicó su madre —No quiero pretextos para que no te encargues de la ropa de esta semana muchachito, ya conozco todas tus excusas— Dylan bufo, si que lo habían cachado —Que tienes mucha tarea, ensayos con la banda, saldrás con alguna chica o con Lucas y Fabián, o que estas muy cansado para meter la ropa a la lavadora y tenderla en los lazos, debería ser fácil para ti hacerlo ya hasta rebasaste a tu papá.

—¿Me hablaste querida?— grito el señor Stevens desde la cochera.

—¡No, solo estaba regañando a tu hijo por holganzan!— grito de nuevo en dirección a donde se encontraba su marido mientras que su hijo mayor se escabullía a las escaleras —¿Y tu a donde crees que vas? aun no terminó de hablar contigo jovencito.

—Creí que ya habías acabado— señalo a las escaleras —Iba a buscar a Leo— la señora Mariana había cruzado los brazos e inspeccionaba a su hijo con la mirada buscando algo que le delatara —Tengo algo que comentarle— sus palabras eran neutras aunque por dentro estuviera la mayor montaña rusa de pensamientos e ideas.

Sabía demás que su hijo planeaba algo y debía ser algo en verdad grande para que metiera a su hermano en sus planes, por lo que debía irse con cuidado para averiguar de qué se trataba, no sacaría respuesta alguna si no lo dejaba continuar, así que lo dejo irse, no sin volver a recordar para él sus deberes en casa; a veces las mamás tienen unos modos muy extraños de mantener el orden y la paz de sus hogares pero seguro saben lo que hacen... ¿O no?

Dylan subió las escaleras de dos en dos casi tres escalones de una sola vez y es que sus piernas tan largas y los escalones tan cortos le permitían jugará así sin temor a caerse de narices.

Tocó con los nudillos la puerta entre abierta que también daba acceso a su habitación, ya que tenía que compartirla con su hermano. Empujó un poco, para permitir que su cabeza se asomara al interior.

—Si estas viendo tu porno chino gay aun puedo salir corriendo— dijo casi en un susurro pero causando un tremendo grito no muy varonil por parte de su hermano menor.

—Eres un estúpido Dylan, solo fue una vez y eso porque me recomendaron la serie, además no puedes decirle porno chino gay a una caricatura.

—Estaban dos chicos completamente desnudos en una bañera... muy cerca— arqueaba primero una ceja que subía y bajaba en complicidad con la segunda.

—Uno de ellos al principio era una chica y digo son dibujos animados— volvía a mirar su computadora de escritorio, no le veía el caso a seguir discutiendo con su hermano —No se que te sorprende yo creo que tu a mi edad ya ni virgen eras...

—¡Bueno ya! ese no es el punto— agito las manos sobre su cabeza —La verdad es que quiero hablar de otro tema contigo— mientras hablaba buscaba entre sus cajones algún folleto del festival de primavera para así tener con que explicar todo lo que tenía que decirle a su hermanito menor.

—No me digas que serás tu el que me explique lo de las abejas y me elimines la creencia de la cigüeña— giro su silla hasta quedar viendo a su hermano con un asco y preocupación en el rostro digno de un meme.

—No seas burro Leonel— con bastante fuerza y tino le lanzó una revista de motos y sin siquiera verlo le dio justo en la frente —Quería hablarte de mi banda.

Al oír esa declaración la duda y el asombro se instalaron en todo su campo perceptivo, Leo abrió tanto los ojos y se inclino tanto de su asiento que parecía que se desarmaría y terminaría en el suelo en cualquier momento.

El mayor de los hermanos comenzó por mostrarle los detalles del concurso al que Fabián los había inscrito, durante el transcurso de la semana.

—¿Qué tengo que ver con esto?— inquirió Leo.

Dylan con algo de tristeza prosiguió con el relato de la horrenda audición, la traición de Lucas, los planes de la banda y para concluir la integración de un nuevo chico a una nueva banda que al final se coronaria como la mejor banda local salida de Monte Grande. Omitiendo desde luego que ahora le invitaba a formar parte por perder una apuesta con Fabián, no era algo relevante para Dylan que su hermano lo supiera.

El chico, incluso llegó a desprenderse por completo de sus audífonos para escuchar con claridad cada palabra que le decía su hermano, con asombro dejo salir el aire y unas cuantas palabras de mala reputación por la incredulidad de los hechos, era difícil de imaginar a Lucas como un traidor y a un chico sabelotodo de lentes y suéter de viejito -como le había descrito Dylan- impresionando tanto a la gente con música de antaño en el mundo del rock, pero casi se quedó sin aliento cuando recibió la madre de las noticias, puedo asegurar que incluso se creyó sordo o que había soñado todo aquello pues esa frase la creía casi incapaz de ser pronunciada.

—¿Entraría Leonel Stevens a la nueva agrupación de músicos con talento no descubierto para ser una estrella de los escenarios?— finalizo Dylan sereno, esperando la respuesta de un chico peliazul que si bien no grito solo fue porque estaba sin aliento, literalmente.

—¿No es una broma?— un ladeo de cabeza lo convenció al fin —¡Por supuesto que si! Hermano, te acabas de ganar al mejor DJ de todo Monte Grande te lo prometo no te defraudare— del brinco que pego y que lo hizo ponerse de pie hizo que su cabeza chocará con la barbilla de Dylan haciendo todo un alboroto en menos de dos minutos, del choque a disculpas y pistones para salir del aprieto.

No por primera vez Dylan deseo no tener que compartir un cuarto tan pequeño con su torpe y ahora adolescente hermano.

—Eso espero moco, porque si metes la pata te juro que te encerrare en el tambor de la batería y te arrojare al primer río que encuentre ¿Me entendiste?— Leo asentía con tal velocidad en el cuello que parecía que en cualquier momento saldría de su lugar —Tampoco quiero problemas con mamá así que te comportas, harás todas tus tareas y ni una palabra a tus amigos, no aun— hablaba también para asegurarse de que todavía tenía la quijada en su lugar.

Sin querer evitarlo abrazo fuerte a su hermano -aun después de casi dejarlo sin dientes inferiores hace un momento-, agradeciéndole la oportunidad que le había otorgado ese día cada que su voz se lo permitía; esa era la forma de demostrarle a su hermano que no era un estorbo o el niño descuidado que siempre pensaba, que había más en él que solo accidentes y desastre.

—¡Ah! Y más te vale no descomponer nada, las cosas que tenemos no son nuestras y aún no terminas de pagarme el amplificador que descompusiste la última vez— sentencio Dylan despegando a su hermano menor de su cuerpo y sujetándole fuerte para que entendiera la verdad e importancia de sus palabras.

—Descuida hermano yo lo arreglo y te prometo no tocar otra cosa que no sea mi consola...— decía todo con la mano en el pecho y los ojos cerrados hasta que recordó que descompuso su laptop en la semana —Pero...

Dylan se paro y con las manos de cubriendo su rostro dejo escapar una gran bocanada de aire —Lo sabía, sabía que no era una buena idea.

—¡No, no! por favor dame una oportunidad— interrumpió exaltado —Solo te iba a comentar,  necesitare que me prestes tu compu— su hermano lo miró un tanto incrédulo y ciertamente desconfiado— la mía ¡Ah! digamos que no aguantará las tocadas— decía mientras jugaba con sus dedos de una forma que de no ser por la tensión del momento sería hipnotizante y algo extraña.

Acepto prestarle su laptop pero solo para las tocadas con la reglas y las restricciones que él mismo le impuso, Leonel asentía y aceptaba todas y cada una sin chistar, ese era su gran momento y no lo desperdiciaría por nada del mundo.


Rock and RollerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora