El Destino.

Hora de enfrentar. Debemos protegerlo

Renji fue escoltado hasta la tienda de Urahara , llegando así al cuartel.

Antes de que Renji hiciera mil preguntas que pasaban por su cabeza, la capitana los reunió a todos en el salón principal y les dio un pequeño discurso tratando de explicar la actual situación.

- Sé que a muchos de ustedes les sorprenderá la apariencia del ryoka que en este momento se ha vuelto nuestra prioridad, sobre todo para aquellos que conocieron al teniente Abarai, pero déjenme asegurarles que este no es nuestro teniente, tal vez su alma reencarnó en este cuerpo humano, pero no conserva ningún recuerdo de la vida que llevó en la sociedad de almas como oficial, por lo tanto nada de esto debe ser mencionado frente a él, no queremos confundirlo más.

Como segundo punto tengo que comunicar que dado el episodio de hoy he decidido que la mejor manera de darle protección es tenerlo bajo nuestra custodia constante en nuestra base, por lo cual, de ahora en adelante vivirá entre nosotros. Los hollows que van tras su alto poder espiritual son cada vez más poderosos y se hará más y más difícil ponerlos bajo control a tiempo y el despliegue de fuerzas necesario es demasiado para poder protegerlo diariamente. Estando dentro de las instalaciones del escuadrón su poder será indetectable para los hollows y estará a salvo, de esa manera podré enviar los refuerzos de vuelta la sociedad de almas.

Vuelvo a recalcar la absoluta necesidad de ser discretos al respecto de su existencia previa a esta, es de suma importancia que él no sepa de ello. Y si alguno de ustedes, que han sido amigos del teniente Abarai conservan alguna foto de él debe ser eliminada de inmediato.

Bien, es todo por ahora, los oficiales a mi cargo pueden retomar sus oficios diarios, los demás pueden preparase para volver ala sociedad de almas en cuanto Urahara tenga listo el portal.

Todos los shinigamis abandonaron lentamente el salón, excepto uno con un pequeño tatuaje sobre su ceja.

- Capitana Kuchiki.- la llamó con voz baja.

- Dime, Rikichi.- lo animó luego de un largo suspiro.

- Tú dices que él no es… ¿Estás segura?- preguntó tímido.

- Estoy segura de que él fue nuestro Renji, pero cuando nos abandonó y reencarnó en el cuerpo de un ryoka olvidó todo lo vivido como Renji Abarai. Son los recuerdos y las experiencias las que hacen a la persona, y él no conserva ninguno de ellos, lo siento, pero él no es quien parece ser a nuestros ojos. Sé que es difícil, lo es para mi también, pero nada de lo que hagamos nos devolverá a nuestro amigo. - ella cogió al joven de las manos con ternura – Vuelve a casa e intenta olvidarlo, ya lo lloramos una vez, no revivas ese duelo.

- ¿Qué demonios es este lugar?- preguntó incrédulo el joven ryoka. - Esto es una tienda, pretendes que crea que tienen su base en una tienda de cacharros baratos

- Silencio, humano, hablas mucho y eres muy molesto. Sólo sígueme. - contestó irritado el escolta del muchacho.

Entraron en el local y Renji siguió a su guía hasta la parte trasera de la tienda, donde el shinigami tocó algo y la pared se abrió para dar paso a un mundo completamente diferente.

- Sígueme, no te quedes atrás ni tardes, tengo que llevarte con la Capitana.

- Todos parecen tenerle miedo a tu capitana, da risa, a penas debe medir un metro. - y se rió sonoramente.

- No es miedo, ryoka ignorante, es respeto, la Capitana pertenece a uno de los cuatro clanes que son el pilar de nuestra sociedad, el clan Kuchiki es el más poderoso de los cuatro y la capitana es, digamos, su princesa, por decirlo de alguna manera; aunque a ella no le gusta que le recuerden su estatus, se ganó el puesto de capitana con méritos propios, es una de las más poderosas capitanas del Gotei 13, y tengo el honor de estar bajo su mando. - fue la respuesta solemne del shinigami.