Triángulo Amoroso ⚠ Juego Peligroso © No terminada

Capítulo XXXI - Del odio al amor hay un solo paso.

—¿Y qué quieres que piense? A ver, ¿cómo lo explicas?
—Me enteré como cualquier otro en el Internado, alguien me lo dijo.
—¿Quién específicamente?
—Helena Peterson.
—¿Y cómo lo sabía ella? —pregunté.
—No lo sé, pero es una buena sospechosa —dijo Brit.
—Si es culpable es también muy hipócrita, porque cuando las notas revelaron el pasado de Britney, ella se acercó a dar su apoyo.
—Así es la gente. Nunca sabes lo que se esconde detrás de una cara —dijo Chris.
—¿Lo dices por ti, verdad? —Britney me fulminó con la mirada—. Ya, está bien. Tenía que decirlo.
—Como sea, yo creo que lo hicieron a propósito. Puede que quisieran que lo viera el director por alguna razón que desconocemos —dijo mi amiga.

Luego de tantas teorías y suposiciones se acabó nuestra charla y cada quien se fue a lo suyo. Como me dio hambre pasé por la cafetería, ahí me encontré con Hayley.

—¿Que hiciste qué? —preguntó al enterarse que volví con Jeremy. Casi se atraganta.
—Pues sí. Chris y Alice andan, ¿cuál es el problema qué yo vuelva con Jeremy?
—Es decir, que lo hiciste solo porque Chris está con Alice.
—No, no. Me quiero dar otra oportunidad con Jeremy. Y si de paso logro olvidar a Chris, mucho mejor.
—Me parece muy egoísta de tu parte. Pero que te puedo decir, si nunca pudiste terminar con Jeremy y andabas con los dos al mismo tiempo.
—¡Hayley! No puedo creer que tú, mi mejor amiga, digas esas cosas de mi. Hasta parece que Jeremy te gusta.
—Claro que no me gusta —dijo defendiéndose.
—Bueno, ya. Solo quería contartelo porque eres mi amiga y necesito que me apoyes.
—Y te apoyo. Pero porque soy tu amiga es que te hago poner los pies en el suelo y darte cuenta de las cosas.
—Lo sé y te lo agradezco. Solo que a veces eres un poco ruda. —Reímos—. Ya en serio, te quiero. —Me abraza.

* * *

Me alisto para la primera clase: Biología. Es interesante como siempre. Geografía no me gusta tanto, pero no me da sueño en clases. Ahora mi favorita es Literatura, cada vez que veo a la profesora le muestro los nuevos capítulos de mi historia. A ella le gusta mucho, dice que atrapa al lector desde el primer capítulo. Estoy orgullosa de mi historia. Tal vez algún día tenga suerte y la publiquen.

Estoy en mi cuarto tumbada en mi cama leyendo, cuando tocan la puerta: —¡Voy! —grito—. Son mis padres. Los invito a entrar, les ofrezco asiento.
—Vinimos a visitarte —dice mamá.
—Y a ver si no me he escapado —añado.
—No es mala idea. Pero realmente vinimos a verte, cielo. —Mis padres fingen que hacen su papel por un rato más. Finalmente se excusan, alegando que tienen compromisos que cumplir y se van del Internado (o eso es lo que me hacen creer).

Puede que Joe y Margaret Fallon hayan tenido que irse realmente, lo que es cierto es que se toparon con Jeremy en el camino.

—Hijo, ¿cómo has estado? —preguntó Maggie Fallon.
—Bien, señora. ¿Y ustedes?
—Preocupados por Sandie —respondió Joe.
—¿Y eso por qué? ¿Ella está bien?
—Sí, si. Pero necesitamos preguntarte algo.
—Sí, claro, lo que sea.
—¿Sandie se escapó el fin de semana para ir a tu casa, verdad?
—No, ella no ha ido a mi casa desde hace tiempo.
—Tú eres novio de Sandie, ¿no es cierto?
—Así es. Pero no pudo haber salido conmigo porque yo viajé en esos días.
—¿Y cómo explicas que ella se escapó y se fue a casa de alguien? —Jeremy estaba sorprendido, se le notaba.
—No lo sé, pero a mi casa no fue.
—Aquí hay algo muy extraño —dijo Maggie.
—Pero definitivamente yo no tengo nada que ver. Ésto es muy extraño, ¿a quién habrá ido a ver Sandie? —Terminó de hablar y se fue rápidamente.

Tengo que ir a reunirme con Chris y Britney en la oficina para seguir investigando. Ellos ya están allá y me están esperando, parece que voy a llegar un poco tarde porque tuve que terminar un informe, pero ya voy en camino. Supongo que habrán empezado sin mi.

Chris y Britney están hablando, sí, pero no precisamente de las notas.

—¿Todavía no se lo has contado a Sandie, cierto?
—No, no se lo he dicho.
—¿Y cuándo se lo piensas decir?
—Ya te dije, cuando encuentre la manera.
—Recuerda que un embarazo no se puede ocultar por mucho tiempo.
—Ya lo sé, no me presiones.

Abro la puerta sin tocar. Chris y Britney tiene caras largas. ¿De qué estarían hablando?

—¡Hola! —saludo—. ¿Y esas caras? ¿Están molestos? —pregunto.
—No, hola —responde Brit seca.
—Hola, mi amor.
—No soy tu amor —le recuerdo.
—Sí lo eres, aunque no lo reconozcas.
—Pensé que tu amor era Alice.
—Espera a que nos quedemos solos para probarte que lo sigues siendo.
—¡Ay ya! ¿No pueden dejarlo por la paz? Son unos inmaduros —interviene Brit.
—Pensé que solo yo era inmadura —le digo a Chris—. ¿Ves?

Después de un rato de hablar de los posibles responsables de las notas, Brit se excusa diciendo que se siente mal y quiere ir a descansar. Ella se va y Chris y yo nos quedamos solos.

—Ahora si quieres te puedo demostrar que eres mi amor —me dice.
—Cállate, por favor.
—¿Por qué? ¿Porque sabes que no podrás resistirte? —me reta.
—No, porque no te soporto.
—Parece que es mutuo. Pero ¿te cuento algo curioso? Te amo —Hace una pausa antes de continuar—. Y al mismo tiempo te odio. —Y es ahí donde viene el beso que estaba reprimido, el beso que era obvio que iba a aparecer en cualquier momento. Pero no, no puedo dejar que me bese, aunque lo desee en lo más profundo de mi ser. Me separo de sus labios.
—No te entiendo. Si me quieres, ¿por qué andas con ella?
—No lo sé. Todos los problemas hacen que ya no quiera estar contigo, por eso digo que te odio, pero por otro lado, cuando estás cerca... Simplemente no lo resisto. —Me toma por los hombros con fuerza pero sin hacerme daño—. Debe quedar algo en ti.
—Lo hay. A mi me pasa algo así. Cada vez que te veo, no puedo dejar de recordar que estás con ella, y eso me quema por dentro. Eso me hace odiarte —le digo mientras lo miro fijamente. Él me escucha atento—. Sin embargo, estás aquí, frente a mi, y...
—¿Y qué?
—Y sí, tienes razón, no me resisto, ganaste. Pero es una victoria vacía ¿de qué sirve querer estar juntos si no vamos a estarlo? Tú estás con ella y yo con Jeremy.
—¿Volviste con Jeremy? —pregunta con tristeza.
—Sí —confieso.
—Sé que no lo amas. Así como yo no amo a Alice, porque eres mía. —Me pega más a su cuerpo—. Y yo soy tuyo. —Y viene otro beso que es pausado por mi.
—No quiero que me beses con la misma boca que besas a Alice.
—Siempre me besaste con la boca que lo besabas a él —Y de nuevo nuestros labios se unieron. Nuestros cuerpos se volvieron uno solo. Pero somos interrumpidos por alguien que abre la puerta. Nos están viendo. ¿Será Britney que se olvidó de algo? Todo es respondido cuando al voltear, nos topamos con la cara sorprendida de Alice.