PRÓLOGO

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No mires. No mires. No mires.

Esas dos palabras seguían repitiéndose en mi mente, pero la sensación de resequedad en mis manos me atraía. Lentamente baje la mirada a mis manos, el color carmesí era muy llamativo y se extendía por el largo del blanco vestido. En ese momento hubo tres cosas seguras, una, no sentía remordimiento por lo que acababa de pasar, dos, había firmado mi sentencia de muerte y tres, era momento de huir.

Me incliné sobre el cuerpo sin vida de "mi prometido" y levante el arma que se encontraba a un lado de su cabeza sobre un charco de sangre, debía esconderla aunque eso no iba a cambiar mi situación. El crujir de las dos pesadas puertas a mi espalda envío un escalofrío por mi columna y un sudor frío me cubrió la frente.

-Irina, es hora-mis músculos se relajaron pero no completamente.

-¿Dónde están Dasha y Lukyan?-pregunté quitándome el vestido de novia rápidamente  sin ver a la persona que se encontraba a mis espaldas

-Te esperan en la camioneta- me explico tendiéndome una maleta negra, saqué un pañuelo y quité la sangre de mis manos, no podía dejar que Dasha y Lukyan me vieran así.

-Gracias- conteste al tiempo en que sacaba una sudadera negra y un pants gris y me los colocaba.

-¿Los invitados?

-Están comenzando a llegar, debes salir por la puerta trasera- murmuro impaciente mientras yo terminaba de cambiarme y el guardaba el vestido de novia lleno de sangre junto al arma en una bolsa negra de basura

-¿Estás lista?- me pregunto con el miedo invadiendo sus cansados ojos grises

-Estoy lista- le dije regalándole mis sonrisa más amable y cálida

Levante la maleta negra en la que se encontraba mi nueva vida.

-Todo lo que me pediste esta ahí, identificaciones, pasaportes, actas, papeles de la escuela, cuentas bancarias donde te deposité dinero, y dinero en efectivo en caso de que lo necesites, todo completamente irrastreable a ti o a mi- soltó un largo suspiro, la preocupación marcaba sus facciones- Por ahora no te puedo ayudar más, lo siento. Recuerda el plan, si necesitas algo ya sabes que hacer y haré lo posible por ayudarte- tenía miedo, no solo por él y lo que podría pasarle en caso de que lo descubrieran, sino también por lo que podría pasarle a su hija después de que lo descubrieran a él

-Ya has hecho bastante por mi- le dije sosteniéndolo por los hombros- Estaré bien y cuidaré de  Dasha con mi vida, te lo prometo- le di la mirada más sincera y suave que tenía- Es hora, vamos.

-Después de ti- me dijo guiándome a la puerta trasera de la iglesia. Visualicé la camioneta negra a unos metros.

-Gracias por todo tío- dije dándome la vuelta y abrazándolo con toda mi fuerza- Apégate al plan, si debes encontrarme para que a ellos no les pase nada, hazlo, pero ellos no deben estar si eso pasa, ellos no merecen esta vida, ni ellos ni nadie-dije con la voz quebrada pero sin derramar una lágrima, él asintió suavemente.

Lentamente me separé de él y le quité la bolsa negra que traía en sus manos, me miró tristemente con los ojos cubiertos por una fina capa de lágrimas.

-Corre y no mires atrás, ya no queda nada para ti aquí- me susurró

-No lo haré- empecé a alejarme lentamente y me acerqué al bote de basura más cercano, abrí la bolsa negra y metí mi mano para después sacar el arma, la guarde en mi maleta negra, si algo llegaba a pasar quería estar prevenida. Puse la bolsa negra que guardaba el vestido de novia en el contenedor, encendí un cerillo y lo dejé caer lentamente, provocando que la bolsa se derritiera sobre el vestido para no dejar rastros de que alguna vez existió

Me acerqué a la camioneta lista para irme, di media vuelta y mire la gran iglesia que se sostenía frente a mi, todo lo que estaba apunto de dejar atrás, todo lo que debía hacer a partir de ese momento para escondernos y sobrevivir, las consecuencias de mis acciones iban a ser terribles, pero todo iba a valer la pena si podía mantener a salvo a mi hermano y a mi sobrina Dasha. Sin darle más vueltas al asunto subí a la camioneta y me alejé sin mira atrás, sin remordimientos y sin culpa pero llena de miedo, no sabía que nos esperaba más adelante, lo único que podía hacer era rezar para que todo saliera bien

Ya habíamos dejado la iglesia atrás cuando Lukyan habló-¿Algún día volveremos a casa?- sé que entendía la situación era un niño listo, pero un niño al fin y al cabo

-No lo sé campeón- le contesté con una sonrisa mirando por el espejo retrovisor para encontrarme con su mirada- ¿Cómo están ahí atrás?- le pregunte para cambiar de tema

-Bien, Dasha sigue dormida, ¿la nueva casa va a ser tan grande como la que tiene papá?

Un escalofrío me recorre la espalda papá, la palabra papá y Aleksei no van en la misma oración, él no era el tipo de persona a la que podías llamar padre, él era una persona cruel y despiadada, sin una chispa de sentimientos, todas las cosas que me hizo y las que me forzó a hacer, mi agarre sobre el volante se vuelve rígido, lo único que el provocaba en mi era asco y repulsión

-No tan grande, pero lo suficiente para que tengas tu cuarto lleno de juguetes, ¿Qué tal suena eso, eh?- le pregunté cariñosamente- Además vamos a tener una pastelería donde podrás comer cuanto pastel y galletas quieras- le dije intentando hacer que la situación tuviera su lado positivo

Lo miré por el espejo retrovisor y sus ojos se abrieron como platos, asintió emocionado

-Asombroso- me contestó emocionado- No puedo esperar para llegar

-Duerme un rato, cuando lleguemos te levantaré para que veas la nueva casa, ¿va?

-Va- me contestó con ojos cansinos y lentamente su respiración se nivelo con la de Dasha

Los observe por un largo rato, el cabello de Dasha caía sobre sus hombros completamente lacio, era negro pero no completamente oscuro, sus facciones tan delicadas y tan inocente, luego observe a Lukyan, él tenía mis mismas facciones pero más toscas, el mismo cabello, los mismos labios, la misma nariz y nuestras intensas miradas siempre delataban nuestros sentimientos, la única diferencia era el que él había sacado los ojos de Aleksei, azules, era lo único que nos diferenciaba.  Ahí mientras los miraba me juré a mí misma que a ellos no les pasaría nada, que ellos no vivirían lo mismo que yo viví.

Pero no tenía idea de lo equivocada que estaba, pero eso solo lo entendí hasta después de que fue muy tarde.

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⏰ Última actualización: Jan 09, 2019 ⏰

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