"La ultima primavera."

꧁enero꧂

▪Era de saberse, nada vale la pena, finalmente todo la da.

Tan oscuramente claro, tan confuso y tan simple. Me sentía hermético, frio, un poco inestable.

No podía esperar menos conviviendo con tantos "hipócritas".

Siempre, todas las noches, antes de acostarme, me preguntaba si, ¿habría algo bueno detrás de cada paso dado?, o ¿Habría aun alguna persona con el corazón totalmente puro?

Ni la poesía misma tiene la respuesta.

Bueno, probablemente era mi insomnio el que me hacía desvariar.

Quizá, tan solo quizá todo esto se basaba a el dulce café que había tomado por la mañana, ese que me recordaba a tus ojos brillantes en aquel día de lluvia.

Tal vez es irónico volver a recordar pequeños detalles que nunca volverán, o ponerme melancólico con momentos felices.

De quien hablo podrán pensar solo las personas con la capacidad de analizar cada oración detenidamente, y bueno, en este caso, relatare.

Eran aproximadamente las 22:30, y yo estaba en la larga fila del boliche. Todas las niñas estaban muy exaltadas y vestidas muy grotescamente también. Hoy en día los comportamientos se basan en el efecto producido por las "hormonas".

La belleza subjetiva esta en los ojos del que mira, pero no hace falta maquillar a las flores para deducir que son hermosas; solo algunos entenderán.

A las 23:00 logre entrar al boliche, tome un par de tragos, baile un poco, y ahí fue cuando la vi.

Ella estaba sentada, tenía unos hermosos ojos café, pero, de esos que dan gusto mirarlos una y otra vez, de esos que te hacen suspirar y soñar.

Su cabello era castaño, con muchos bucles detalladamente perfectos, y llevaba un largo vestido gris que resaltaba aún más su dulzura natural, pero, se la veía tensa, sí, muy tensa.

Sin dar más vueltas, lentamente intente acercarme, y como todo ser humano, la vergüenza se apoderó de mí.

Tuvimos una corta charla en ese instante, y era tan inteligente, que estaba hasta avergonzado de mí mismo, por mi terca estupidez, pero por suerte, luego de rato, todo comenzó a fluir genialmente.

Al finalizar, me despedí, y el boliche cerró.

Ella era tan interesante que hasta sentí que se estaba volviendo una obsesión, y tenía la necesidad de verla constantemente.

Según mi subconsciente era "amor", pero soy una de esos que no cree en los sentimientos de vivo afecto o inclinación hacia una persona, o cosa que consideramos "especial".

Comencé a buscar información sobre ella, sus entornos y amigos, o familiares, pero nada daba resultado, así que decepcionado decidí partir a aquella plaza en donde solía derrochar mis penas. Si, así de patético.