Y esperé mil años para probarte,
pero solo conseguí odiarte más,
por buen amigo,
por no dejarme marchar cuando más lo necesité.
Cuando ya te había perdonado
abres la herida que me ayudaste a curar
porque te gusta ver como quemo con los ojos
las curvas que te han puesto en otra dirección.
Y entre caricias y abrazos,
que no siempre devuelves,
te dejé marchar,
poco a poco,
y cuando pienso que he conseguido nadar,
la marea de tus ojos me vuelve a arrastrar.
ESTÁS LEYENDO
Poesía líquida.
PoetryPensamientos, pensamientos, pensamientos. Pensamientos sin desarrollar, esperpentos de mi alma. Aquí están, juzgarlos con sabiduría. Pero juzgarlos "Sólo cierta reflexión tan profunda como superflua puede ser objeto de una pasión desbocada, contenid...