-¡Solo te pido que comprendas! -me sentía desesperado, suplicante.
-¡¿Comprender qué?! ¡Me paso todo el maldito día encerrada! ¡Quiero que vayamos a la playa! -ella golpeaba el piso con sus pies, como una niña pequeña haciendo un berrinche, es inaceptable.
-¡A duras penas nos alcanza para pagar las cuentas!
-¡No mientas! ¡Tanto que dices trabajar y ese dinero no aparece!
-¡Si tu también trabajaras todo fuera diferente, pero ni siquiera lavas un maldito plato! -no quería seguir gritando, cogí una almohada y salí de la habitación, cerrándola de un portazo. La escuché llorar, no me sentía culpable. Yo me esfuerzo demasiado, doy todo de mí y ella no hace nada, no es mi culpa.
La sala estaba oscura, y apuesto que estaba desordenada, pero no me importó, me lancé al sillón recostando mi cabeza sobre la almohada, el sueño me vencía, aprovecharía las cinco horas de sueño que me puedo permitir.
*
Matrimonio joven, algunos dicen que funciona, en mi caso no. Ha sido un año y medio muy duro, antes de eso, ella tenía una vida muy difícil junto a sus padres, no era feliz, incluso la echaron de su casa. El amor que en esos momentos estaba en su punto máximo me hiso tomar una decisión, casarme con ella. Le quería dar un hogar, hacerla feliz, y casarnos era la única manera para ayudarla a salir de tantos problemas. Mis padres, por supuesto, no estaban de acuerdo, me echaron de mi casa igualmente y proseguí a continuar mi vida con Kate. Renuncié a todo por ella aunque yo sabía que esto iba a ser difícil, rentamos un departamento amoblado, no era un lugar de ensueños, pero era un lugar en donde podíamos estar seguros. Saqué un préstamo para continuar mis estudios en la universidad. Busqué trabajos de medio tiempo. Ella no quería estudiar, ni trabajar, ella decidió quedarse en nuestro hogar. Fue muy duro, hasta ahora lo es, pero a lo que me refiero es que todo ha empeorado, al principio éramos felices, el amor nos mantenía vivos, pero poco a poco Kate fue cambiando, se terminaron sus gestos cariñosos, las quejas aumentaban, sus enojos hacia mi eran más frecuentes. Kate me pide cosas que no puedo darle, y aunque quiera dárselas no nos alcanza. Vive quejándose, vive saliendo con sus amigas, vive durmiendo. No hace nada en casa, no arregla, no cocina, no limpia. No piensen que yo la trato como una empleada doméstica, pero me esfuerzo tanto para darle lo mejor que puedo y ella no me da nada a cambio, no me ayuda, ambos somos un equipo y yo soy el único que juega en este juego.
El futuro entre ambos es incierto.
Esta historia en mayor parte será narrada por un chico.
Es una propuesta, si les gusta la seguiré.
Voten y comenten, el primer capítulo estará listo en unos días.
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Aquella Noche
RomanceAquella noche todo cambió. Aquella noche empezó su vida de nuevo. Aquella noche volvió a ser él. Aquella noche el brillo de sus ojos nació. Aquella noche fue la gota que derramó el vaso.