1 llamada perdida.
3 llamadas perdidas.
10 llamadas perdidas.
16 llamadas perdidas, 5 mensajes de texto.
Taehyung apagó su celular y lo tiro al sofá después del quinto mensaje de texto en una hora, consiguiendo una extraña mirada de su madre. Su teléfono había estado sonando casi sin parar durante días.
— ¿Vas a decirnos que pasó allí?—le preguntó, mirándolo de cerca.
Taehyung simplemente negó con la cabeza, su madre suspiró. Parecía decepcionada y eso era lo peor. Ni siquiera sabía de qué se trataba, no tenía derecho a estar decepcionada.
— Bueno, no es que tu padre no esté contento con tu decisión —dijo — pero estamos preocupados , este repentino cambio...no es común en ti.— Taehyung no dijo nada, sólo se rasco distraídamente la costura de sus pantalones vaqueros.
—Sólo necesitaba un cambio, supongo —respondió al fin — Necesitaba más que hacer.— Su madre no parecía convencida, pero asintió con la cabeza, aceptando su respuesta porque sabía que era todo lo que iba a obtener de su hijo.
Taehyung aún no había comenzado a trabajar, pero tan pronto como los trámites de su traslado estuvieran listos, empezaría y no podía esperar. Se iba a volver loco en casa, sobre todo porque sus padres trataban de hacerle decir lo que había sucedido, eso era agotador.
— Tu teléfono ha estado sonando todo el tiempo desde que llegaste aquí y no lo has cogido ni una vez — dijo después su madre— ¿Seguro que no estás metido en algún tipo de problema?—
—¿Qué tipo de problema podría ser?— Taehyung se levantó del sofá, estaba empezando a molestarse por el husmeo de su madre — Voy a salir—decidió — No me esperes.
—Taehyung, espera...—
Pero Taehyung salió de allí antes de que pudiera terminar lo que iba a decir, agarró una sudadera con capucha, las llaves de su auto y salió de la casa. Aspiró el aire frío mientras caminaba hacia su auto, aliviado cuando el golpeteo en su cabeza se detuvo un poco.
Sólo necesitaba alejarse de sus padres por unas horas. Necesitaba dejar de pensar sobre el hecho de que se había ido, de que prácticamente había escapado como un cobarde, ¿pero, qué podía haber hecho? Ya no era capaz de manejarlo. La estación era muy pequeña, se sentía sofocado y claustrofóbico, sólo necesita alejarse; un nuevo y fresco comienzo donde nadie lo conociera en absoluto. Tendría a su padre como jefe, pero ese era un precio pequeño a pagar en comparación con la alternativa.
Trató de no pensar en la "persona" que había dejado atrás mientras ponía su coche en marcha, pero eso estaba cerca de ser imposible. Su estomago se retorcía ante su recuerdo, en más de un sentido, apretó los dientes mientras se dirigía a la carretera principal.
Lo que no podía manejar era que Jungkook era un asesino a sangre fría, que había terminado con la vida de la gente que le importaba. Si pudo hacer eso, pensó Taehyung, no tenia garantías de que Jungkook no se lo haría a él también. Diablos, ya lo había intentado una vez. Recordó cuando Jungkook tenía una pistola apuntando contra su cuello y la ira se encendió en su interior. ¿Era eso lo que le había hecho a Eun ji?
Su teléfono vibró en su bolsillo, arrancándolo de sus oscuros pensamientos. Lo sacó y miró la pantalla. El número era familiar porque era el número que le había llamado desde que se fue. Podía adivinar de quien se trataba.
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* 𝕆𝕦𝕥𝕣𝕚𝕘𝕙𝕥 𝔻𝕖𝕔𝕖𝕡𝕥𝕚𝕠𝕟 *
Fanfiction―.....el no sabe nada del 815, declaro con incredulidad. ¿Que persona que estudia para ser policía no sabe nada acerca del prisionero 815?― Adaptación del libro "815" de (broken mirror).