—Jimin, esto no va a funcionar. Olvidémoslo. Es una estupidez.—Demasiado tarde. Ya está en marcha. Tienes que llegar hasta el final.
—Jimin...
—Tienes que relajarte. Eso es todo. Creo que necesitamos un poco de práctica.
—¿Práctica? Jungkook se dio cuenta de que no hacía más que repetir lo que él decía. Su presencia le nublaba el sentido hasta el punto de anular su voluntad.
—Sí, práctica. Tienes que sentirte cómodo a mi lado... Empecemos con algo básico. Si me acerco y me paró junto a ti, no salgas corriendo. Tómatelo con calma... Él estaba tan cerca que casi podía tocarlo, y Jungkook tuvo que hacer un gran esfuerzo para no dar un paso adelante y fundirse en sus brazos.
—Quítate la chaqueta —le pidió Jimin de repente.
—¿Qué? Él suspiró.
—Jeon, hay casi treinta grados ahí fuera y aquí hace casi tanto calor. ¿Cómo puedes ir con la chaqueta abotonada hasta arriba como si estuviéramos en invierno? No veo nada de piel. Necesitamos la piel.
—¿La piel?
—El contacto. A los amantes les gusta sentir el contacto físico, Jungkook. De eso se trata. Nadie se creerá lo nuestro si no hay contacto físico. Quítatela.
Sin decir ni una palabra, Jungkook empezó a desabrocharse la chaqueta.
A veces sí se la quitaba, pero sólo cuando estaba frente a su escritorio. Siempre la llevaba cuando tenía que andar por el hotel. Así parecía más profesional y sólo llevaba una simple camiseta blanca debajo. Eso era todo: ropa interior a juego y una camiseta que nadie debía ver. Jimin se quedó quieto, observandolo mientras se quitaba la chaqueta.
El titubeó un poco al ver su sonrisa. Él esbozó una sonrisa que lo hizovacilar aún más.
—Quítatela, Jungkook. Vamos.
Jeon sacó los brazos de las mangas y dejó caer al suelo la chaqueta.
—Muy bien —Jimin se aclaró la garganta—. Y ahora, empecemos. Yo podría acercarme a ti, como hice antes, y deslizar los dedos de mi mano sobre tu brazo — hizo lo que decía—. No. No te sobresaltes. No me mires como si fuera a atacarte, por favor. Se supone que debes alegrarte de que te toque. Deberías desearlo másque a ninguna otra cosa.
Jungkook hizo todo lo posible por no inmutarse y trató de relajarse pensando en algo mundano.
—Mucho mejor —le dijo él en un susurro demasiado sexy. Volvió a deslizar la mano en dirección contraria y recorrió la línea del tirante de la camiseta. Entonces lo apartó un poco con delicadeza y descubrió la totalidad del hombro de Jungkook.
—Mucho mejor.Fascinado, Jungkook observó cómo se le dilataban las pupilas mientras trazaba la línea de su hombro con una suave caricia. De pronto se le escapó el aliento y tuvo que suspirar para no ahogarse. Él levantó la cabeza y volvió a la realidad.
—De acuerdo. Tienes que mirarme como si realmente creyeras que soy el tipo más atractivo que jamás has visto. Jimin bajó las manos y suspiró.
—Piensa en tu última fantasía y finge que yo soy él. ¿De acuerdo? Aquello no era difícil. A Jungkook no le hacía falta fingir. Su fantasía era de carne y hueso y estaba delante de el en ese momento.
—Bien. No dejes de mirarme a los ojos. Jungkook no hubiera podido aunque hubiera querido hacerlo. Él dejó de darle instrucciones y le agarró de la barbilla. Entonces deslizó un dedo por el contorno de su mejilla, se acercó un poco más y lo besó en la frente una vez más.
Jungkook no pudo evitar inclinarse para sentir su cálido aliento en el pómulo. Sus bocas estaban peligrosamente cerca.
—Jimin...
Era tan fácil cerrar los ojos e imaginar que era de verdad... Pero los labios de Jimin no se acercaron más de lo debido, y entonces fue cuando Jungkook recordó las reglas. Sin motivos personales... Esa vez había un motivo; un propósito muy claro.
Él estaba practicando con el. No se trataba más que de un simple flirteo; un ensayo previo a la función. Aquello no significaba nada para el; tan sólo era un favor de un amigo. Y el ni siquiera era tal cosa. Jungkook luchó por recuperar la cordura y se recordó a sí mismo que no era como las novias de Park Jimin.
Por lo menos debía de medir veinte centímetros menos y no era el típico rubio de ojos azules. Además, por mucho que llevara el mejor de los calzoncillos, jamás tendría un cuerpo llamativo.
En realidad, odiaba llevar calzoncillos y siempre que podía se lo quitaba, como ese día. Pero no. Él no estaba interesado. Sólo estaba ayudando al «chico de al lado», a quien nunca vería como un hombre.
De hecho, seguramente seguía pensando en el como aquel chico desgarbado que lloraba aquel día en el parque. Jungkook lo empujó a un lado.
—Suficiente práctica, Jimin. Creo que ya lo entiendo.
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Una tentadora propuesta | Jikook
RomanceSinopsis: De la noche a la mañana, perdió la cabeza por el hombre de sus sueños... Park JiMin era un millonario que trabajaba mucho y arriesgaba mucho, a diferencia de Jeon Jungkook, su antiguo vecino, un joven correcto y estirado. Asfixiado por un...