Soldiers - Eric/Divergente

Capitulo XXXII: El toque de queda

"Los sucesos de ayer me han dejado en claro que ya no podemos confiar en nosotros. Vamos a estructurar mejor la vida en nuestra ciudad hasta que la situación se estabilice. La primera medida será un toque de queda: todos deben regresar a sus viviendas asignadas a las nueve de la noche, y no las abandonaran hasta las ocho de la mañana. Tendremos patrullas vigilando por nuestra seguridad.

También llegó el momento de prepararnos para una nueva vida. A partir de hoy, todo el mundo comenzará a aprender los oficios que desarrollaron los abandonados. Después tendremos el calendario de rotaciones, y dividiremos los trabajos que realizaban las antiguas facciones. Todos contribuiremos por igual para salvar nuestra ciudad. Las facciones nos dividieron, pero ahora estamos juntos para siempre"

Un pitido sonó en el televisor, y el mensaje terminó. Al controlar la electricidad, Evelyn ordenaba que el mensaje que dió hacía dos días luego de que Edward haya sido asesinados era repetido dos veces por día.

Eric me acarició la espalda mientras Matt apagaba el televisor. Evelyn había decidido dejarnos en mi antiguo hogar, pero como quería que todos estuvieran en Erudición para controlarlos más de cerca muchos terminamos viviendo bajo el mismo techo.

En mi hogar ahora se habían sumado Stephanie y Rose, la madre y hermana pequeña de Christina quienes ocupaban mi habitación. Y también Matt, quien ocupaba el sillón del living. Eric y yo compartíamos la habitación de mi padre.  Esta nueva organización fue por la regla que implementó Evelyn sobre no poder compartir el mismo espacio con demasiada gente de nuestra misma ex-faccion. Ridículo, ¿No?

-¿Como te sientes?- me pregunta. Los vómitos habían pasado, sin embargo mi estómago no se encontraba mejor que antes. Eric había comenzado a creer que era algo serio, pero al Cara ser la líder de los osados leales no podíamos molestarla. Y digamos que Evelyn no permite que los eruditos tomen contacto con ningún tipo de tecnología o ciencia.

Tris y Christina habían salido victoriosas del juicio, aunque Evelyn las mantiene cerca, vigilando cada movimiento de ellas. Lo que Evelyn no sabía era que precisamente debía cuidarse de otras personas.

-¿Será hoy?- le pregunto. Eric asiente.- Espero que Tris realmente vaya, quiero decir... Me siento culpable por no haberle podido decir nada este tiempo. Ni siquiera la he visto luego del juicio-

La verdad era que tener reuniones secretas con el grupo de Osados leales era agotador.

-No se enojaría, recuerda que es estirada. Cuatro también comprenderá las razones- responde Eric mientras subimos las escaleras rumbo a la nueva habitación.

La habitación de mi padre está decorada con muebles de madera oscura, que ahora ocupaban nuestra ropa de múltiples colores. Las paredes estaban pintadas de un azul claro, y las bibliotecas blancas ahora servían para sostener cuchillos escondidos entre adornos puesto que los abandonados a veces entraban a husmear las casas, y no sería bueno que vieran que tenemos armas de todo tipo.

El reloj marca las nueve, por lo que el toque de queda comienza y se supone que ya no hay lugar a donde ir. Se supone que debemos quedarnos en nuestros hogares hasta el siguiente día.

-¿Crees que ya decidamos un día para irnos?- le pregunto mientras lo atraigo con mis manos. Entrelaza nuestros dedos y me acerco para besarlo, dejándolo incapaz de responder por unos segundos. Al finalizar el beso me sonríe, y suelta nuestras manos para tomarme de la cintura y colocarme contra la primer pared que se encontró.

Cuando mi espalda choca con el frío material, siento mi piel ponerse de gallina en pocos segundos. Le sonrió a Eric de regreso, y me abro paso entre sus músculos para pasar mis manos por su cuello. El cabello de Eric ahora se encuentra un poco más crecido que cuando era mi líder. Ahora es cuando se nota que bajo sus cortes de cabello Eruditos escondía su cabello ondulado.