A la mañana siguiente, me desperté a las doce de la tarde. De repente veo a mi lado una bandeja con desayuno y veo a Mauro saliendo del baño envuelto en una toalla.
-Buenos días princesa.- se me acercó y me dio un beso en la nariz.
-Buenos días.-
-¿Cómo te sientes?-
-Súper bien. ¿Vas a comer conmigo supongo?-
-Si me lo decís, comeré con usted mi niña.-
Nos pusimos a comer. Él me había preparado un café con tostadas y cereal. Estaba súper rico el desayuno, nos lo comimos todo. Cuando acabamos, me levanté, pero envuelta en las sábanas. Él se me acercó y me apoyó contra la pared y nos empezamos a besar. Luego lo aparté de mí y me metí al baño para ducharme.
Cuando acabé, me puse la bata de Mauro, porque no me había llevado toalla, y salí. Al salir, escucho que Mauro estaba discutiendo con alguien. Me asomé y veo que estaba Dagmar. Cuando me vio, se acercó a mí y me dio una cachetada, el cual se la devolví. Nos pusimos a pelear hasta que Mauro logró agarrarme y calmarme. La sacó del departamento y le dijo:
-No te quiero volver a ver más cerca de ella, ¿me oíste?-
Después se acercó a mí y me vio la cara. Tenía una herida. Me levantó la cara y yo le saqué la mano. Me fui hasta la habitación, me vestí y me fui enojadísima del departamento.
Al otro día, me levanté para ir al último día de clases con muy mal humor, hice todo lo que tenía que hacer y salí de la casa. Al llegar al liceo, entré a la sala y mis amigas se me acercaron apenas me vieron a preguntarme lo que me había pasado en la cara.
-¿Quién te hizo eso?- me preguntó la Selena preocupada.
-Dagmar.-
-¿Qué?- dijeron todas.
-Ayer, después de la fiesta, me fui al departamento del Mauro, pasé la noche con él. Y al otro día, después de bañarme, siento que Mauro estaba discutiendo con alguien. Me asomé para ver quién era y era ella. Se me acercó y me tiró una cachetada pero con garras y me dejó marcadas sus putas uñas en mi cara.-
-La voy a ir a matar al tiro a esa prostituta.- dijo la Selena más que enojada.
-Ustedes no se preocupen, ya me da igual.-
-¿Y qué pasó con Mauro?-
-No lo quiero ni ver. Después de eso, se me acercó y yo me alejé y me fui.- les respondí con mis ojos llorosos.
Pasó el día y mi cara era la misma que tenía en la mañana. No reía por nada del mundo. Tenía mi alma destrozada. Sé que no era culpa de Mauro, pero no quería que esto volviera a pasar.
Cuando acabaron las clases, me metí al baño porque ya no me aguantaba más las ganas de llorar. Al entrar al baño, rompí en llanto. Pero tenía que ser fuerte, así que me lavé la cara y salí, fingiendo felicidad.
Cuando ya estábamos saliendo del liceo, veo el auto de Mauro y lo veo a él apoyado en la puerta con un ramo de rosas rojas. Mis amigas se le acercaron y lo saludaron y después se despidieron de nosotros dejándonos a los dos solos.
-Hola.- me dijo, entregándome el ramo de rosas.
-¿Qué haces tú aquí?- le pregunté seca, recibiendo el ramo.
-Quería venir a conversar contigo.-
-No tenemos nada de que conversar.- y le tiré sus flores e intenté irme pero él me agarró. Me acercó a su pecho y mis lágrimas rodaron por mis mejillas. Él me levantó la cara y me limpió las lágrimas. Noté que sus ojos igual estaban conteniendo lágrimas. Me abrazó y luego nos besamos desesperadamente.
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Mi verdadero platónico
FanfictionEstá es la historia de una típica adolescente que pasa por ese período dónde se enamora de alguien imposible! Pero la suerte de ella puede cambiar con tan sólo doblar la esquina!