Capítulo #1

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Narra Ashton:

¿Cómo se atreve ese maldito? ¿Quién se cree que es? Es mi padre, bueno, pero eso no le da derecho a elegir por mi, no puede echarme de casa ¡Llevo toda mi vida ahí! Y lo peor de todo era que mi mamá no se opuso o reclamó algo. ¿Dónde viviría? Mi trabajo de mecánico no me daba para tanto. Necesitare otro empleo, a menos que mi mamá me haya depositado dinero en mi cuenta bancaria.

Centrado en mis pensamientos no ví bien al frente, ¿Qué mierda es eso? Un bulto en la calle, a la velocidad que iba sería difícil frenar.

Narra Rebecca:

Cerré mis ojos esperando el impacto, no me despedí de mamá, espero que sepa que la amo y que extrañare sus macarrones con queso.

Esperé, esperé y esperé.

El impacto nunca llegó.

Abrí mis ojos viendo con lentitud el auto a cinco centímetros de mi rostro. No sabía que estaba conteniendo el aire, asi que lo liberé.

Inmediatamente un joven bajó de el y se acercó a mi.

-Dios mío, ¿Estás bien? ¿Qué demonios hacias a mitad de la calle? Estas sangrando- El chico no paraba de hablar, deseaba morir y lo menos que quería era un chico parlanchín -No es nada- respondí, me dispuse a levantarme y seguir mi camino, encontraría otro auto que quisiera arollarme.

-¿Tienes alguna enfermedad mental o algo por el estilo?- me detuve, ¿Me dijo loca? Bueno, si no estuviera en estas condiciones posiblemente pensaría lo mismo de mí -Aquí afuera no es seguro, el hospital más cercano está a treinta minutos en auto, dudo que llegues rápido a pie - ¿Por qué no se calla? Mierda, suficientes problemas tengo ya.

-Déjame sola, no necesito de tu ayuda- aclaré alejándome de ese sujeto, escuché una puerta cerrarse. Sabia decisión amigo mío. Hasta nunca.

Hubiera deseado eso, ví por el rabillo del ojo el auto en reversa hasta nivelarse a mi paso -¿No tienes a donde ir, estorbo?- pregunté seca, colocó su mano en su mentón disimulando pensar, que odioso es -De hecho no, insisto vamos- continuaba acosándome, si es que se le puede llamar así.

Frené en seco y gire a verlo, mantuve el contacto con sus ojos miel hasta soltar un enorme suspiro.

-Si te acompaño ¿Me dejaras tranquila y prometerás no volver a molestarme?- esperé su respuesta, se veía dudoso -Si asi lo quieres, bien- aceptó abriendo la puerta.

El trayecto fue callado y algo... incómodo.

-¿Cuál es tu nom..- lo interrumpí.

-No te interesa- confesé.

-Bueno, chica ruda, me interesa porque estás en mi auto- aclaró.

-Detente entonces, nadie te obliga a llevarme- le solté aun presionando mi mano con mi brazo -Escucha, no sé qué demonios te ocurrió pero no me hables de ese modo, solo intento ayudar- argumentó como niño bueno, se ve que es un hijo de mami -disculpe su majestad, recibirá un mejor trato de ahora en adelante- imité una reverencia -Pensé que habías dicho que no nos volveríamos a ver- sonrío de lado fijando su vista en mi. Me mantuve callada sin saber que responder.

-Eso quería escuchar- su maldita sonrisa seguía en el -Cretino.

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2016 ⏰

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