El príncipe de las Estrellas (Fontcest)

Prólogo

El príncipe es aquel que debe ser perfecto. Hijo de tal hombre como el mismísimo Dr. D.W. Gaster, Sans debía imponer respeto ante el pueblo, demostrar su lado intelectual, comparable con el de su padre, y razonable como el del Rey Asgore.

Gaster y Asgore, al ser grandes amigos, querían "lo mejor" para Sans, así que ahí se encontraba el esqueleto, en un baile de presentación frente al todos los monstruos del subsuelo.

¿Por qué él? Porque el hijo de Asgore había fallecido, y él era como un hijo para el rey, considerando su relación cercana con Gaster.

Así que ahí se encontraba Sans, brindando con su aburrido traje de gala negro, en un salón lleno de flores doradas, conocido como la habitación del trono. Usaba una pequeña tiara de plata con piedritas violetas, sonriendo de manera ilegitima a todo el público presente.

¿Qué le gustaba a Sans? El arte, la física, la astrología, el espacio, las estrellas. Lástima que nunca pudo ver ni una de esas. Maldita barrera. Maldito subsuelo.

¿Qué opciones tenía Sans para su futuro? Sentarse en un trono y que su padre haga todas las cosas interesantes.

La celebración era tarde en la noche. Él ya era todo un príncipe después de esas palabras aburridas de Asgore frente a todos, mientras su padre miraba orgulloso.

¿Qué estaría dispuesto Sans a hacer a partir de ahora para ser feliz?

Lo que sea.
Hasta besar sapos.