Anaís. 20 años. Estudiante de universidad.
Ian. El hombre de su vida, pero oculta un secreto.
Una sucesión de crímenes acontecidos las noches de luna llena te llevarán a descubrir el límite entre la realidad y la ficción.
Acompaña a nuestra protagon...
Algo me había despertado. Creí ver una silueta saliendo por la ventana de mi habitación. Estaba segura de que alguien había estado allí conmigo. Me levanté despacio de la cama y me acerqué a la ventana. Miré al exterior pero no pude ver a nadie. La luz de la luna facilitaba la visión en la noche, pero no vi a nadie.
Quizás Ian había venido a visitarme. Lástima no haberme despertado antes.
Acaricié mi cuello donde noté una zona un poco húmeda, como si unos labios hubieran depositado un beso en mi piel. Un cosquilleo recorrió mi cuerpo. Miré a la luna y quise preguntarle que me contara cada detalle de lo que había visto aquella noche en mi habitación, pero sabía que guardaría el secreto lo mejor que pudiera.
Lamenté de nuevo no haberme despertado a tiempo. Imaginé lo que habría hecho si al abrir los ojos él siguiera estando a mi lado. La noche habría sido perfecta, como la luna que estaba en lo alto del cielo, aunque lo poco que le faltaba para ser completa era lo mismo que yo sentía con la ausencia de Ian en esta noche.
Tranquila. Mañana podrás ser perfecta y brillar con todo tu esplendor.
Hablaba a la luna como si pudiera oírme. Sentía como si me escuchara de verdad y comprendiera lo que sentía aquella noche.
Quizás yo también pueda brillar mañana como tú.
Agaché la mirada para observar de nuevo el corazón que Ian me había regalado la noche anterior. Era como si las visitas nocturnas fueran consecutivas. Podía sentirme protegida mientras dormía.
Pero me llevé un gran disgusto. Alguien había pisoteado las flores y el corazón había quedado destrozado. Puede que al saltar desde esa altura haya caído encima accidentalmente. Era una lástima ver aquello así. Era un regalo precioso.
Puede que vuelva para arreglarlo.
Y entré de nuevo en mi habitación dejando la ventana abierta por si se le ocurría volver otra vez esa noche.
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