"El idiota de mi sexy jefe"

capitulo 1

Lo peor es pensar, que la tempestad ya paso cuando solo es el comienzo de esta.

Pov's mía:
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-¡entiende, que yo ya no la soporto!, ¡no nací para cuidar a una niñata!,¡no la quiero conmigo!, ¡es un estorbo que solo nació para arruinar mi vida!.- sus delgados dedos de tez blanca algo temblorosos, se aferran demasiado a la pistola, como si su vida dependiese de ello. Sus ojos se encuentran de un color rojo con la misma intensidad que sus pupilas se encuentran dilatas y cubiertas completamente de un color negro intenso. Aquellos lindos orbes llenos de esperanzas habían desaparecido sin dejar rastro. Por sus mejillas pálidas rodan varias lágrimas consecuentemente. Sus labios rojos e inchados, dejan escapar varios sollozos llenos de rencor, tristeza y desesperación, mientras la punta de la pistola aun sigue apuntando a su cien derecha. A esa parte del cuerpo, en donde solo necesesitaria una bala para acabar con su vida, en cuestión de segundos.

-¡Ella es tu hija!, ¡tu decidiste tenerla a pesar de que te roge que no!, ¡ahora enfrenta las consecuencias. no la puedes dejar sola, ella te necesita!.- su voz por más que tratará de sonar rígida y arrogante, se podía notar a kilómetros, el temor que trataba de esconder, lo cual no ayudaba en nada ya que no causaba el miedo que ella quería proporcionarle a la chica de rizos que aún sostiene la pistola en su mano. La pelinegra trata de acercarse a la rubia, murmurando palabras sin sentido teniendo el propósito de distraerla, para así poder a rebatarle la pistola. Observó atenta la escena aún con las lágrimas rodando por mis mejillas, con las piernas flaqueando como si fueran flanes, con la mente echa un desastre. Un grito eufórico atrae toda mi atención hacia donde proviene el sonido, Encontrándome en mi campo de visión a la pelinegra con la desesperación inundando su rostro.

-¡¡No Te Muevas!! ¡Por mas que trates de evitarlo, ya no hay salida. la decisión esta tomada!.- grita entre sollozos a la vez que posiciona su dedo índice en el gatillo. Un escalofrío recorre mi piel, causando que mi pequeño cuerpo corra hacia el cuerpo de la rubia, cortando la distancia que nos separa.

-¡MAMI NOO!.- un grito eufórico sale de mis labios, resonando por toda la casa. Paro en seco, al escuchar el estruendoso ruido que causa la bala al ser expulsada de la pistola. Logrando así, poder observar la espantosa escena de mi madre callendo en cuestión de segundos al suelo fuertemente, con sus orbes aún negros completamente abiertos, y su cabeza dandose un fuerte golpe contra el suelo, para en menos de un minuto adornar el suelo blanquecino de un color rojo. su sangre salía de su cien repetidas veces creando un charco de sangre alrededor de su cabeza. Observó con detención cada detalle de la escena, quedando en shock.
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-¡¡MAMÁ!!- inconscientemente me siento en la cama, con una capa de sudor recorriendo toda mi piel, con el corazón latiendome frenéticamente y la respiración entre cortada. Desvío mi mirada recorriendo toda la habitación para aseciorarme que todo fuera solo un maldito recuerdo. Inhaló y exhaló repetidas veces buscando regular mi respiración, al igual que llevar el mismo ritmo cardiaco que siempre suelo tener. Suelto un suspiro ronco mientras mis lágrimas salen poco a poco a flote. Ese recuerdo seguía existiendo, jamás lo e dejado en el pasado. Ni creo que lo llegue a olvidar aún que me borrasen la memoria. Una selena con el rostro lleno de preocupación y con tan sólo una pijama de unicornios se aparece, con el cuerpo recargado en el postigo de la puerta.