El sonido del disparo, resonó por todo el callejón oscuro, iluminado simplemente por alguna farola medio fundida que se encontraba allí, el único sonido que se escucho después fue el golpe seco, que emitió el cuerpo del hombre de mediana edad al caer muerto al suelo,con los ojos abiertos sin vida y un agujero de bala de, una pistola 9mm, en medio de su frente.
Siendo así el segundo cadáver de la noche.
El primer cadáver, su esposa, una señora de cuarenta años, mas joven que el, permanecía en las mismas condiciones a unos metros de el.
El asesino era, un hombre alto, cabello canoso, mirada íntimidante, músculos y totalmente vestido de gris; se arrodillo en el suelo frente a un niño de 8 años, con pelo negro, ojos grises, mirada fría, musculoso para su edad, vestido de negro, y le tendió el arma 9mm.
-Mata a la niña.- le ordeno.
El niño con mirada fría,observo al hombre impasible, miro el arma que le tendían, la tomo sin vacilar ni un segundo. El hombre se levanto y seguido de sus hombres camino hasta la furgoneta grande aparcada en la entrada del callejón, para después subirse a ella.
Junto a los cadáveres de los señores, se encontraba la pequeña figura de una niña de 7 años, llorando en silencio, sucia, su cabello moreno y despeinado le tapaba parte de su rostro empapado en lágrimas inagotables.
El niño la miro fijamente, la apunto con la pistola, giro su cabeza y vio el callejón vacío, excepto por ellos. Cuando se aseguró que todos estaban dentro de la camioneta, volvió a apuntar a la niña, que no dejaba de llorar mirándolo, y disparo.
La niña cerro los ojos esperando el impactó, pero al pasar unos segundos eternos para ella, los abrió al no sentir ni pizca de dolor.
Se noto un escozor en el borde de su oreja, la toco y vio que tenia algo de sangre, giro la cabeza y vio muy cerca de su cabeza una bala incrustada en la pared de ladrillos a su espalda.
La niña miro entre asustada y sorprendida al niño un año mas mayor que ella , que ya se alejaba hacia la furgoneta grande aparcada.
Le parecía imposible fallar un tiro así de cerca.
-¿Fallaste? - se atrevió a preguntarle, mientras el se alejaba.
El niño paro su caminó, miro sobre su hombro a la niña.
-Yo nunca fallo. - respondió el niño, remarcando las palabras nunca y fallo, la miro a los ojos una vez mas, tan intensamente que aunque ella estuviese asustada por el momento y la situación pasada, se sonrojo.
El niño dio la vuelta, camino hasta la furgoneta, subió, y segundos después esta desapareció.La niña se quedó mirando hacia allá pensando. Pensando en todo lo que acababa de pasar.
Un señor mato a sus padres.
Un niño vino a matarla.
Un niño la disparo.
Fallo el disparo, y el niño dijo que NUNCA FALLABA.
...
Hasta aquí el prólogo de Suya.
Comentad, votad y disfrutar con esta magnífica historia.Besos.
Ela