¿El sueño tiene vida?
Era un día nublado con poca lluvia, estaba en mi recamara, había tenido un día muy pesado, salí a prepararme un café, me acosté frente a la televisión, prendí la tele encontrándome con mi caricatura favorita, pero realmente estaba cansada así que empecé a bostezar... y me quede dormida.
Desperté sobre una piedra grande, era todo diferente, había un gran mar y unas cuantas palmeras me sentía diferente empecé a caminar para saber cómo había llegado ahí, no encontré absolutamente nada, empecé a tener hambre así que tuve que encontrar la manera de cortar un coco de la palmera para poder comérmelo, me senté en la piedra y mientras comía mi coco quise pensar como y porque llegue ahí
Se hizo de noche y nadie vino por mí, así que busque un lugar donde pasaría la noche, encontré una palmera y debajo de ella había un par de ramas cómodas, me acosté y en unos cuantos minutos me quede dormida. Pensé que al despertar estaría recostada en el sofá de mi departamento, pero no fue así.
Desperté y tenía muchas ganas de estar con alguien o mínimo de hablar con mi perro, pero no fue así, me levante de mi cama, que realmente solo eran unas simples hojas y pajas, después de eso me metí al mar, a nadar un rato y encontré una caña de pescar vieja, con ella pude pescar y poder comer algunos días, en realidad comía algunos animales y cocos, pero después de unas semanas me estaba volviendo loca, sabía que estar ahí no era lo mismo que estar en mi departamento con mi perro, así que valoré lo que tenía en mi otra vida (antes de dormir ese día).
Después de unas semanas ya me había acostumbrado a dormir en un par de pajas y comer cosas extrañas y no tan ricas, a hablar con el mar y sentirme acompañada de la luna, hasta que decidí caminar para ver si alguien estaba ahí conmigo y así fue, que podía perder, recuerdo que camine hacia el sur, camine por muchas horas no recuerdo exactamente cuántas fueron hasta que encontré a un animal súper extraordinario, quería tomarle una foto, después recordé que no tenía teléfono y solo me quede observándolo y seguí caminando, por casualidad me siguió, ahora ya éramos dos.
Se hizo de noche y tenía demasiado sueño, vi a lo lejos una persona, pero creí que estaba alucinando así que me dormí donde pude, en la mañana siguiente seguí caminando por donde había visto a esa persona y para mi sorpresa me encontré con un chico...
El chico estaba cocinando, no sé ni cómo le hizo para conseguir fuego así me fui corriendo hacia él, tenía demasiado tiempo que no veía a nadie solo mi reflejo en el mar, y también tenía mucho tiempo que no comía algo preparado con fuego.
Llegué con él, se alegró por verme, me senté en el suelo y me convido su desayuno, empezamos a platicar, me conto que el llevaba más tiempo que yo, que en realidad tampoco sabía cómo había llegado ahí, me invito a pasar la noche con él, tenía una mejor cama que yo, así que acepte, me sentía rara, pues como ya lo había mencionado tenía mucho tiempo que no estaba con nadie.
Empezamos a hablar y después de unas semanas ya parecía mi amigo y más que eso.
La verdad es que era muy guapo, aunque no estaba arreglado de igual manera yo tampoco.
Y de pronto empezó a gustarme, tenía un sentido del humor que enamoraría a cualquiera y unos ojos en los que me perdía, el me comento que también le gustaba desde hace tiempo, pero que no me lo dijo antes por pena. Y esa misma tarde nos hicimos novios, todo fue muy bonito, nos sentábamos frente al mar comiendo cualquier cosa, solo me importaba estar con él.
Con el tiempo nos empezamos a conocer aún más, era como mi otra mitad. Estaba tan acostumbrada a él, a sus risas, enojos, caprichos a todo.
Quería que nunca terminara esto, por fin me sentía mejor que en mi departamento, esta experiencia me había cambiado totalmente, ya no era tan enojona, orgullosa y conformista.
Sin embargo, una noche me dormí con él, como siempre, aunque me sentía extraña, pero no le di importancia y quede profundamente dormida, sentí que dormí demasiado.
Desperté con muchos ánimos de pescar y recostarme en la arena, abrí los ojos y vi a mi perro recostado, me tallé los ojos creyendo que está nuevamente alucinando, pero no, estaba nuevamente en mi departamento, ¡no lo podía crecer, no lo quería creer!
Traté de dormir y regresar a mi vida anterior, pero no pude, sonó la alarma tenía que irme a trabajar, no quería ir, solo quería regresar con el amor de mi vida y ese animal extraordinario. Me puse demasiado triste no quería esta vida, quería la anterior.
Tuve que irme a trabajar, sino me descontarían el día, estuve distraída todo el tiempo, no sé cómo podía haber tenía un sueño tan real tan interesante y a la vez tan especial, solo quería llegar a mi departamento y tratar de dormir a ver si podía despertar en mi otra vida. Lo intente créanme que lo intente, pero todos mis fracasos fueron nulos, me tuve que resignar a esta vida, aunque no era la vida que yo quería.
El recuerdo del chico siempre estaba en mi mente, extrañaba todo de él, así que decidí buscarlo por donde sea; por redes sociales, por letreros, intente todo, pero no lo encontré.
Todo el tiempo estaba enojada y triste, no podía superarlo.
Hasta que un día me dirigí al supermercado con el fin de comprar unos cocos, desde que regrese a mi vida normal era mi fruta favorita, vi a lo lejos a el amor de mi vida, no hice caso era una locura pensar que lo encontraría ahí, de pronto sentí que me tocaron la espalda, voltee y lo vi, lo abrace y lo bese, ¿cómo me había reconocido?, no lo sé, al voltear hacia él le dije que lo extrañaba y el solo dijo que era parte del destino, compramos los cocos y nos fuimos de ahí, por fin íbamos a tener una vida normal y no un sueño.
Creada por mi compañera de escuela créditos a ella: Fatima Cinto
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¿El sueño tiene vida?
General FictionUna chica, se duerme y despierta en una isla realmente es una historia súper pequeña