uno | the beginning of a family

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A Keith no le gustaba sentir lastima por si mismo, y tampoco le gustaba cuando la gente intentaba consolarlo, él no era un niño pequeño de dieciséis años al que acababan de romperle el corazón no solo su madre, sino también su padre, no, él no era esa persona. Sí, él estaba completamente destrozado, pero él no lloraría, en cambio, él iba a actuar como si eso no le afectase y pondría una cara ruda si alguien intentaba hacerlo ver las cosas como en realidad eran. Así que el día en que bajó de ese taxi y se dirigió a la casa frente a él, con una mochila colgada de su hombro derecho y una maleta arrastrándose tras de él con todas sus pertenencias relevantes, se dijo a si mismo que nada lo derrumbaría, aunque sabía lo mucho que quería huir y no volver a ver el sol nunca mas.

Llegó a la puerta y antes de tocar, con su mano hecha un puño, tomó una larga respiración, porque sabía que no habría tiempo para estar solo en cuanto entrara a esa casa. Pero Shiro, tan imprudente como le encantaba ser, irrumpió por completo el momento de preparación de Keith, abriendo la puerta con una gran sonrisa en su rostro.

"¡Hermano!" No, ellos no eran hermanos, eran primos, ¿primos segundos, primos de cariño? Era una larga historia; él padre de Keith y el padre de Shiro habían estado en la misma casa de acogida cuando eran jóvenes y también habían sido los mejores amigos, Keith y Shiro se habían criado juntos también, pero los últimos días, ¿o quizás meses, años? habían perdido gran parte de contacto, pero en cuanto Keith vio a Shiro frente a él con los brazos extendidos no dudo en abrazarlo como nunca abrazaba a nadie mas. "¡Tú estás como, muy grande!"

Era verdad, Keith había crecido, seis centímetros mas, pero él estaba orgulloso de ello, imaginen ser un buscapleitos de su tamaño, no era fácil ser tan enano y causar miedo al mismo tiempo, pero él podía ingeniarselas. Pero incluso si Keith se permitía alardear de su crecimiento, se sentía inseguro frente a Shiro, que se miraba muy distinto. ¿En que momento había dejado de tener un cuerpo flacucho, y además, tenía un mechón de cabello blanco? Keith estaba sorprendido, sin palabras, tanto que no se dio cuenta cuando preguntó acerca de su cabello en voz alta hasta que Shiro habló.

"Oh... ¿esto?" Shiro se llevó su mano izquierda a su cabeza, tocando con sus dedos el mechón blanco, "Perdí una apuesta, ahora debo cargar con la vergüenza y además esto. Mamá se puso medio loca cuando me vio". A juzgar por la sonrisa de Shiro, Keith sabía que había una muy buena historia detrás de aquello, lo cual en parte lo hacia sentir triste. Había tantas cosas que ya no sabía de Shiro.

"Entonces... ¿son todas tus cosas?" Shiro había vuelto a hablar, sacando a Keith de un pequeño trance, él asintió. "Bien, pasa, pasa, mamá esta enloqueciendo, te extraña tanto, no ha dejado de hablar de ti, ¡nos puso a todos a limpiar la casa!" Keith intentó sonreír, en realidad, él sonrió de verdad, pero aún se sentía muy pronto como para ello. Sentía que estaba abusando de la familia de Shiro, pero por primera vez en su vida, estaba dispuesto a aceptar un poco de ayuda.

Keith pasó lentamente e inseguro a la casa, aquella en la que muchas historias habían ocurrido, la mayoría habían sucedido en aquellos tiempos donde su vida era buena, demasiado para decir verdad. Keith extrañaba esos tiempos, donde su padre había hecho un pequeño esfuerzo por cambiar, por ser un buen padre, donde Keith tenía sueños grandes y esperanzas. 

"Yo dejaré esto por ti en tu habitación, ¿ya comiste? deberías ir a comer, apuesto a que no lo has hecho." Shiro tomó las cosas de Keith y se dirigió escaleras arriba, dejando al pelinegro con las palabras "en tu habitación" resonando en su cabeza. ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Fingir que ahora tenía una nueva vida? ¿Irrumpir en la familia de Shiro y sonreír para medio mundo? No, él ya no tenía reparo. ¿Sería muy malo cruzar la puerta, tomar un taxi y no volver nunca más?

Is it hate or love? | KLANCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora