Prólogo

9.6K 556 422
                                    

Cada día la misma rutina. Levantarme, ir al centro donde estudio Bachillerato (alias Insti), volver, hacer deberes y a veces ayudar a mi padre con algún caso. Esa es la parte que más me gusta del día. Bueno, no siempre le ayudo, pero cuando lo hago disfruto. Aunque... ahora no disfruto tanto. A mi padre siempre le asignan casos muy parecidos y todo se vuelve muy monótono. Y a mí la monotonía me cansa. Aunque le agradezco que, cuando llega a casa, me de toda la información de la que dispone sobre el caso, lo cual no debería porque es algo confidencial, y me deja ayudarle a sacar posibles conclusiones. También cabe decir, que, cuando acierto con mis conclusiones el mérito se lo lleva mi padre porque se supone que yo no puedo inmiscuirme en el caso. Pero él sabe cuál es mi sueño. Y que me deje ayudar me da un mínimo de experiencia y práctica. Además, el también me ayuda. A veces, aunque ya está cerrado el caso, me lo explica y me enseña todo tipo de cosas para poder resolverlo. Aún que siempre me dice que no me hace falta practica, porque tengo una mente brillante. Que he nacido para eso, para ser inspectora. Pero eso es lo que dice él, y a los padres siempre les gusta alardear de los hijos.

Hoy, todo empezaba como un día normal. Me levanté y me preparé para ir al insti. Cuando iba a salir, me despedí de mi padre. Pero no contestó. Lo cual era raro. Miré por toda la casa y no estaba. Entonces fui a mirar la nevera a ver si me había dejado una nota. Y efectivamente. "He tenido que salir antes. Me han llamado de la comisaría urgentemente".

-Yo también te quiero papá...

Y pasaron las horas. Llegué a casa y hice los deberes mientras esperaba a mi padre. Cuando escuché la puerta abrirse solo se me ocurrió decir una cosa:

-¿Qué es eso tan urgente que te ha hecho madrugar de más, papá?

No dijo nada. Y entró al comedor seguido de un androide.

- Hostias.

- Esa boca. - dijo mi padre

- Perdón. ¿Por qué has comprado un androide? ¿Y este cambio repentino de ideas? ¿Te estás haciendo mayor? - dije con un tono de burla, aún que no salía de mi asombro.

- ¡Pero que coño dices! No lo he comprado.

Fruncí el ceño mostrando mi confusión.

- Me llamo Connor, soy el androide enviado por Cyberlife para ayudar con el caso de los divergentes.

Miré a mi padre con asombro.

- ¿En qué consiste el caso?

-Mucho me temo señorita que eso es información confidencial.- dijo el androide.

- ¡Cállate pedazo de plástico! Mi hija puede saber todo respecto a este caso. Aunque no pueda ni esté autorizada, nos ayudará con el caso.

-Pero Teniente...

-He dicho que te calles. Nadie puede saber que ella tiene información sobre el caso, ¿Entendido?

El androide tardó unos segundos en contestar.

- Entendido Teniente.

Mi padre se sentó y empezaron a explicarme todo lo que sabían. De momento, tenían un montón de archivos de androides desaparecidos y, uno que intento saltar de una azotea con una niña, otro que mató de múltiples cuchilladas a su dueño, y ya está arrestado, y el androide de Carl Manfred, que se le acusaba de matarlo, pero éste ya lo habían destruido.

Me quedé pensando unos segundos, procesando toda la información recibida.

-Interesante... - dije al fin- pero... necesito pensar. Es mucha información. Mejor volvemos a hablar mañana sobre esto.

- De acuerdo. Lamentablemente, el androide éste va donde yo voy, y se va a tener que quedar aquí. - dijo muy a su pesar.

No pude evitar soltar una carcajada, que calle rápidamente al ver la cara enfurecida de mi padre. Es que, por si no lo habíais notado, mi padre odia a los androides.
Mi padre se fue hacia su habitación, aproveche para decirle:

- ¡No te encariñes con él!

- ¡Ja, ja, muy graciosa! - dijo con ironía desde la habitación.

Y todo quedó en silencio. Pero decidí romperlo.

- Por cierto, eh... Connor. Me llamo Rebecca.

- Encantado. Aunque ya lo sabía. Al entrar le he hecho un reconocimiento facial. Rebecca Anderson, hija de Hank Anderson y Mary Smith. Nacida el 31 de enero del 2020. Fuiste famosa hace un par de años por el accidente que...

- Cállate. No quiero recordar ese accidente. Se llevó mucho más que a mi hermano.

-Discúlpeme.

Estaba frustrada. Odiaba recordarlo. Decidí salir a pasear. A despejar la mente. Llovía, pero no me importaba. Caminé, y caminé. Cuando quise darme cuenta no sabía dónde estaba. Era de noche y no había gente, y eso no ayudaba.

___________________________

Si os está gustando esta historia, podéis disfrutar de mi novela original "odiosas casualidades" una comedia romàntica, con mucho enemys to lovers, y muy, pero que muy, Hot. ¡Podéis encontrarla en mi perfil!

 ¡Podéis encontrarla en mi perfil!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lorachandesu

La hija del Teniente (Detroit Become Human FanFic) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora