Siempre aquí

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Silvermuk no estaba en ninguna parte, no tengo idea de en dónde se habrá metido.
Venga, que me preocupa que le haya pasado algo.
Le envié un mensaje.

Dylan: Silver, ¿en dónde estás?

Silvermuk está escribiendo...

Silvermuk: Farmacia. Estoy fatal de la garganta y me estoy comprando un jarabe para la tos. No podré ir, trataré de ir mañana.

Pues vale, si ya estaba frito por esta otra desquiciada, fijo será peor si tenemos que estar solos los dos.
Fui caminando lento y despacio, sin muchas ganas a decir verdad. Al llegar, abrí la puerta con un suspiro.

Val: ¿Dónde está la enana?
Dylan: Número uno, su nombre es Silvermuk. Y número dos, enfermó y no pudo venir hoy.
Val: Vaya niña inútil, no sirve para nada.
Dylan: ¿Quieres dejar de insultarla cada vez que la mencionas?
Val: Calma Romeo, ¿no crees que es un poco pequeña para ti?

Pedazo de escoria que eres Valantine. Le respondí de mala gana.

Dylan: No se trata de eso.
Val: ¿Y de qué, entonces? ¿Acaso es tu hermana? No se parecen, tú no eres muy blanco para empezar. Vamos, te gusta, ¿o acaso tú le gustas a ella?
Dylan: Deja de decir idioteces y ponte a trabajar, no tenemos tiempo para esto y apenas empecé a hacer los conceptos del traje del personaje.
Val: Está bien, está bien. Supongo que me equivoqué, bien por algo te preocupas tanto por esa cuatro ojos peliazul.

Estúpida Valantine.
La miré con desagrado y comencé a hacer mi parte del proyecto en silencio, no es que me interese mantener una conversación con ella.
Pasó un rato y pude hacer un traje que me gustó bastante más, se lo mostré a ella y lo miró un rato.

Val: Mh... No está mal, supongo que quedará ese.
Dylan: Muy bien, ¿qué tienes tú de la trama?
Val: Pues... Ya creé un villano y un par de personajes secundarios, falta que tú les des una apariencia.
Dylan: Trataré de avanzar algo en casa, ya prácticamente no nos queda tiempo.

Me sorprende que esté tan calmada, dado que en clases tenía ese enorme enojo.
De estar pensando en eso me dejé llevar y dije algo aguantando la risa.

Dylan: ... Pobre rana.
Val: Entre en pánico, supongo.
Dylan: ¿"Pánico"? Parecía que quisieras matar a alguien.
Val: Bueno... No es el mejor de mis días.
Dylan: Si tengo que guiarme por eso, nunca tienes buenos días.
Val: ...

Guardó silencio.
Esto es incómodo, para ser un ser despreciable, no me está tratando particularmente mal cómo suele acostumbrar.
Tomé mis cosas y me despedí de ella, le pregunté si necesitaba algo, pero dijo de mala gana que me fuera de una vez.
Vaya chica tan extraña.
Pude volver a casa pacíficamente, dado que Montse ya se había ido, pues con mi ayuda terminamos en la mañana.
De repente, casi llegando a casa, veo a la pobre Silvermuk con una caja de galletas y su uniforme puesto, casi muerta, tosiendo a cada rato y notoriamente agotada. Por mero reflejo corrí hacia ella y la tomé de los hombros.

Dylan: ¡¿Qué mierda haces aquí, niña?!
Silvermuk: No digas-- *tos* Malas palabras...
Dylan: Te estás cayendo a pedazos, deja esto y vuelve a ca--
Silvermuk: C-Claro que-- *tos* ¡Claro que no!

Miraba al suelo, sin mostrarme su cara.

Dylan: Estás muy mal, vamos te llevo a tu casa.
Silvermuk: Y-Ya sabes que no puedes hacer eso. *tos*
Dylan: Silvermuk, ¿por qué haces esto? Estás enferma.

Tosió esta vez bastante más fuerte, se oía doloroso.

Silvermuk: Son seis insignias... Apenas llevo tres y me queda menos... Menos de una semana...
Dylan: Niña, da igual eso ahora, primero mejórate--
Silvermuk: ¡¡No!!

Comenzó a apretarse muy fuerte las manos, y podía ver cómo lágrimas de ella caían al suelo. Puta madre...

Silvermuk: ¡T-Todo el mundo siempre espera lo mejor de mí! "Silvermuk tendrá la mejor nota", "Silvermuk entrará a la secundaria sin problemas", "Mi hija será una gran niña exploradora, yo lo sé"...
Dylan: Oh...

Dejó caer su cabeza sobre mí, llorando aún más fuerte.
No es justo que una niña sea sometida a tanta presión.

Silvermuk: Ni siquiera... ¡N-Ni siquiera puedo ser alguien relevante para el único amigo que tengo! Po-Porque... Soy sólo una niña inútil y sin talento...
Dylan: ¡O-Oye, tienes más amigos! ¡Yo soy uno!
Silvermuk: ¡Hablo de ti, grandísimo estúpido!

Comenzó a llorar aún más fuerte.
Vaya... Tal vez... ¿No fui tan atento con ella?
"Bueno... Sólo me dijo algo de una niña que no para de seguirlo de regreso a casa."
Maldita sea...

Dylan: Silvermuk, yo...

El llanto continuaba.

Dylan: Vamos.

La levanté y la cargué en mis hombros.

Silvermuk: ¡¿P-PERO QUÉ DEMONIOS HACES?!
Dylan: Llevarte a tu casa o lo más cerca posible de ella.
Silvermuk: ¡Ni siquiera sa-sabes dónde vivo!
Dylan: Me lo dirás.
Silvermuk: Pe-Pero--
Dylan: Ah, y Silvermuk... Prometo ayudarte a conseguir las insignias que te faltan.
Silvermuk: Dylan...

Finalmente, se calmó y apoyó su cabeza en la mía, cansada.

Nombre Clave: LAMLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora