君の側に居たい

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Dedicado a Soja (sugiss). No es TaeGi, pero cumplí con escribir algo, basura. Te amo, Soja.
Y gracias a Hun (GummieWasHere), por leer parte de este monstruo y opinar sobre él. Te amo, babe.

君の側に居たい

Jimin no está seguro de creer en la reminiscencia de las personas que entran en su vida, pero cree en Taehyung.

A veces, Park Jimin piensa que los días bonitos son como estrellas fugaces.

Inalcanzables, pasan rápido, dolorosamente hermosos. Su madre solía pedir deseos en los mejores días, y Jimin supuso que eso era lo que tenía que hacer. Entonces, Park Jimin hace su primer deseo el día en que su hermano nace. Pero ese es el problema de pedirle deseos a las estrellas fugaces, que Jimin nunca ha visto que se hagan realidad. Que no por ser bellas son duraderas, y mucho menos cumplen deseos. Cuando Jihyun cumplió cinco años, ni él ni Jimin sabían qué significaba el término “bancarrota” que sus padres tanto mencionaban, más allá del hecho de que el primer deseo de Jimin, el de ser felices por siempre, no se cumplió. Cuando Jimin cumplió trece, sus padres mandaron a Jihyun a vivir con otra familia con más recursos económicos. Al año siguiente, mandaron a Jimin lejos, también. Se acostumbraría, más temprano que tarde, al sentimiento de decepción.
Cuando las cosas iban mal, culpaba a una fuerza sobrenatural que tenía alguna especie de resentimiento contra él, que siempre quería apartar de él las cosas que más amaba. Obviamente, era un niño de catorce años, ¿a qué otra cosa culparía si no? Luego, a los veintitrés, comprendió que simplemente la vida escogía a ciertas personas para tratarlas mal. Aún así, todos los Park seguían deseando cosas imposibles en los días bonitos.

Park Jimin recuerda haber deseado una sola cosa el día en que conoció a Kim Taehyung.

En el momento en el que Taehyung se presenta, con ojos tan seguros y de un marrón deliciosamente cálido, el mayor ya está seguro de que va a perder los estribos si lo sigue mirando de esa manera. Fue una cosa casi involuntaria, nadie podía culpar a Jimin, siendo que Taehyung tenía una fuerza de atracción como nunca la había visto antes. Taehyung no está de ninguna manera cerca a ser conocido en la facultad en la que estudian, no tiene muchos amigos, a veces se ríe un poco (demasiado) fuerte. Aún así, el mayor no puede evitar sentirse celoso; porque Kim Taehyung es todo lo que Jimin quiere ser, un astro tan brillante que ilumina el ambiente de cualquier habitación, tan lleno de vida, tan atractivo que a donde sea que camina levanta miradas de asombro, tan divertido que le saca sonrisas en los momentos en los que ni siquiera se siente como él mismo, tan cálido que Park no quiere separarse de su lado en los inviernos emocionales que tiene tan seguido. Taehyung lleva la luz del sol detrás suyo, un completo dije de oro, y Jimin sólo aspira a orbitar a su alrededor, esperando no manchar el aura del menor con su innecesaria existencia, sintiéndose como una enana blanca al lado de una gigante roja como lo es su amigo. Jimin no tarda en enterarse de que la única mirada que quiere levantar, es la de Taehyung.
Cada día con Kim Taehyung es un buen día, y Jimin teme que se acostumbre demasiado a pedir tantos deseos. Más aún, le asusta cómo su corazón parece recordar los puntos exactos en dónde Taehyung lo toca durante semanas, y quiere sacarse ese recuerdo de debajo de la piel, porque la gente de su vida no tiende a quedarse por mucho tiempo, ¿cómo iba Taehyung a ser diferente?

Cuando Park se da cuenta, llevan siendo mejores amigos desde hace casi dos años. A mitad de camino en su carrera, durante los primeros cinco meses de su amistad con Taehyung, cometió el error de dejarse a sí mismo sobre analizar las cosas, como siempre solía hacer. Ver a Kim Taehyung, el hombre perfecto, completar sus asignaturas con tanta pasión, siempre mirando al cielo con toda la convicción del mundo, hizo que el mayor llegase a la conclusión de que, con astrónomos como lo sería su mejor amigo, el mundo no necesitaba a alguien como Park Jimin en esa posición. De igual manera, siguió estudiando, dejar de hacerlo no era una opción.
Finalizando su segundo año de estar con Taehyung siempre juntos, para arriba y para abajo, Jimin conoció a Min Yoongi, estudiante de literatura, y se permitió ser un poco más feliz durante un par de meses, se permitió exceder su cuota de un deseo por día. En su cabeza, así era como funcionaba. Jimin tenía absolutamente prohibido, según la vida y el destino, ser tan feliz como para atreverse a pedir más de un deseo por día, porque ningún día era lo suficientemente bueno para eso. Era ley universal que eso de pedirle dos deseos a la misma estrella sólo traía efectos contraproducentes. Jimin había sido tan estúpido de creer que él podría ser la clase de novio con el que Min Yoongi entraría a un bar, y todas las personas del lugar los voltearían a ver, anhelando ser como ellos, anhelando ser la pareja perfecta. Park había sido tan estúpido de intentar ser su igual, ignorando el hecho de que ya estaba comprobado que él siempre se quedaría muy por detrás de todas las personas a su alrededor.
Con la ruptura, Jimin supuso que era mejor alejarse de Taehyung. Siendo tan brillante como el sol, siendo más radiante que el mejor de los días, Taehyung merecía toda la atención del mundo, y Jimin, ahora lejos de sentirse como una enana blanca, estaba seguro de ser un agujero negro; un hoyo oscuro, que tarde o temprano terminaría absorbiendo la luz que Taehyung parecía llevar a todas las habitaciones. Duele, claro que duele, a veces tan fuerte que tiene a Jimin escondido debajo de su cama, con relámpagos que se deshacen en lágrimas y que destruyen su cuerpo con cada sollozo.
La relación que tuvo con Yoongi ardió, y luego se redujo a cenizas, dejando a Jimin completamente convencido de que definitivamente había algo mal con él, de que era un defecto de fabricación, de que estaba condenado a siempre ser el último en todo, y de que su única cualidad resaltable era Kim Taehyung, cuando su plan de volver a estar solo no funcionó, porque Taehyung h él llevaban siendo amigos desde hacía bastante tiempo como para que eso saliese bien. El menor lo buscó, lo hizo salir de su habitación, puso su película de romance favorita, y se quedó a escucharlo llorar hasta dormirse. Jimin no está seguro de creer en la reminiscencia de las personas en su vida, pero cree en Kim Taehyung y en la manera en la que su sonrisa cuadrada lo hace sentirse, así fuese por el período más corto del tiempo, como si no hubiese nada de malo con él.

Quiero Estar a Tu Lado {VMin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora