Capítulo 5: La Rubia y Mi casco: todos conocerán mi furia.(xD)
Todo ha cambiado durante los últimos días. Las únicas noticias que tengo de Rubén son las millones de chicas que aseguran que se han acostado con él y algunas exclamaciones de adoración por parte de los estúpidos de algunos chicos. No le he visto desde el día después de su “accidente” y, sinceramente, le echo de menos; llevo demasiado tiempo con él para que ahora me haga la indiferente.
Aunque, gracias a Saúl, no pienso tanto en él como lo haría si no estuviera él. Me está ayudando mucho, es un chico muy simpático y agradable (aparte de ser como un bombón relleno). Ahora me trae él a casa en su precioso bólido. En las clases me lo paso de maravilla a su lado, ya que siempre está haciendo bromas sobre cada cosa que dicen los profesores; pero no es lo mismo que antes, siento que falta Rubén. A veces me pierdo en los recuerdos mientras estoy con Saúl y él me deja a mi aire durante unos minutos. Se lo agradezco muchísimo, no sabe el bien que me está haciendo.
Hoy es viernes. Ya ha pasado semana y media desde que vino Saúl y se fue Rubén (por así llamarlo).
Para variar hoy tampoco ha venido Rubén al insti, está empezando a cabrearme su actitud. A veces lo veo a la salida, apoyado en su moto charlando con una o varias chicas, a las que presta MI casco para que puedan montar. ¡¡¡MI CASCO!!! No me gusta nada que las zorrillas esas usen MI casco, ¿He dicho ya que es mío? Yo lo pagué y yo lo he usado desde hacía años. No voy a consentir que las... asquerosas esas usen lo que es mío.
Salimos a la calle después de horas de aburridas clases. Voy caminando hacia el coche de Saúl con él a mi lado cuando veo cuatro cosas y, para mi gusto, demasiado juntas. La primera es la moto de Rubén, que se ve a kilómetros; la segunda es al dueño, alardeando y chuleándose; la tercera es una rubia de bote con una minifalda que parece un cinturón, ya que se le ve todito el culo; y la cuarta es... ¡¡¡MI CASCO!!!
Está a punto de ponérselo la rubia cuando salgo disparada hacia ellos. Saúl me sigue muy de cerca, pero yo solo tengo ojos para la escenita. ¡Maldita zorra! Y ¡Maldito Rubén!
Llego a ellos en un plís, ya que están demasiado cerca, y, antes de que el cabello teñido y horroroso de la rubia toque Mi casco, se lo quito de las manos de un tirón. En ese momento Saúl llega a mi lado, y ocurren ocho cosas, que son las siguientes:
1º- Yo miro a Rubén con los ojos encendidos.
2º- La rubia me mira asombrada
3º- Rubén me mira como si fuera la primera vez que me veía, lo cual me duele.
4º- Saúl me mira a mi confuso por mi reacción.
5º- Paso a mirar a La rubia, que parece que le va a dar un ataque de gritos y pataleos en cualquier momento.
6º- La rubia posa sus ojos marrones con lentillas azules (hay que ver lo ridículas que pueden ser este tipo de personas) en Saúl y le desnuda con la mirada. Cosa que hace que tenga que apretar las manos contra mis constados para no arrearle una leche en toda la cara.
7º- Rubén taladra con la mirada a Saúl.
Y 8º- Saúl no se deja intimidar y taladra con la mirada a Rubén.
Creo que ya es suficiente, esto es el colmo. ¡No necesito una pelea de gallitos ahora!
Cojo de la mano a Saúl y le hago girar para seguir nuestro camino hacia su coche, con mi casco en el otro brazo. Él sonríe, vuelve a mirar a Rubén y empezamos a caminar juntos hacia su carro. ¡Súper carro!
- ¡Ruby, esa tía me ha quitado el casco y casi me rompe una uña!- grita La rubia a nuestra espalda.- ¡Haz algo!
¿Ruby? ¿Y ese nombre ridículo? Lore, intenta serenarte, cuanta hasta diez. Uno... Dos... Tres... Cuatro... Cinco... Seis... Siete... Ocho... Nueve...
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La historia de mi penosa vida adolescente: Loretta.©
HumorLoretta es una adolescente de diecisiete años que vive con sus dos hermanos y su ocupado padre. Es una atípica niña rica y su vida transcurre sin problemas... hasta que un accidente de su mejor amigo, Rubén, y la casual aparición de un misterioso ve...