07; insana locura.

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Al despertar esperaba cualquier cosa. Reitero: cualquier cosa. Sin embargo, fue una sorpresa encontrar mi cama completamente revuelta, y por supuesto, una clara ausencia. El sol que se filtraba por la persiana me resultó increíblemente molesto, más no tanto como la profunda pero juguetona voz de Taehyung llamar mi nombre.

Primero: ¿Qué rayos hacía en mi departamento?

—¿Cómo entraste?

Sus párpados cayeron en un gesto aburrido, alzó su mandíbula hacia la ventana, las persianas se agitaban por la ráfaga de viento de otoño.

—Dejaste la ventana abierta —masculló, tanto con reproche como con ironía—. Tienes suerte de que no sea un violador.

Fruncí las cejas, y ese mero movimiento me recordó la razón por la que estaba tan de mal humor. Sentía mi cabeza palpitar y mi estómago punzar.

La ventana abierta... ¡Suga!

—¡Eh Jian! —soltó, ganándose mil muertes en mi cabeza.

Honoríficos.

Los putos honoríficos.

Pareció recordarlo, porque luego de aclararse la garganta y regalarme una sonrisa incómoda, rascó su nuca y sacudió su cabello.

—Noona, ¿estuviste bebiendo anoche?

¿Qué acaso no se me ve en la maldita cara?

Seguramente fue So-Hyun. No puede mantener la puta boca cerrada cuando se trata de Tae-Hyung.

—¿En serio? —cuestionó al ver cómo elevé mis cejas—. Jian-noona, hace mucho tiempo que tu no... Jimin no puede saber esto.

—¿Necesitas decir lo obvio? —cuestioné con tedio, frotando mis sienes mientras agitaba las cobijas en búsqueda de algo.

Si Taehyung está aquí, ¿en dónde está Suga?

—¿Dormiste con alguien anoche? —interrogó señalando mi cama, cuestión que me revolcó el estómago, quedé presa del pánico y la incertidumbre.

Técnicamente sí, creo.

No obstante luego de ver mi cara contorsionada en terror soltó una fuerte risa.

¿Es en serio Kim Tae-Hyung? Hoy pareces más imbécil de lo usual.

—¿Qué se te perdió? ¿El huracán que sacudió tu cama?

—Tae-Hyung, de verdad —repliqué, harta y frustrada en iguales proporciones.

—No me culpes —alzó sus palmas—, duermes como una roca, normalmente no hay necesidad de tender tu cama.

Farfullé. Era cierto, pero aquello sólo me provocaba dolor de cabeza.

¿Parecería muy loca si le preguntaba a Taehyung por un hombre en sus veintes de cabello blanco?

—Bueno como sea, ya que este dongsaeng es tan bueno —se señaló a sí mismo—. Prepararé el desayuno mientras tú te arreglas para salir a buscar a Suga.

—Uhm Suga... ¿No lo viste por ahí?

Tae-Hyung apretó los labios y me observó como quien acaba de descubir la insana locura en ojos ajenos. Lucía totalmente en desconcierto.

—No, ¿acaso tu si Ji-An? —negué con la cabeza, mocoso maleducado—. Ugh, deberías darte una ducha para despejarte.

Asentí, apartando el cabello de mi frente.

En realidad no había motivo para que se comportara de esa forma, yo no había preguntado nada extraño. No aún.

—Si necesitas comprar algo, las llaves y el dinero están sobre la barra frente de la cocina... creo.

Él afirmó, mientras se encaminaba a la cocina. Salté como un resorte hacia la ventana abierta, lo que por supuesto provocó que el mundo se sacudiera.

El sol quemó mis retinas, sin exagerar, y el punzón en mi cabeza incrementó.

Afuera no vi absolutamente nada más que el sosiego de una mañana de domingo.

¿Acaso había sido un sueño? ¿una alucinación?

Claro que sí, tendría que faltarme un tornillo para creer que algo de lo que estaba convencida haber vivido la noche anterior era real.

—Ehm... ¡Jian-noona! —escuché a Taehyung gritar—. ¿Por qué hay ropa de Jimin aquí?

grumpy suga ; myg ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora