—¿Te puedo hacer cariño en el pelo?—Pregunta Matilde ligeramente borracha y algo tímida.
—Dale.—Matías sonríe y acerca su cabeza a la mano delgada.—
Horas más tarde Matilde esta completamente borracha, se cansa y se sienta en el borde del sofá. De pronto la mano de Matías le rodea ls cintura y la atrae hacia sí, poniendo su cabeza en el hombro de la joven.
—Me voy a dormir.—Tatiana con su dulce voz cantarina, se despide y apagan las luces del salón, Matilde se queda abrazada a Matías, ambos entre Pedro y Bastian. De pronto los labios de Matías tocan su frente y la mano de este busca la de Matilde.
El corazón de Matilde late a mil por hora, nerviosa porque el mayor lo escuché se aleja ligeramente, siendo tomada por la cintura. Se sonroja sabiendo que es imposible que el otro lo note y levanta el rostro. Es recibida por un tierno beso en la nariz y sonríe, los labios del más alto atrapan desprevenidamente los impropios. Matilde siente su corazón detenerse y la mano en la cintura la atrae tiernamente. Corresponde el beso sintiéndose llena de adrenalina y calor, no sabe cuanto rato pasa hasta que siente la mano tocar bajo su sweater, calor, Matilde siente calor y tira del cabello ajeno en una señal de aprobación. Es tocada con suavidad, con delicadeza, como si fuera algo precioso y delicado, le recuerda a como Matías toca la guitarra y suelta un suspiro, los labios ahora están en su cuello y las manos expertas rozan la base de su pecho enviando pequeñas descargas eléctricas.
Por primera vez no siente miedo cuando un hombre la toca, ni siquiera piensa en aquel recuerdo sólo siente plenitud y emoción por besar a la persona que se mantiene rondando por sus pensamientos.
—Mierda.—Murmura Matías cuando por error bota unos platos despertando a todos, Matilde se para rápidamente, ordena los platos y se dirige hacia el baño con dificultad producto del alcohol.
"dios, dios, dios ¡me besó!" Matilde se lava el rostro con agua fría y sonríe mientras da saltitos hasta la habitación dónde se encontraba constanza.