6. Maldito alcohol

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Vee.💭

Es mediados de verano y el aire se siente cálido. Evie y yo bajamos del coche para entrar al club Moonshine y divertirnos un poco, era mi día libre así qué Candy me permitió salir de fiesta mientras los niños no me vieran en un estado lamentable.

Miré mi reflejo en la ventanilla del coche y vi qué mi pelo de color chocolate casi negro estaba completamente liso, mi maquillaje perfectamente aplicado y qué mi vestido plateado se adquiera bien a mis curvas. Era muy suave y quizás corto, pero me a mí me gusta, qué es lo que importa.

Ingresamos al club y el denso humo de las máquinas de neblina inunda el ambiente. Luces parpadeantes, música, y gente elegante nos rodea. Es asombroso. Varios sofás se encuentran en el extremo de la pared. El interior es negro y rosa.

Evie y yo unimos nuestros brazos y nos empujamos a través de los grupos de personas qué se reúnen alrededor de la barra. Algunos camareros soplan fuego, y hacen piruetas con las botellas mientras prepararan bebidas de colores.

—¿Qué van a beber, señoritas? —Pregunta el camarero con una sonrisa.

—¡Dos tequilas! —Chillamos al unísono.

El camarero asiente y procede a servirnos nuestra bebida. Después un minuto, deposita dos grandes chupitos, ambos con sal esparcida sobre la barra. Las limas cuelgan descuidadamente en los bordes.

—¿Has visto a ese camarero? —Pregunta Evie, bebiendo su bebida— Pasar la noche con él es bastante tentadora. Necesito distracción.

Evie es tan diferente a mí, pero no me siento sola desde qué la conozco.
Somos inseparables, y la veo cómo la hermana qué nunca tuve. Es bonito tener una amiga qué te enseñe a luchar. A veces no tenemos nada nuevo o interesante para hablar, y terminamos recordando, riendo de cosas que sucedieron desde qué nos conocimos. Otras veces, la cojo de la mano mientras ella me habla de su vida, o escuchamos los problemas de la otra.
Siempre me ha dado consejos. La conocí un día en una fiesta del instituto. Sierna Benson —ya os hablaré de esta buena pieza en otro momento— me había agredido, pero ella me defendió, y fue dulce. Hoy somos las mejores amigas.
Le agradezco a la vida por tenerla.

Ella es extrovertida, valiente, y trae energía con ella donde quiera que vaya. Me ha enseñado a dejarme llevar, y cómo sentirme libre. Cuándo estoy con ella, olvido todos mis problemas.

Evie es mi familia.

Olvido mis pensamientos y dejó qué me guíe a la pista de baile.
A medida qué entramos a la pista de baile, todos los ojos se hallan en nosotras. El ritmo continúa y levantando la cabeza hacía las luces de colores. La música es lenta e intensa. Muevo mis caderas de forma sensual, y sonrío cuándo me encuentro con los ojos cafés de Evie.

—Por ti me haría lesbiana, Vee —grita a través del ruido de la música— Eres tan sexy.

—Haríamos una bonita pareja —Suelto una carcajada.

Mi cuerpo se relaja, y me dejo llevar. Continúo bailando y observo entre la multitud.

El tiempo se detiene cuándo nuestros ojos se encuentran. El mundo deja de girar, y mi corazón late con fuerza. ¿Mi visión está fallando? Trago fuerte en mi garganta, sintiéndome confundida.

Es él.

Axl Rose está aquí.

Todo en la habitación parece petrificado: la música, las luces, las personas. Continúa mirándome antes de darle un trago a su bebida. Viste unos jeans negros y una camiseta blanca, y una chaqueta de cuero. Me lanza una mirada.

God is a woman «Axl Rose» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora