Nuevamente el lugar era enorme. Después de las primeras impresiones ya me estaba acostumbrando a sentirme pequeño. Solo esperaba que no apareciera un Gulliver con un ataque de ira y comenzará a matar a todos los nativos, lo cuales en ese lugar, éramos demasiados. El área de pruebas estaba completamente vacío de muebles o paredes. Lo que habían eran muchas personas caminando, corriendo o saltando por todos lados. Se escuchaban los choques de las armas por todos lados, incluso algunas explosiones a lo más alejado.
Mi hermana estaba parada a unos metros la entrada, viendo como una persona le disparaba a otra rebanadas de jamón con una lanzadora de discos, mientras que el otro estaba con dos cuchillos de cocina y partía las rebanadas en dos. Incluso había otro más atrás que las tomaba en el aire y las guardaba en empaques que ponían: "Jamones Voladores", y una imagen de un cerdo en los cielos que tenía un par de alas hechas de cuchillos de cocina. Era extraño de ver y estaba tomando nota mental de si algún día me ofrecían de esos jamones responder solo de una manera.
-¡Alessandra! Ya traje a tu hermano, busquemos un espacio para nosotros. -la llamó Anna.
Mi hermana se volteó y corrió hacia nosotros con una rebanada de jam
ón en la boca.
No caminamos demasiado antes de encontrar un lugar, ya que aunque parecía que hubiera mucha gente, la verdad era que estaban bastante separados unos de otros y aún quedaba mucho lugar. Al final nos colocamos bastante cerca de la entrada, no tan lejos de los jamoneros. Anna se acomodó en el suelo con la espalda en la pared, mientras que nosotros tomábamos los puestos que acostumbrabamos en nuestros entrenamientos.
Esperamos un momento a que nos dijeran que comenzaramos, y luego nos dimos cuenta de que Anna no era nuestro padre, no había aviso de comienzo.
En ese momento mi hermana corrió hacia mí y me atacó con su hoz de doble filo. Lo hizo tan rápido que apenas tuve tiempo de dar un paso atrás y levantar mis manos, chocando así contra mis cuchillas. Estaba alistándome para su teletransporte, pero ésta vez hizo algo distinto. Hizo un movimiento extraño que no entendí hasta que vi otra hoja de hoz aparecer de mi lado izquierdo. Rápidamente, con la fuerza que ella estaba haciendo bajé su primer ataque por el mismo lado que el segundo, haciendo que golpeara sus propias hojas mientras que yo daba saltos hacia atrás hasta que tome unos metros de distancia.
Al tener ese respiro me di cuenta que la hoz no era la de ella, lo cual me pareció algo tardado de pensar ya que aún la tenía yo guardada.
La que ahora ella cargaba era con hojas blancas y según lo que veía se podía partir a la mitad, dejando dos grandes armas.
-Parece que encontraste un juguete nuevo. -le dije señalando hacia ella con mis nuevas cuchillas vampiro quebradas.
Mi hermana sonrió y me tiró una de las hojas, la cual esquivé con facilidad, solo haciéndome a un lado. Tras ésto le sonreí de regreso y ella me guiño el ojo, mientras movía su mano de adelante hacia atrás. Solo pude ver como el arma regresaba a su mano, y por la sorpresa tardé en darme cuenta de que me había roto la parte baja de la camisa.
-Parece que tu hermana se acostumbró más rápido de lo que tu lo entendiste, Kai.
En ese momento recordé el arma que tenía mi padre. Solo lo había visto usarla dos veces: la segunda fue con el ataque del enmascarado, y la primera fue cuando estábamos eligiendo nuestras armas por primera vez, y nos había dado un pequeño resumen de su funcionamiento.
Al recordar esto, hice lo mismo que nos enseñó ese día, sin saber que esperaba. Conduje Energía Shin a las dos cuchillas como si fueran una extensión un poco más larga de mi cuerpo. En ese momento comenzaron a brillar, mientras que la parte quebrada del arma se rellenaba con una sombra sólida y ésta se pegaba a mi muñeca, por lo cual parecía una extensión de mis venas. Por alguna extraña razón me sentí un poco como Spider-Man. Cuando cerré mis dedos para hacer un puño sentí la sombra como si fuera un cable cualquiera. No tenía ni idea de cómo funcionaba, así que opté por hacer lo mismo que mi hermana, tirándole así hacia ella. El cable se estiró sin hacerle ningún freno a mi lanzamiento, parecía no estar atado a nada, y mientras más lejos se iba, la sombra se estiraba como si fuera una tela de araña.
Sin ningún esfuerzo mi hermana golpeó la cuchilla hacia arriba con la hoja de su hoz, pero antes de que pudiera atacar yo ya había lanzado la segunda cuchilla por arriba de su cabeza, haciendo que golpeara la primera en el aire para bajara rápidamente, golpeando el mango de la hoz que tenía Ale en su mano derecha y haciendo que callera al suelo. Luego con un movimiento hice que ambas regresaran a mis manos, mientras las sombras sólidas se encogían como una liga de goma.
-Parece que ya lo entendiste. -dijo Anna, y luego me lanzó una caja que parecía de zapatos. La tomé en el aire y cuando la abrí noté que eran cuchillas, por lo menos unas 8 más, lo cual hacía que fueran 10 en total. Todas estaban colocadas en un cinturón de tela y cuando me lo puse me quedaban la mitad del lado derecho y la otra del izquierdo. Sonreí e hice una pequeña prueba. Dejé de emitir Shin para que la cuerda desapareciera y lo lancé al aire. Cuando se había elevado un par de metro liberé el poder nuevamente, concentrándose en el arma. Satisfactoriamente, noté como la misma sombra aparecía y se extendía desde mi muñeca hasta el arma.
Cuando me coloqué en posición ofensiva vi que mi hermana ya había tomado su mitad caía y las había unido nuevamente. Sin darme cuenta en qué momento, ya estábamos corriendo hacia el otro. En el momento en el que ya no estábamos a una distancia tan grande, lancé cuatro cuchillas, dos de cada lado, yendo las segundas a unos centímetros de las primeras. Ale preparó su hoz para defenderse, pero se sorprendió cuando todas las cuchillas pasaron a sus lados. Un metro detrás de ella, mis armas chocaron, lo cual hizo que las primera fueran disparadas atrás de la espalda de mi hermana, formando una X. Cuando ví que tenían la posición adecuada tomé las segundas y las atraje a mi con un movimiento, lo cual hizo que chocaran nuevamente, haciendo que retrocedieran y enrollaran a Ale como deslizadores T-47 a un AT-AT. Tomando la cuerda como látigo impulsé nuevamente las segundas cuchillas y se las lancé a las que atraparon a mi hermana,lo cual hizo que se clavaran en el suelo. Parecía una momia incompleta.
Me maravillé tanto que hubiera funcionado que me distraje por un momento, y antes de que me diera cuenta mis cables de sombra no sostenían nada y yo tenía una hoja de acero enorme pegada a mi inocente manzana.
-Parece que ni con armas innovadoras puedes ganarme.
-Tuviste suerte que me sorprendió incluso a mi lo bueno que soy. La próxima vez no pasará.
-Si me dieran un centavo por cada vez que he escuchado una excusa tan mala como esa, podría haber comprado todo este lugar y me sobraba dinero.
Ale separó su arma de mi cuello. En ese momento escuchamos unos aplausos y volvimos a ver hacia el lugar de donde venían.
-No está nada mal, pero podría ser mejor. -abrió los brazos.- Ahora seguramente se están preguntando: ¿Quién es esa hermosa mujer que aparece de la forma más cliché posible? -nos guiñó un ojo.- Pos tendrán tiempo para pensarlo, ya que tendrán que esperar hasta el siguiente capítulo.
Cuando me dí cuenta ya era demasiado tarde. En el momento en el que las armas estaban apenas a unos centímetros de nosotros luego de lanzarlos, ella ya estaba con sus manos sobre nuestros hombros, mientras que la cuchilla y la hoz estaban a nuestros pies.

ESTÁS LEYENDO
Prisión Fantasma
Novela JuvenilLos poderes son algo peligroso. No puedes vivir con ellos sin huir. Primero ser atacados y luego separados. Darse cuenta que aunque la mayoría de la vida a sido dedicada a entrenar, aún se puede ser muy débil ante los peligros del mundo. Kai está ca...