Y esque me vine abajo.
Los dos hermanos se miraron mutuamente y en seguida vinieron a abrazarme.Me agarré a ellos todo lo fuerte que pude,porque me da igual si me caen mal o si son prepotentes.
Me da igual.
Yo en ese momento estaba hecha mierda,y eso es lo que necesitaba,solo un abrazo.Cerré los ojos con fuerza para intentar despetarme,pero no podía.
Puede parecer de idiotas que me ponga así por una canción,pero es que he sufrido tanto que cualquier cosa me derrumba hoy en día.
Quiero tener a mis padres aquí,para poder decirles a todo lo que he llegado y lo que les quiero.Quiero que mis heridas cicatricen y desaparezcan de mi cuerpo.
Quiero ser feliz.
Me separé de ellos para limpiarme las lágrimas mientras se miraban extrañados.
-¿Te encuentras bien?
-No.No estoy bien.He sufrido tanto que creo que ya me he acostumbrado al dolor y a la soledad.Porque en realidad estoy sola en un mundo de gigantes,y soy pequeña,muy pequeña comparada con todo lo que me espera ahora.Tengo marcas por todo mi cuerpo de lo que me han hecho esos malnacidos por no llamarles de otra forma.Mis padres no han estado en estos últimos años y les echo tanto de menos que a veces lloro en silencio.Y necesito vivir y olvidarme de todo,proque quiero ser feliz.
-Oye,oye,oye-dijo Víctor acercándose a mí y abrazándome.
Lloré durante unos 5 minutos sobre su hombro hasta que me separé de él y subí al tejado.
Tenía que despejarme.
De pequeña solía subirme ahí con mi padre a mirar la estrellas.Y a mí me parecía mágico.Al recordar esto sonreí.
No sé cuánto tiempo estuve allí subida,pero solo sé que conseguí olvidarme de lo que me pasaba.
-Las vistas son preciosas-dijo una voz sentándose a mi lado.
-Sí,realmente preciosas-le contesté sin mirarle.
-Perdón por lo de antes.
-¿Por qué?
-Por cantar.
-Sabes que ni tú ni Jesús habéis tenido la culpa.Es solo que me he venido abajo por un cúmulo de cosas.
-Ya nos lo ha contado tu hermano.Pero ya es agua pasada.
-No puedo decir que es agua pasada mientras siga teniendo esto en mi piel.
Alzé la mano,quitándome el vendaje que recubría mi muñeca y mostrándoselo.
-Todo acaba,tanto lo bueno como lo malo.Y esto si no ha acabado ya va a acabar.
Hubo silencio por un momento.La brisa caliente nos rozó,y vimos cómo el Sol parecía que se ocultaba bajo la tierra,esquivando las casas.
-Supongo que sí-hablé por fin.
-Anda,-me dijo levántandome-pasa para dentro y te ayudo a meter las cosas en las cajas.
Dejé que me levantara y nos fuimos los dos para dentro.
Terminamos al cabo de un cuarto de hora o cosa así,gracias a que hicimos una cadena desde la estantería hasta la caja,pasando por mí,Jesús,Víctor y Dani,respectivamente.
Jesús y Dani nos ayudaron a cargar las cajas hasta el camión de la mudanza que se encontraba en la puerta de casa.
-Ésta es la última-dijo mi hermano soltando un bufido al soltarla.