Despedida

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Las clases estaban por finalizar, todavía se encontraba en el aula y con el profesor dando clase, mientras mostraba diferentes bocetos que estaban colocados en la pizarra.
Entonces algo inusual ocurrió, Shouta abrió la puerta del aula... Se veía un poco agitado, todos los presentes voltearon a verle, por un segundo el rostro del castaño se ilumino pero todo ese brillo se apagó casi al instante después de escuchar como todos murmuraban distintas cosas del 'joven chico' que acababa de interrumpir la clase

-disculpe la intrusión, busco a Ichinose-san, ¿podría decirme donde puedo encontrarlo?

-la clase de él es aburrida, ¿porqué no tomas asiento? ¿Estás de visita cierto? ¿En dónde estudias? ¿Vas en secundaria no es así?

-¡ah, no! Y-yo no...

-¡¡¡que chico tan kawaii!! ¡Mira como se sonroja!- sin quererlo se había sonrojado y uno de los estudiantes lo hizo sonrojarse más con aquel comentario, no había podido evitarlo, sentía todas aquellas miradas sobre él, no era de su agrado, incluso aquel profesor le miraba con aquellos ojos de deseo, ya estaba en medio del salón sin darse cuenta mientras los alumnos lo seguían vitoreando, Yukina estaba serio viendo como su pareja parecía a punto de ser comido vivo y sin defensa alguna.

En un momento de silencio Shouta miro la pizarra y notó los bocetos frente a él, hizo una mueca y miró al profesor antes de hablar señalando la pizarra

-...eso de ahí esta mal.

-oh sí, ¿lo notaste? Los bocetos de arriba están desordenados pero los de abajo ya están correctamente ordenados.

-no, todo esta mal

-¿qué dijiste? ¡Fui yo quien los ordenó!

-hmm están mal, esto de aquí no sirve, esto debería estar aquí, esto hay que cambiarlo, y por ultimo ésta página debería estar aquí y no al final - el azabache se acercó a la pizarra y comenzó a tachar, circular y flechar las hojas frente a él- ¡listo! Ahora sí está mucho mejor.

Todos quedaron sorprendidos al ver como todo había quedado mucho mejor, a excepción de un castaño que sonrió de medio lado orgulloso al ver las acciones de su amado.
Alguien más entró presuroso al lugar llamando también la atención de todos los presentes; un chico castaño acababa de entrar y se había lanzado a abrazar al azabache, quien también estaba sorprendido de ver al chico

-¡¡¡Shouta-san!!!

-¡Ritchan! ¿Qué haces aquí?

-Te ví entrar aquí y no pude evitar seguirte, ¡Takano-san también vino!-detrás de él entró efectivamente el ojimiel, miró serio al más bajo antes de hablar

-¿cuánto más piensas dejar el trabajo? Te necesito en la editorial hoy mismo- fueron las palabras contundentes del más alto

-p-pero Takano-san.... Tu dijiste que...

-no me importa lo que dije entonces... Quiero que regreses hoy- nadie entendía que pasaba entre los recién llegados, pero la forma de hablar del más alto les causaba miedo y enojo.

-n-no puedo regresar aún, ¡yo tengo algo muy importante que hacer!

-¡Si no regresas hoy mismo estás despedido!- las ultimas palabras fueron muy duras y secas, la mirada de su jefe era severa, el ultimátum era muy claro, Onodera se sorprendió con aquella orden de su jefe, Yukina no podía creerselo, la cara del pequeño azabache mostraba una expresión que antes no había visto, miro hacia abajo, frunció el ceño y hacia una mueca, pues la decisión era difícil.

-pues entonces... No me queda otra opción...- una sonrisa apareció en el arrogante editor en jefe, sólo que duro poco tiempo- será mejor que comience a buscar a otra persona para ocupar mi puesto, porque yo... ¡Tengo algo muy importante que hacer ya mismo!- sin esperar respuesta del asombrado editor salió corriendo pero alguien lo detuvo, uno de los estudiantes lo sujeto del brazo para impedir la salida de Shouta.- ¿qué quieres? ¡Sueltame!

-la persona que buscas esta en el tercer piso, último pasillo, primera puerta del lado izquierdo.

-¡muchas gracias!- el chico le soltó, y el azabache se perdió de vista al salir corriendo por el pasillo.
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Dentro del aula todos miraban mal al editor en jefe, Onodera también lo hacía y se veía muy molesto

-¡¿en que estabas pensando?!

-¡en que debería haber vuelto ya! ¡Pero ahora hay que buscar a alguien más!-los ojos del editor fijaron la mirada en la pizarra observando los bocetos- ¿quién hizo las correcciones de los bocetos?-Ninguno de los presentes respondió, -quiero saber quien lo hizo, las correcciones están muy bien hechas

Varios alumnos soltaron risitas, sus expresiones eran de burla hacia el ojimiel, quien dirigió una mirada aterradora hacia los presentes.

-¿es que acaso es idiota? La persona que hizo las correcciones es la misma persona a la que acabas de despedir- se maldecía por dentro pero ya no había vuelta atrás, miro al castaño de ojos verdes y este le devolvía una mirada molesta

-¡Takano-san eres un idiota! ¡Sabes muy bien que él esta pasando por una situación muy difícil! ¡Debería darte vergüenza lo que hiciste! ¡Eres un egoísta! ¡¡¡Y hasta que no hayas pensado muy bien las cosas no quiero que te me acerques!!! - esas fueron las palabras del chico antes de salir del aula siguiendo el mismo camino que antes había recorrido su amigo.

Festejando el cumpleaños de Kisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora