En el camino de la vida, a veces nos encontramos con situaciones que desafían nuestros valores y creencias más arraigados.
Mi matrimonio arreglado fue uno de esos momentos. Aunque al principio parecía ser una elección que iba en contra de todo lo que me habían enseñado, decidí abrazarlo y darle una oportunidad. En ese proceso, aprendí que el amor no siempre sigue las reglas que la familia establecen para nosotros.
Me enamoré como una tonta y, para ser honesta, no puedo negar que sufriera por ello. Las dificultades y los obstáculos que enfrenté fueron desafiantes, pero me enseñaron lecciones valiosas sobre la perseverancia y la resiliencia. Y aunque mi primer amor no fue como siempre lo soñé, sé que la vida sigue y que la dicha y la plenitud que anhelo, llegará.
Actualizado: 15/09/2023