×Perfecto Desastre×

You are the only one.

El comienzo de un perfecto y bonito desastre.
Sus ojos no los había visto jamás, su color, su brillo, sus ganas de querer ser amados que en el fondo se notaba, ese hambre de vida que querían tener. Los admiraba, cada día, cada hora y cada segundo, como si fuese la última vez que los vería, como si fuese la última vez que se fueran a posar en mi, de esa manera tan calmada, tan molesta, tan confundida, tan asombrada.

Sus brazos, tan cómodos y tan perfectos a mi medida le daban calma a todas mis molestias y a todos mis miedos, entre ellos, perderlo y no volver a tenerlo nunca más en mi vida.

¿Como le digo que es lo más perfectamente imperfecto que he visto, sin que me tome como una loca? Dios, en serio podría jurar que no quería tener a nadie mas a mi lado, lo quería a él, solo a él, en este momento no me importa pasado, no futuro, solo presente junto a él. Junto a sus besos, su risa, su sonrisa. Solo lo quería a él.

Entre tanto, los días fueron abarcados por discusiones, unas tras otras, unas por mi culpa, otras por la suya, unas por tonterías y otras por problemas serios. Nos alejamos, nos odiamos, nos gritamos y nos herimos, pero aun así volvemos, o por lo menos yo, a intentar reconstruirlo todo simplemente porque no quiero que se acabe. Y a pesar de todo eso, sigo insistiendo que estando molesto, sus ojos siguen siendo los mas bonitos que he visto alguna vez, su cara la mas admirable y sus gestos los mas perfectos para mi. Tan solo ha sido poco tiempo para poder asegurar con firmeza de que lo amo, pero aun no me salen las palabras para poder explicarlo, amo cada uno de sus defectos, desde los mas pequeños e idiotas hasta los mas grandes y temerarios. Y mucho, mucho mas, amo lo que lo hacen grande, como sus ganas de comerse al mundo, sus ansias de querer seguir creciendo y su deliberada pasión por la vida, vivirla y disfrutarla.

No se que vaya a quedar de esto, cuando hay veces que la ruptura es inminente, no se cuantas noches vaya a acostarme pensando en las veces las cuales no podía respirar debido a las risas compartidas que teníamos o las muestras de afecto que nos dábamos. No se cuantas noches pueda seguir llorando pidiendo que no acabe, pidiendo volver, buscando las maneras de hacer todo esto posible. Y no, no sabría cuantos días podría pasar sin recibir una respuesta de su parte, sin poder verlo, sin poder oírlo, sin saber nada de él.

Fue el comienzo de un perfecto, terrible y hermoso desastre, en el cual no quería salir nunca porque a pesar del los días en el infierno, me seguía sintiendo en el cielo cuando estaba con él.