Capítulo 3: Irreal

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Al final si entré a la famosa Mansión.

El patio era espacioso, un camino de piedra estaba oculto por las miles de hojas que habían caído en los últimos años. Una fuente llena de musgo se ubicaba en medio, cercano a ella se encontraba una mesa de hierro negro medio oxidada con una de sus sillas en el suelo. Todo eso siendo envuelto por las enredaderas y algunas malezas.

Árboles se erguían por sobre la construcción y otros estaban completamente doblados hacia el suelo. Algunos secos y otros partidos por los fuertes vientos.

A pesar de ser mi primera vez aquí un extraño sentimiento se instala en mi pecho. Es exactamente a como lo vi en mis imaginaciones el día de ayer, las mismas ubicaciones y me atrevo a decir que hasta las mismas medidas. Comencé a caminar mirando cada lugar y comparándolo con el que tenía en mente.

''Cada detalle cae en su respectivo lugar; Justo como lo imaginé''.

Aún a pesar de los cambios que el tiempo y el clima pudieron influir, el lugar sigue reconocible. Me dirigí a la entrada para comprobar el interior. La puerta forjada y el picaporte eran iguales también. Una fuerte ráfaga azota antes de poner una mano sobre el metal. Revuelve mis cabellos con violencia así como las hojas que, junto al polvo, logran azotar mi piel sin miramientos. Mantengo mis brazos frente a mi rostro en un intento de protegerme.

De manera progresiva las corrientes se fueron calmando hasta detenerse por completo.

Bajé mis brazos con cuidado, mi ceño se frunce por completo y por unas milésimas pude creer que estaba soñando.

Cada hoja, ramita y piedrecilla levantada por el viento están suspendidas completamente en el aire, como si se hubieran congelado o como si yo estuviera atrapada en una foto. Trato de mover alguna de ellas pero me es imposible. Es tan dura y firme como una pared. Camino lentamente, mirando todo con desconfianza, mi cerebro buscando una respuesta lógica a lo que sucede a mí alrededor y una sola frase latiendo en mi mente:

''Esto no es real''.

Cada hoja levantada se quedó suspendida en el aire. Las copas de los árboles quedaron dobladas en un ángulo más extraño que simplemente caídas. Seguí con mi camino cuidándome de no rosarme con alguna hoja como si fuera una enfermedad contagiosa. Me detengo en seco y algo me hace alzar mi vista titubeante al cielo

''Esto no es real''

Ahogué un grito en mi mano al ver al cielo.

No era un azul resplandeciente. No había nubes esponjosas rodeándole. No había un Sol tan deslumbrante que calaba con solo verlo.

Era rojo, casi tanto como la sangre. Sin ninguna nube a la vista y en lugar del sol apenas se veía una débil luz grisácea en el cielo.

Un escalofrío me sacudió cual electro shock.

Di un arranque comenzando a correr hacia la salida esquivando algunos troncos que se hallaban por el camino y que no noté en un principio. Casi me golpeo con la reja al llegar. Traté de abrirme paso entre la maleza que cubría la abertura pero esta era como las hojas: una pared.

Empuje con más fuerza pero sólo logré hacerme daño con las espinas. Un quejido salió de mis labios cuándo una me raspó la palma. La alcé a la altura de mis ojos viendo como un líquido carmesí resbalaba por ella hasta volverla gotera.

-¿Qué es ese olor?- una voz atronadora me congeló en mi lugar.

Relanticé mi respiración en un flojo intento por calmarme. Lentamente me giré sobre mis talones alzando la vista en la misma velocidad pero no había nada.

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