19.- A DIARIO LA DISTANCIA PASA LISTA

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(Narra Alex)

Había llegado ya mi primer día en el trabajo que Pedro tanto había insistido en que cogiera. Por suerte me había quitado a Carlos de encima y ya no trabajaría conmigo. 

Tenía la primera actuación dentro de diez minutos, en un conocido hotel de Madrid. 

No quería salir al escenario sin el mensaje que Malú había prometido enviarme. Pero supongo que estaría ocupada y bueno... Tuve que salir igualmente. 

Respiré hondo cuando ya podía ver el pequeño escenario delante de mi. Ya no podía echarme atrás, era imposible. Sonreí de la forma más verdadera que pude y por fin salí. Saludé al público y me presenté. Ahora solo quedaba rezar por que la canción saliera bien, que era lo que más me preocupaba.

Los primeros minutos de la canción me sentía confusa. Nunca me había pasado lo que en ese momento. Las piernas me temblaban y noté como en segundos podía estar en el suelo, no sé como. 

Pero por suerte para mi, en cuanto empecé a pensar en Malú, a recordar algunas de las cosas buenas que había pasado con ella me iba tranquilizando. Poco a poco la canción fue saliendo mejor, yo ya no estaba nerviosa y la letra la recordaba a la perfección. Y dos canciones después estaba en una de las habitaciones que me habían asignado a modo de 'camerino', llena de energía y con unas ganas locas de comerme el mundo.

Lo primero que se me ocurrió fue salir de fiesta. Algún baile, un par de copas... Me sentaría bien. 

Llamé a mi hermana para pedirle que viniera conmigo, aún sabiendo que Sofía no es muy partidaria de esas fiestas. 

 

-¡Dime Alex!- contestó al segundo tono.- ¿Ha ido bien ese concierto?

-Si tía, estupendamente.- contesté animada- Escucha, he decidido que esta noche voy a salir porque hace tiempo que estoy encerrada en casa... ¿Vienes conmigo? 

-Venga vale. ¿Te recojo por tu casa en una hora?

-¡De acuerdo! Allí nos vemos Sofi, te quiero.

 

Cuando colgué el teléfono con mi hermana le envié un whats app a Malú. No quise llamarla por si estaba ocupada grabando o cualquier cosa. Le di las buenas noches y le dije que saldría. Después de eso simplemente apagué el móvil ya que no me interesaba hablar con ninguna otra persona. 

Cogí mi bolso, revisé que no faltara nada y me fui a casa. Tenía que ducharme y cambiarme en una hora y eso para mi era todo un reto. 

Me duché lo más rápido que pude y luego solo me quedaba ver que ponerme, lo que vine siendo lo más complicado. 

Al final encontré un vestido que había comprado en roma. Era azul turquesa, de tela fina y flojo, con un cinturón trenzado en la cintura. Los típicos vestidos de verano que son adorables. 

Cogí unas sandalias con tacón y un bolso de mano y ya estaba lista. 

Acabé de vestirme, me maquillé, cogí dinero y me senté en el sofá a esperar a mi hermana. Pero como siempre, ella tan puntual llegó a su hora. La saludé y salimos hacia mi coche. 

Fuimos al bar de unos amigos de Malú. Era un lugar muy agradable, no había mucho ruido y la música era buena.

Pero sin duda, como todas las cosas buenas, tenía una pega... Carlos estaba allí. 

Ya no me sorprendía en absoluto verlo en todas partes, era como una plaga de cucarachas, asqueroso y difícil de exterminar. 

Intenté hacer como si no lo hubiera visto. No se lo mencioné a Sofía tampoco para quitarle aún más importancia. 

Nos sentamos en una mesa lo más apartada que pudimos y empezamos a beber. Sabía que mi hermana no se podría quedar mucho tiempo así que si quería llegar bien a casa más me valía controlarme un poco. 

 

-¿Qué tal todo con Jake?- pregunté removiendo mi bebida con la pajita, sin quitar la mirada del vaso.

-Todo va genial.- sonrió- No veo la hora de que estemos casados... Aunque con lo de los preparativos discutimos más que nunca, supongo que por el estrés, pero no tardamos en reconciliarnos.- asentí sonriendo- ¿Y tu?

-¿Yo qué?- pregunté sorprendida

-Que qué tal todo con Malú.

-Pues... Esto de estar separadas me lo pone todo muy difícil... La echo de menos, es que no puedo estar sin ella Sofía, no puedo más. 

-Bueno, pero piensa que cuando todo eso acabe podrás tenerla a tu lado otra vez boba, ya lo hablamos. Y ahora venga, invítame a las últimas que tengo que irme ya.

-¿Tan pronto?

-Son las dos de la mañana Alex.- reímos. Y si, se había hecho tarde y no me había dado cuenta.- ¿Tu te vas a quedar?

-Si, estaré un rato más.- sonreí. Después me levanté y fui hasta la barra a coger las últimas bebidas. 

 

Estuvimos un rato más hasta que Sofía tuvo que irse. Yo me quedé sentada en la misma mesa. Había dejado ya de beber cuando se me ocurrió ver mi móvil. Ni una llamada, ni un simple mensaje, nada. ¿Acaso en unas semanas se había olvidado de mi? En definitiva, todo aquello empezó a afectarme más de lo que creía. Bebí y bebí, incluso perdí la cuenta de cuantas copas llevaba. Recuerdo que alguien se acercó a mi mesa y estuvo allí conmigo, pero no supe quien era. Y el tiempo pasaba, y yo seguía pidiendo copas...

 

(...)

 

El dolor de cabeza no me permitía levantarme de la cama aquella mañana. Intentaba abrir los ojos pero todo me daba vueltas. Cuando por fin lo conseguí vi que estaba en casa, lo que no pude explicar fue como había llegado allí. 

Lo siguiente que vi fue a alguien en el otro lado de la cama. Mis nervios empezaron a aflorar, no sabía quien era ni recordaba nada. ¿Pero qué hice anoche? ¿Tanto había bebido?

Cuando conseguí ver bien a la persona que estaba a mi lado no me lo podía creer. Empecé a marearme y a ponerme pálida, más que nunca antes. No podía ser cierto, todo esto no podía estar pasando... 

 

-Por favor, dime que anoche no pasó nada...- dije con la poca voz que pude sacar. Tenía un nudo en la garganta que me estaba matando.

-Te diré lo que no pasó.- dijo sonriente y guiñándome un ojo

-No Carlos... por favor... dime que no es verdad...- estaba a punto de echarme a llorar. ¿Pero como es posible?

-Te dije que caerías.- seguía sonriendo- Ahora ya puedes dejar a tu novia, lo nuestro irá bien.

-Vete, por favor.- intenté tranquilizarme

-Venga ALex ¿por qué no me das una oportunidad? Los dos sabemos que te mueres por estar conmigo...

-Carlos, no me obligues a decírtelo por las malas... Vete de aquí ya.

-Está bien, está bien. Si quieres detalles de anoche llámame eh.- se inclinó para darme un beso en la mejilla pero me aparté. 

 

Se levantó de la cama, aún sonriendo y se vistió. Me estaba muriendo por dentro. No quería por nada del mundo que aquello estuviera pasando. Por fin se fue. En cuanto escuché la puerta cerrarse me tumbé en la cama boca abajo y rompí a llorar. ¿Como puedo ser tan idiota?

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora