Capítulo 5: Un par de lecciones para Skyler.Skyler.
Sostengo entre mis dedos mi vida, mi droga, la esencia que hace posible el que me mantenga despierta soportando todo el bombardeo que sale por la boca del maestro de economía, Simur Way. Siento su calor en mi mano así que aprieto el vaso decidida a darle un trato largo al delicioso café.
No tengo que verme en un espejo para saber que luzco como si acabara de ver un fantasma pues, la noche anterior, no pude pegar ojo luego del sorpresivo regalo de Zachary— sin mencionar la diversión en el sofá, cortesía de Dylan y Tess— cuando él ni siquiera por un segundo se quita el brazalete. Paso con cuidado la yema de los dedos por el grabado recordando que él me dijo que la Z no tiene nada que ver consigo, lo cual mantiene mi intriga despierta al igual que sus tatuajes dado que terminó por enfadarse cuando lo acusé de hacerlo por simple placer.
Todo en él me llena de curiosidad porque Josh jamás me a contado nada alegando que sólo Z es el responsable de divulgar sus intimidades algo que me alegra e irrita pues indica que Josh es un buen amigo y me irrita porque no podré saberlo a menos que se decida por contármelo.
— Señorita Dallen, ¿le está prestando atención a la clase?.
Todos voltean a verme. Nunca he entendido la necesidad de mirar cuando el maestro te reprende, no sé si eso les hace inferir incomodidad en el otro o algo así porque lo que sí es fastidioso. Carraspeo esperando aclarar mis ideas y mantener la mente en donde se debe.
— Por supuesto— «que no porque su clase me matar ya que usted es un viejo amargado trás el haber sido reemplazado por alguien más joven, ogro.» sonrío, como si fuese capaz de decirlo en voz alta.
Nadie tiene la culpa de que su esposa lo dejara y eso no le entra en la cabeza. Es poco profesional el llevar tus problemas personales al trabajo, sin embargo, guardo las formas mientras el continúa matando mi cerebro hasta que finamente soy libre. Nada más llegar a la puerta me encuentro con Courney con gesto de indignación.
— ¿Cómo es que me entero por la caliente de Tess de tu relación con Z?— sopla quitando un mechón de su frente—. Te lo tenías callado picarona. Ya sabía con esas miraditas que se dedican cuando creen que nadie los ve, pues déjame informarte que yo sí y estoy más que feliz, aunque aún quiera arrancarte los ojos porque no confías en mi.
Genial, a pesar de haberle dado una terapia a Tess sobre el hecho de que no mantengo ningún tipo de relación con Zachary y no por ser un chico popular y sexy, el problema radica en lo petulante que puede llegar a ser y eso en verdad no lo podría soportar. Odio a los hombres que, por saber que están bueno, creen que todas vamos a sucumbir bajo sus encantos como idiotas pero lo triste del caso es, el que seamos nosotras mismas las causantes de su petulancia pues comenzamos a alabarlos por su hombría, belleza e increíble impotencia sexual así que no queda de otra que soportarlos. A sinceridad me resultan tiernos aquellos que desconocen el poder sexual que ejercen haciendo esos gestos tan dulces como las sonrisas cargadas de timidez que te hacen pensar que podrías comerlo con toda la facilidad del mundo. Pero Zachary es un plato aparte del cual no me interesa probar nada más allá de saber lo que se empeña en esconderle al mundo a través de esa hermosa sonrisa ladeada llegando a causar revuelo en mi estómago.
Ayer por primera vez sonreí en su presencia por la simple razón de tomarme desprevenido el regalo. Fue involuntario. El ver su expresión me causó sorpresa, su mirada clavada en mis labios provocó que dejara de hacerlo al instante. Debo mantener la mente centrada en el plan que aún no acepta, en la manera de dejar de pensar tanto en él y el que Cour me acuse de tener una relación proyectó en mi cabeza todo tipo de situaciones en las cuales somos una pareja realmente feliz y eso es inadmisible.
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CLUFF
RomanceSkyler Dallen no es el estereotipo de la chica delgada y sexy que camina por los pasillos del instituto, sin embargo, forma parte del grupo de los populares. Pero esto no quiere decir que sea la tímida, la mala o la falsa. Ella pensaba que no podía...