Después de casi una eternidad, su semblante arrugado se relaja y deja de mirarme, en cuestión de segundos, una sonrisa torcida se forma en su rostro.—A ver...déjame procesar esto, —dice mientras asiente sonriendo repetidas veces—Tú sabes quién es él, pero él no sabe quién eres tú. —eleva sus ojos a mi dirección, Hunter surca una tétrica sonrisa.
Enderezo la espalda viéndome acorralada, no está de más decir que la situación me señala como una loca acosadora que envía mensajes a chicos haciéndose pasar por una llamada equivocada, es decir, es mi móvil, ¿Qué excusa decente puedo tener?
No fui yo, fue un favor para mi amiga.
Eso no funcionará conciencia mía, esa frase está más usada que un baño público.
—Se lo diré a Sean.
—Yo no...—Esperen un segundo. ¿Qué demonios acaba de...—Espera, ¡¿Q-qué dijiste?!
—Ay pequeña Megatron, no sabes que tan pequeño es el mundo. —Lleva sus manos a mi rostro y termina apretujando mis mejillas cual abuela lo haría con sus nietos. —Tan ingenua como siempre.
Mi pisotón rompe todo contacto entre ambos.
Él suelta una maldición y me mira con odio, no lo culpo, por primera vez en la noche agradezco haber llevado tacones.
¿Qué se ha creído al tratarme de esa manera?
— ¿Sabes qué? —Me acerco a Hunter, para lucir más intimidante, — ¡¿Sabes qué?! —Entierro mi dedo índice en su pecho reiteradas veces sin saber qué decir. — ¡¿SABES QUÉ?!
—Me lo dirás o debo adivinarlo. —dice mientras me toma por las muñecas. —Por cierto Megabyte... ¿Sabías que él ya tiene novia? —pregunta Hunter soltando una risa nasal.
Estúpido, mi corazón, idiota.
—Huntercito si querías bailar con Megara, ¿Por qué no la invitaste cuando estaban adentro? —La mágica aparición de la señora Russo junto a su esposo y mis padres, nos descoloca por completo.
—Déjalos, de seguro querían más privacidad, ya sabes cómo son los jóvenes de hoy. —Mi madre le hace un guiño al zopenco frente a mí, quien me suelta inmediatamente.
—No, no es lo que piensa, señora Pines. —niega Hunter, quien es la personificación de la seriedad en estos momentos.
La venganza es dulce, simio.
—Oh, claro que lo es mamá. —refuto tratando de poner a flote mis dotes actorales. — ¿Acaso no viste como tomaba mis muñecas para que no me vaya? Desde hace rato está molestándome, y saben que no es ningún secreto que los chicos demuestran así su afecto por la persona que les gus-
—Wow wow, para tu coche ahí nena...
— ¿Nena? ¿Lo escucharon? —Pregunto. — ¿Lo ven? Acaban de presenciar sus ataques de coqueteo.
—Está loca, solo agarré sus muñecas, y al parecer ella-
—Y sigues negándolo—lo miro negando con la cabeza, Hunter se ríe e intenta hablar de nuevo— ¿Sabes qué? —Lo interrumpo alzando mi mano. —No soporto tantas mentiras, me voy.
Hunter abre su boca indignado al ver que nuestros padres nos miran divertidos y con algo de ternura.
Eugh.
***
🐥
¡Nuevo capítulo!
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Amor sin datos
Short StoryMegara Pines insistió a su mejor amiga para que averiguara el número del sexy chico que siempre veía en el metro, el día que lo consiguió no dudó en guardarlo en sus contactos, sin embargo tras una serie de eventos desafortunados que involucra un ce...